La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Eduardo Parra Europa Press

Empleo Hoy

Reducir la jornada laboral obligará a renegociar el 70% de los convenios y pone en riesgo las subidas salariales

El paso a las 38,5 horas semanales afectará al 45% de los convenios, mientras que la rebaja hasta las 37,5 horas, al 70%.

15 julio, 2024 02:07

La reducción de la jornada laboral hasta 37,5 horas a la semana, propuesta estrella de la vicepresidenta Yolanda Díaz, pondrá patas arriba los esquemas de negociación entre empresas y trabajadores. La rebaja en los tiempos de trabajo obligará a reabrir la mayoría de los convenios colectivos para renegociarlos en su totalidad, poniendo en jaque las subidas salariales pactadas.

Los convenios, ya sean de empresa o de sector, regulan todos los aspectos de la relación laboral entre empleador y empleado. Desde la jornada laboral hasta el salario, pasando por los permisos, las vacaciones, la organización de la jornada o las condiciones del trabajo en remoto. En la mayoría de ellos, existe una cláusula de interdependencia para que ningún aspecto pueda considerarse de manera aislada.

El principio de conexión o indivisibilidad normativa establece que los artículos de una norma están interrelacionados, de manera que el cumplimiento y la vigencia de cada uno de ellos dependen del cumplimiento y la vigencia de los demás. Para los laboralistas de Andersen, supone que si un artículo del convenio se modifica por cualquier razón, también un cambio normativo, las partes deben sentarse de nuevo a negociar.

"Si pensamos más allá del titular de voy a salir media hora antes, la reducción de la jornada tiene una afectación directa porque el salario va referido a la jornada, igual que los días de permiso adicional", explican desde el despacho de abogados. Además, la negociación colectiva se basa en el principio rebus sic stantibus (estando así las cosas), de manera que si cambian las condiciones —como con la reducción de jornada—, hay que volver a negociar.

De acuerdo con la estadística de convenios colectivos del Ministerio de Trabajo, la rebaja del tiempo de trabajo hasta las 38,5 horas semanales (objetivo para este año) afectará al 45% de los convenios y al 55% de los trabajadores. Por su parte, la reducción hasta 37,5 horas (objetivo final de Díaz) tendrá impacto en el 70% de los convenios y el 85% de los trabajadores.

15.300 millones.

El Consejo General de Gestores Administrativos de España estima en 15.300 millones de euros el coste para las empresas de reducir la semana laboral a 37,5 horas.

El ejercicio de cálculo se basó en una empresa media con 4,5 empleados, incluyendo tanto jornadas completas como medias jornadas. La empresa tipo utilizada fue una fábrica operando 12 horas diarias, aunque el estudio podría aplicarse a otros sectores como comercio, hostelería o concesionarios.

Desde Andersen consideran que, en última instancia, la gran mayoría de los convenios tendrían que reabrirse y ser negociados de nuevo. Esto pone en riesgo las subidas salariales pactadas los últimos años, de media en el entorno del 3% este 2024, que han servido para recuperar parte del poder adquisitivo perdido durante la crisis inflacionista.

Además, advierten de la posibilidad de que los sindicatos no dispongan de la capacidad necesaria para afrontar esa intensa tarea negociadora, lo que terminaría por retrasar la aprobación de nuevos convenios.

Conciliación

No obstante, un eventual recorte de los tiempos de trabajo también tiene aspectos positivos que los expertos en recursos humanos valoran. Salvador Fernández, director Legal y de Nóminas en PayFit, sugiere que esta medida podría mejorar la conciliación familiar y laboral, resultando en una mayor productividad debido a empleados más descansados y concentrados.

"Con una jornada inferior, las personas trabajadoras pueden volverse más eficientes y concentradas, utilizando mejor su tiempo de trabajo", afirma Fernández. Sin embargo, también advierte de que el impacto real en la productividad puede variar según el sector. Mientras que sectores basados en proyectos podrían beneficiarse, sectores como el de servicios podrían enfrentar desafíos en términos de personal y organización.

Fernández destaca que la reducción de la jornada laboral puede mejorar significativamente el equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleados, permitiéndoles dedicar más tiempo a sus familias, hobbies y descanso. Esto, a su vez, podría aumentar la moral, el bienestar y la lealtad de los empleados hacia la empresa.

El aterrizaje de esta medida presenta desafíos para las empresas, como la reorganización de los sistemas de trabajo y la gestión de posibles aumentos de los costes operativos. No obstante, Fernández señala que estos desafíos pueden superarse mediante una planificación estratégica, el uso de nuevas tecnologías y una comunicación efectiva con los empleados.

La flexibilidad en la implementación de la nueva jornada laboral también es clave. Las empresas pueden optar por reducir la jornada diaria, semanal o acumular las horas reducidas en días libres a lo largo del año. Ejemplos de países como Alemania, Francia, Dinamarca y Países Bajos, con jornadas laborales reducidas y sistemas productivos eficientes, sirven de referencia para España en esta transición.

En última instancia, el éxito de esta medida dependerá de cómo las empresas se adapten a los cambios y de cómo se mantenga la productividad en diferentes sectores. "Para evaluar el éxito o fracaso de esta medida, deberemos mirarlo con una visión a largo plazo, tras un recorrido amplio en España, centrándonos en factores como la productividad, diferenciada por sectores, así como en indicadores derivados del bienestar y la satisfacción laboral de los empleados", concluye Fernández.