Recorte del número 119 de la revista 'Cuadernos para el Diálogo'.

Recorte del número 119 de la revista 'Cuadernos para el Diálogo'.

Empleo Hoy

Cincuenta años de absentismo laboral en España: mismos debates, mismos problemas, mismos errores

En 1973, la revista Cuadernos para el Diálogo abordó el tema en el editorial de su publicación número 119 y las similitudes son más que evidentes.

29 septiembre, 2024 03:33

"En los últimos meses, el tema del absentismo laboral está apareciendo repetidas veces en las declaraciones de los más destacados representantes patronales". La frase, de rabiosa actualidad, fue escrita hace más de 50 años. Aparece en el número 119 de la revista Cuadernos para el Diálogo y se publicó en agosto de 1973, aunque bien podría haberse escrito este mismo verano, cuando Gobierno y agentes sociales pactaron, entre otras cosas, tomar medidas ante el absentismo.

Esta prestigiosa publicación del tardofranquismo abordó la temática en su editorial, y resulta sorprendente la cantidad de similitudes que se encuentran con la situación actual. En primer lugar, porque señala entre las causas de la problemática, "la preocupación internacional de las empresas ante el creciente rechazo que está provocando la actual organización del trabajo en el capitalismo desarrollado".

En este sentido, cabe recordar que la irrupción de la pandemia de la Covid y la posterior recuperación vinieron acompañadas de un impulso del trabajo en remoto junto con un cambio en las prioridades de los empleados. En Europa quizá no se llegó tan lejos, pero en Estados Unidos se habló durante meses de la "Gran Dimisión" (Great Resignation, Big Quit o Great Reshuffle).

Primeros párrafos del editorial sobre el absentismo laboral.

Primeros párrafos del editorial sobre el absentismo laboral.

Por otro lado, el editorial de Cuadernos para el Diálogo se refiere expresamente al caso español al señalar que las quejas por el absentismo son "la reacción de la patronal ante la reforma de la Seguridad Social y la respuesta ante las reivindicaciones cada vez más generales de menos horas de trabajo y de dificultades con los sistemas de incentivos".

Al respecto de la particularidad nacional, la situación también se ve emulada en el presente. Por un lado, por la reforma del sistema público de pensiones, que ha supuesto un incremento de los costes laborales de las empresas para garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas. Conceptos como MEI o cuota de solidaridad están a la orden del día en el debate laboral español, con recurrentes quejas por parte de la patronal, que considera que dificulta la labor empresarial y daña la competitividad.

¿Qué fue Cuadernos para el Diálogo?

Una revista española de carácter político y cultural que se publicó entre 1963 y 1976. Fundada por el político Joaquín Ruiz-Giménez, exministro de Educación y embajador de España ante la Santa Sede, se convirtió en una publicación clave durante la dictadura de Franco por ofrecer un espacio de reflexión y debate en un momento de fuerte censura.

La revista nació con el objetivo de promover el diálogo entre diferentes corrientes políticas e ideológicas con un enfoque democratizador y reformista. Aunque inicialmente tenía una línea editorial moderada, con el tiempo fue adoptando una postura más crítica hacia el régimen franquista, defendiendo el pluralismo, la libertad de expresión y la democratización de España.

Cuadernos para el Diálogo desempeñó un papel importante en la formación de una cultura democrática en la España del tardofranquismo, sirviendo de plataforma para intelectuales, académicos y políticos que más tarde serían protagonistas en la Transición española. Se abordaban temas políticos, sociales, culturales y filosóficos, con la colaboración de autores de diversas sensibilidades ideológicas.

El cierre de la revista en 1976 coincidió con el inicio de la transición democrática en España, marcando el fin de una etapa y el inicio de un nuevo período en la vida política del país.

Por otro lado, la reivindicación de menos horas de trabajo es el tema más candente en lo que se refiere a las condiciones de los trabajadores. Ahí están las negociaciones entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal para reducir la jornada laboral hasta las 37,5 horas a la semana.

Y si bien no por incentivos, la cuestión de las remuneraciones de los trabajadores no es extraña en unos años marcados por la alta inflación, al igual que ocurría también en los años 70. Un incremento de los precios que, a lo postre, merma la capacidad adquisitiva de los trabajadores si los salarios no acompañan.

Cien millones de pesetas

"Estamos en una situación en la cual la sensibilidad hacia la duración de la jornada de trabajo se acentúa: negativa a hacer horas extraordinarias, petición de reducción de la jornada semanal (…), modos todos de expresar el rechazo de un trabajo en el que cada vez encuentra un hombre menos posibilidades de realizarse y de afirmar el derecho a vivir como una persona". En suma, menos trabajo y más tiempo de ocio, reivindicación que sigue presente entre los sindicatos e, incluso, parte del propio Gobierno.

Además, el editorial de Cuadernos para el Diálogo habla de una "parcialidad" en la campaña de la patronal sobre el absentismo, al señalar que los cálculos sobre el coste del mismo son demasiado generales. "En efecto, en los cien millones de pesetas se metía todo (absentismo, bajas por accidente y por enfermedad). Cuentas del Gran Capitán de un valor muy dudoso", describe el artículo.

Entonces eran 100 millones de pesetas; ahora se ha llegado a estimar en más de 100.000 millones de euros el coste del absentismo laboral. Y como en 1973, las voces críticas con la campaña denuncian que se contabiliza como absentismo desde faltar al trabajo sin dar explicaciones hasta una baja por maternidad.

Como ocurre ahora, el editorial —que como tal toma partido— reconoce el problema de absentismo, el cual era y es compartido por muchas economías desarrolladas. Pero se centra en desmontar al menos parte de la reacción de la patronal ante el mismo. Así, señala que uno de los problemas es que las empresas —entonces industriales— buscan "exprimir el máximo de jugo [de los empleados] en el menor tiempo". Es decir, que detrás de las bajas están las propias condiciones laborales.

"Si se quiere realmente ir al fondo del problema, es necesario platearlo seriamente. Con algunas medidas previas, como es la disminución de las horas extraordinarias y del pluriempleo", sentencia el editorial. Después vendría a cambiar los incentivos, "transformar el ambiente en que se trabaja (…) y dar al trabajador la posibilidad de desarrollar tareas con iniciativa y responsabilidad".