Las cuentas de la Seguridad Social no cuadran y esto no es noticia. El Gobierno volvió a tirar ayer del Fondo de la Reserva de la Seguridad social (popularmente conocido como la hucha de las pensiones) para pagar los 1.000 millones correspondientes a la IRPF de las pensiones. En menos de tres semanas ha dispuesto ya de 9.700 millones de euros en lo que va camino de ser el peor año para la hucha de las pensiones desde su creación. El Partido Popular, que se presentó en la campaña electoral como “el único que garantiza las pensiones”, se ha pasado toda la legislatura mirando hacia otro lado y aprovechando la enorme hucha que heredó y que dejará casi vacía.
Si nada lo remedia, y es difícil pensar qué puede hacerlo, el Gobierno necesitará en diciembre más de 9.000 millones para pagar la extra de Navidad y el IRPF. En la Seguridad Social necesitará disponer de 19.000 millones de euros durante todo el año para hacer frente a todos sus gastos, lo que dejará el Fondo de Reserva en unos 15.000 millones de euros. Sólo quedaría dinero para abonar las dos pagas extra de 2017 y tal vez no para cubrirlas completamente. A partir de 2018 el dinero tiene que salir de otro sitio.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) alerta de que el déficit de la Seguridad Social escalará este año hasta el 1,6% del PIB, esto significa un desfase de las cuentas de más de 16.000 millones de euros. La promesa del Gobierno a Bruselas en la Actualización del Programa de Estabilidad era que reduciría este agujero hasta el 1,1% del PIB, pero por el camino que va, le faltarán 5.000 millones. Si no se tienen en cuenta las transferencias de la Administración Central, el déficit del Sistema de la Seguridad Social escala hasta los 17.000 millones de euros, según la Autoridad.
Si no se tienen en cuenta las transferencias de la Administración Central, el déficit del Sistema de la Seguridad Social escala hasta los 17.000 millones de euros
Esta desviación se debe principalmente a las menores transferencias del Servicio Público de Empleo (SEPE) derivadas del menor gasto en prestaciones por desempleo. En concreto, la transferencia se reduce en unos 6.000 millones de euros, lo que hace prever a la AIReF que con “la evolución observada de estos meses y la ausencia de medidas, no será posible alcanzar este ajuste” para rebajar el déficit de la Seguridad Social.
Trata de arrancarlo
El problema de las pensiones a corto plazo no es la demografía, son las cotizaciones. La Seguridad Social ingresa poco, por lo que no tienen recursos suficientes para pagar todos sus gastos que son inelásticos y crecientes. Es así de sencillo. Hay muchos factores influyendo al mismo tiempo para llevar a la hucha de las pensiones al agotamiento. Uno de los principales es la devaluación salarial, que ha provocado que las cotizaciones sean menores, pero no es el único problema.
Las bonificaciones introducidas por el Partido Popular provocaron que la creación de empleo no se tradujese en nuevos ingresos para la Seguridad Social. Por ejemplo, en 2015, año récord para la afiliación con 530.000 cotizantes nuevos, los ingresos por cotizaciones apenas aumentaron en 1.100 millones de euros. La AIReF apunta que la evolución de este año va algo mejor, ya que la afiliación ha crecido un 2,9% hasta junio, mientras que estima que la recaudación por cuotas pueda crecer un 3,4% al cierre del año.
A pesar de todo, este avance está todavía muy lejos de lo que sería deseable para, al menos, limitar el crecimiento del déficit de la Seguridad Social. La Autoridad advierte de que se necesitaría que creciesen un 9% para que el sistema cumpliese el objetivo de déficit establecido por el Gobierno en el 1,1% del PIB en la Actualización del Programa de Estabilidad. Una cifra impensable, ni siquiera aunque el ritmo de creación de empleo se dispare. El problema con el que se enfrenta España es, una vez más, la calidad del empleo y no la cantidad.
El Partido Popular, haciendo gala de su lema “garantizamos las pensiones” insiste en su propuesta de Gobierno al resto de partidos políticos en mantener la exención de cotización de los primeros 500 euros para los nuevos contratos indefinidos y las conversiones de temporales durante la próxima legislatura. Sin duda crear empleo es importante para elevar la recaudación, pero si no hay cotizaciones o el empleo es de baja calidad, el resultado es que apenas aumentan los ingresos del Sistema de la Seguridad Social.
Los ingresos por cotizaciones tendrían que crecer un 9% para que el Gobierno cumpliera su promesa de déficit
El estancamiento de la inflación, o incluso la inflación negativa, también es un grave problema para la Seguridad Social, ya que reduce o congela los ingresos. Los dos efectos juntos, baja inflación y salarios, han tenido un coste de 15.000 millones de euros entre 2012 y 2015, según los cálculos de la AIReF.
Por si fuera poco, la recuperación del empleo conlleva un gasto que pocos tienen en cuenta a la hora de realizar las estimaciones cíclicas de las obligaciones de la Seguridad Social, tampoco parece tenerlo muy en cuenta el Gobierno. Este gasto es el de la Incapacidad Temporal, que se produce cuando un trabajador coge la baja por un tiempo. Esta prestación económica se satisface a través de las Mutuas que colaboran con la Seguridad Social, el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) y el Instituto Social de la Marina (ISM).
La situación excepcional que tiene este gasto es que va en sentido opuesto al desempleo, cuando hay pocos parados, la prestación sube y cuando hay muchos, baja. Esto es así no sólo porque cuando hay más trabajadores aumentan las bajas, sino porque cuando el mercado laboral va bien, los empleados tienen menos reparos en pedir la baja. La AIReF alerta de que el gasto en Incapacidad Temporal podría superar los 6.650 millones de euros, mientras que la partida presupuestaria dotada apenas alcanza los 5.404 millones de euros. Esto podría producir un agujero en la Seguridad Social de 1.250 millones de euros.
Esto se acaba
Mariano Rajoy y su equipo han repetido hasta la saciedad la herencia económica horrorosa que recibieron del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Una parte de esa herencia eran los 66.815 millones de euros que había en la hucha de las pensiones cuando llegó al Gobierno. Desde entonces, durante todos los años de su legislatura retiró dinero del Fondo y este año va camino de ser el peor de todos.
Esta hucha y los intereses que ha ido generando han permitido al Gobierno utilizar casi 56.901 millones de euros para pagar regularmente a los pensionistas. En 2015 retiró 15.300 millones de euros y este año, hasta julio, las disposiciones alcanzan ya los 9.700 millones de euros. La consecuencia es que hoy quedan sólo 24.207 millones de euros y este año todavía hay que pagar la extra de Navidad. Al cierre del año apenas quedarán 15.000 millones en el Fondo de Reserva, lo que significará que Rajoy se habrá gastado casi un 80% de la herencia de Zapatero.
Rajoy se habrá gastado a final de año el 80% de la hucha de las pensiones que heredó de Rodríguez Zapatero
Pero la Seguridad Social tiene todavía pendiente un problema que está sin resolver desde la década de los noventa. Se trata de 17.168,65 millones de euros que están pendientes de financiación de la Sanidad y de la cobertura de insuficiencias de la Seguridad Social cuando el sistema registró su primer déficit.
El Gobierno pidió este año a la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo que busque una solución para evitar que todo este dinero acabe aumentando el déficit del sistema y, por ende, el del conjunto de España.