“Es papel mojado”. Con esta contundencia califica Pedro Saura, portavoz de Economía del PSOE en el Congreso de los Diputados, el acuerdo de investidura que firmaron el domingo el Partido Popular y Ciudadanos. Los socialistas se sienten defraudados por el giro de Ciudadanos hacia la austeridad, ya que sin subidas de impuestos es imposible elevar el gasto social.

Para Albert Rivera, de las 150 reformas pactadas con el PP, hay 100 que ya había acordado con el PSOE, por lo que no comprende que todavía continúe el bloqueo. Además, la mayor parte son políticas encaminadas a elevar el gasto social, que aumentará en casi 5.000 millones anuales con el pacto. Sin embargo, los socialistas no están dispuestos a aceptar un gobierno que no aborde una subida de impuestos que permita mantener el resto de gastos y lamentan que Ciudadanos haya dejado de lado la reforma fiscal que acordaron en primavera. “Este pacto lleva a España hacia un estado de bienestar low cost”, lamenta Saura. Para Jordi Sevilla, responsable del programa económico de los socialistas, el problema de las medidas no es la cantidad, sino "las discrepancias cualitativas".

¿Cómo es posible que el partido diga esto después de que hayan acordado elevar el gasto público en 29.000 millones a lo largo de toda la legislatura? La respuesta es que el acuerdo es neutral desde el punto de vista fiscal, esto es, equilibra los gastos y los ingresos para no generar déficit. Sin embargo, deja en el aire cómo se cumplirá con la senda de reducción del déficit que exige Bruselas.

El ajuste para 2017 es de 15.000 millones de euros, pero ya no contará con los comodines de de la reforma del Impuesto de Sociedades, la lucha contra el fraude fiscal y el recorte en diputaciones y empresas públicas, que ya están agotados por Ciudadanos en este pacto. Esto significa que será necesaria una nueva vuelta de tuerca a los recortes o a los impuestos. Rivera aseguró que las subidas de los impuestos se habían acabado, por lo que sólo queda una vía para cumplir con Bruselas: reducir otras partidas presupuestarias.

'No'

El PSOE votará no a Rajoy y a cualquier gobierno que no incluya una reforma fiscal integral con la que se suban los impuestos directos, que son aquellos que más contribuyen a la redistribución de la renta. “Con las medidas impositivas que plantea el acuerdo del PP y Ciudadanos ni siquiera daría para evitar los recortes de 26.000 millones que hay que hacer hasta 2018 para cumplir con las exigencias de Bruselas”, critica Saura, lo que condenaría a realizar otro tipo de recortes.

Aunque existen estas 100 medidas en las que están de acuerdo los tres partidos, los socialistas quieren mantener la reforma fiscal a la que llegaron con Ciudadanos. “Habíamos alcanzado acuerdos para los Impuestos de Sucesiones, Donaciones o de Grandes Fortunas que aquí no aparecen”, explica Saura.

Para Ciudadanos, este acuerdo es un pacto de investidura, pero en ningún momento supone un cheque en blanco para que el PP firme el Presupuestos que quiera. Esto significa que tendrán que negociar el resto de ingresos y gastos públicos. El PSOE votará no a la investidura de Rajoy, pero esto significa que el tiempo seguirá corriendo y se perderá la oportunidad de avanzar en algunas partidas de gasto social como las que ha arrancado Ciudadanos al PP.

Un modelo de estado

El PSOE cree que apoyar el pacto supondría incumplir la promesa del modelo de estado que dio a sus votantes durante la campaña electoral. Los cálculos de los socialistas son que el gasto público estará este año en el entorno del 37,5% del PIB y el gasto va a situarse en el 42%. Para que no haya déficit hay que igualar los dos porcentajes (igual gasto e ingresos), por lo que, “si no se suben los impuestos, se bajará el gasto, lo que nos alejará todavía más de Europa”, critica Saura.

Pero el diputado socialista señala que faltan algunas cifras en el pacto que despiertan nuevas dudas. Un ejemplo es el acuerdo de “recuperar progresivamente los niveles de gasto público sanitario por habitante”, que no está contabilizado cuánto costaría. Pero tampoco se valora el coste de las políticas activas de empleo, ni se valoran los 5.000 millones de euros que costaría la rebaja del IRPF a partir de 2018. “Además, de esta rebaja de impuestos se beneficiarían directamente las rentas más altas, ya que al 10% más rico le corresponderían 2.000 millones de los 5.000 millones totales”, indica Saura.

La la reforma laboral del PP generó un desequilibrio a favor de la empresa que con este acuerdo no se cambia

Pero no sólo las políticas de gasto público definen el modelo de estado que quiere el PSOE. Para los socialistas, Ciudadanos ha dejado de lado otro de los puntos prioritarios para el partido: el mercado de trabajo. El pacto entre Ciudadanos y el PSOE no hablaba de derogar la reforma laboral del PP, pero sí que se introducían importantes modificaciones. Entre ellas una para “recuperar el equilibrio en las relaciones laborales reformando la negociación colectiva”. Los dos partidos volvían a dar prioridad al convenio sectorial por encima del de empresa, algo que se ha omitido en este pacto entre el PP y Ciudadanos. “La clave de la reforma laboral del PP está en que generó un desequilibrio a favor de la empresa y con este acuerdo no se cambia, ya que no hay ni la más mínima referencia”, lamenta Saura.

Si el PSOE quiere cumplir con sus promesas electorales, tendrá que apretar más al Partido Popular para ir un paso más lejos, en cuestiones sociales, de lo que ha forzado Ciudadanos. Pero los acuerdos y las concesiones se consiguen negociando, aunque tal vez eso no sea lo importante en esta investidura, sino los nombres propios.

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