La afiliación al Sistema Especial para Empleados del Hogar, en el que buena parte son mujeres, lleva años perdiendo cotizantes. En 2023, cerró con 372.118 afiliados, un 1,01% menos que en 2022. Ese año, la caída respecto a 2021 había sido del 1,46%, y así desde varios ejercicios atrás, según datos de la Seguridad Social. Esta "caída constante" no ha pasado inadvertida en CCOO, donde temen que se deba a un "sumergimiento del empleo doméstico".

Entre diciembre de 2019 y el cierre del año pasado, este Sistema Especial redujo el número de afiliadas en un 6,18%, al pasar de 396.626 de antes de la pandemia a esas 372.118 de finales de 2023. Antes de 2019, el número de afiliaciones se situaba por encima de las 410.000 cotizaciones.

Entre las particularidades de las empleadas del hogar está que pueden trabajar en varias casas, una matización en la que insisten en CCOO. En este sentido, el secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, Carlos Bravo, precisó este jueves que la cifra de afiliaciones "no son personas, sino relaciones en alta en la Seguridad Social".

Una empleada del hogar, en una imagen de archivo. Ricardo Rubio Europa Press

"Aquella persona que trabaja en varias casas y está dada de alta en todas ellas aminora el dato que estamos dando. No tenemos el dato de personas, pero sabemos que estas relaciones en alta son un número significativamente inferior de personas", explicó Bravo durante la presentación del informe "Mercado de Trabajo y Protección por Desempleo". 

Por tanto, una trabajadora doméstica puede estar dada de alta a la Seguridad Social por varios empleadores, pero es la misma cotizante. De ahí que el número de personas sea inferior al de relaciones en alta.

Economía sumergida

La disminución de esas relaciones laborales preocupa en CCOO, pero lo hace todavía más la distancia con la estadística de la Encuesta de Población Activa (EPA). El sindicato sitúa en 399.300 personas el número de personas dedicadas al empleo doméstico en el cuarto trimestre de 2023, según su recopilación de los datos del Instituto Nacional de Estadística.

El margen entre las relaciones en alta, más de 372.000, y las personas que dicen ser trabajadoras del hogar en la EPA se sitúa cerca de las 30.000 personas. La brecha no es nueva. En 2015, según datos recopilados por CCOO, las relaciones laborales en alta estaban en 430.109, mientras que la EPA registraba 467.300 empleadas domésticas. El diferencial sólo se estrechó durante la pandemia.

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"La diferencia entre ambas fuentes respondería a situaciones de economía sumergida al existir más personas trabajadoras que afiliadas como empleadas del hogar. Este descenso continuado en el número de personas afiliadas es indicativo de un fenómeno de sumergimiento de la actividad", concluye el informe de CCOO.

Para Bravo, la brecha entre los datos de la EPA y los de la Seguridad Social podría ser aún mayor. "Tengo la sensación de que hay un cierto sumergimiento que la EPA no está detectando", manifestó.

Una empleada del hogar, en una imagen de archivo. Ricardo Rubio Europa Press

El secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO cree que la existencia de esa economía sumergida en el hogar "denota la necesidad de sensibilización" en el empleo doméstico. Bravo recordó a los empleadores "su responsabilidad" con estas trabajadoras, mientras que a ellas les alertó "del riesgo de no estar dadas de alta".

Bravo descarta que este repunte se deba al fin de la bonificación del 45% para familias numerosas, este 1 de abril. El Gobierno había prorrogado esta bonificación un año, pero lunes expiró, a la espera que el Ejecutivo desarrolle un reglamento con un nuevo esquema de bonificaciones. 

"Ha decaído el 45% para familias numerosas, pero hay otras bonificaciones. La del 20% general sigue en vigor, no ha cambiado", recordó.

Además, en caso de notarse, el fin de la prórroga tendría su efecto a partir de este mes. No obstante, sería algo transitorio ya que el Gobierno quiere recuperar esa bonificación, con efectos retroactivos. 

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La razón de esa caída en la afiliación responde más, a juicio de Bravo, a que el Gobierno ha bajado la guardia con el control y la concienciación. Esta tendencia en los datos de la Seguridad Social tampoco le sorprende. 

"Es algo que hemos vivido ya antes. Cada vez que ha habido movimientos para favorecer el afloramiento del empleo, ha subido. Cuando el Gobierno relaja el control y la sensibilización, se produce un goteo a la baja", explicó.

Prestaciones

CCOO recuerda en su informe que la cotización por desempleo para las trabajadoras del hogar es obligatoria desde el 1 de octubre de 2022. Esto les permite acceder a prestaciones contributivas si cuando finalice su contrato han cotizado, al menos 360 días.

También les da derecho a los subdisios asistenciales siempre que cumplan con los requisitos previstos en ellos. Asimismo, tiene en cuenta las cotizaciones realizadas en otros empleos distintos al hogar en los que la persona haya cotizado por desempleo, para poder alcanzar los periodos mínimos de cotización exigidos. 

En CCOO observan que, desde la entrada en vigor de esa norma, las prestaciones contributivas han ido subiendo. Las personas que causan prestación son, en su mayoría, mujeres.