“En política no existe la herencia a beneficio de inventario. Sabemos que se nos juzgará por lo que consigamos y no por lo que intentemos o cómo nos hayamos encontrado las cosas”. Estas son palabras del candidato del PP en el debate de investidura, pero no en este, sino en el del año 2011, después de que su partido lograra la mayoría absoluta. Después de toda la legislatura y una prórroga en funciones, los datos del mercado laboral publicados la semana pasada por Eurostat siguen sacando los colores al gobierno tanto como lo hacían cuando Rajoy ganó las elecciones.
Es cierto que en España se ha frenado la destrucción de empleo y se han vuelto a crear puestos de trabajo, pero esta recuperación ha sido generalizada en el resto del continente. La consecuencia es que España sigue muy lejos del resto de países europeos.
1. Uno de cada cuatro parados de la eurozona es español. Rajoy ha repetido en numerosas ocasiones este año que uno de cada cuatro nuevos puestos de trabajo se crea en España, sin embargo, omite un dato muy preocupante: en el país vive uno de cada cuatro parados que hay en la Zona Euro. En julio todavía quedaban casi 4,5 millones de personas desempleadas según los datos publicados el miércoles por Eurostat, mientras que en el resto de países de la eurozona ya son menos de 12 millones (como aparece en el gráfico que encabeza la noticia). El siguiente país tras España en número de parados es Francia, que tiene casi 1,5 millones de desempleados menos.
La tasa de paro en España, esto es, el porcentaje de población que está desempleada sobre el total de personas que quieren trabajar (población activa) es la segunda más elevada de toda la zona euro. Solo en Grecia hay más proporción de la población sin trabajo. En concreto, la tasa de paro en España se situó en julio en el 19,6%, casi el doble que el resto de la eurozona, que ya está en el 10,1%.
2. El problema del subempleo. Este concepto es muy importante para el mercado laboral que significa todos los trabajos a tiempo parcial que están ocupados por personas que les gustaría trabajar más horas. Este indicador es un buen reflejo de la calidad del trabajo en un país, ya que, si muchos empleados se tienen que conformar con trabajar menos horas de las que les gustaría significa que no encuentran un trabajo mejor a tiempo completo.
En España hay un 8,1% de los trabajadores que querrían trabajar más horas, pero que tienen que conformarse con un submepleo, el segundo peor país de toda la eurozona. Solo Chipre está en una situación peor, con una tasa del 9,4%. En el conjunto de la región, el subempleo está en el 5%.
3. El triple de temporales que en Grecia. El problema del desempleo se manifiesta de muchas maneras y una es la baja calidad del empleo. Si a esto se une la elevada estacionalidad de algunos de los motores económicos del país (el turismo es el mejor ejemplo), la consecuencia es una: España bate todos los récords europeos de temporalidad. El 20,9% de los trabajadores tienen un contrato temporal, esto es, uno de cada cinco.
Esta situación es impensable en la mayoría de los países de la eurozona. La media de la región de contratos temporales está en el 12,8% y en muchos países está por debajo del 10%. El porcentaje de temporales en Italia está en el 9,7%; en Grecia, en el 7,1%; o en Irlanda, en el 6,6%.
4. Parado joven, parado español. En la eurozona hay casi 3 millones de jóvenes menores de 25 años que están en el paro, según los datos de Eurostat. De todos ellos, casi un 22% son españoles. Este ha sido uno de los grandes problemas del país durante años, ya que antes del estallido de la crisis España también tenía en torno a un 20% de los parados jóvenes. En el año 2011 España llegó a tener casi un 29% de todos los desempleados menores de 25 años de toda la eurozona.
La consecuencia es que la tasa de paro juvenil en España sigue siendo de más del doble de la europea. En concreto, de todas las personas con menos de 25 años que quieren trabajar, solo un 57% pueden hacerlo, mientras que en el resto de la eurozona, tienen trabajo el 80%.
5. Trabajo de baja cualificación. El mercado laboral español tiene que lidiar con los pobres niveles de formación que tiene el país, fruto de los problemas educativos que arrastra durante años. La consecuencia de la baja formación es la poca productividad y la dificultad para adaptarse a un mercado laboral cambiante que demanda nuevos perfiles. España es uno de los países europeos con más porcentaje de trabajadores que no tienen ni la educación secundaria con un 33% de los empleados sin formación.
Sólo hay dos países en una situación peor: Malta, con un 41% de sus trabajadores en el nivel educativo más bajo y Portugal, con un 46,3%. La media de la eurozona de empleados que no tienen la secundaria es del 19,3%, casi 15 puntos menos de España.
6. ¿Cómo se pagarán las pensiones? De todas las personas en edad de trabajar (tomando como referencia entre 20 y 64 años), en España tienen un empleo un 62,8%. Este es un grave problema para el país y un agujero en la Seguridad Social, ya que quedan muy pocos cotizantes sobre el total de la población.
En la eurozona tienen trabajo un 69,2% de las personas en esta franja de edad y en algunos países la tasa es superior. Por ejemplo, en Alemania trabajan un 78,2% de las personas en edad de trabajar.
7. Los beneficios de la migración. El envejecimiento de la población es uno de los mayores problemas de los países desarrollados y una de las soluciones que tiene es la llegada de extranjeros en edad de trabajar y también de concebir hijos. Una gran multitud de estudios han mostrado las ventajas de la inmigración, pero el país de acogida tiene que ser capaz de ofrecer un trabajo a las personas que llegan. Este es el gran problema de España: de todos los extranjeros en edad de trabajar, sólo lo hace el 56,1%, el tercer peor dato de la eurozona, solo superado por Grecia, con un 49,4% de los extranjeros con empleo, e Italia, con el 55,7%.
Del resto de extranjeros en edad de trabajar, el 18,2% está en el paro y el 25,7% no están activos (no buscan empleo). Alemania, uno de los países que está recibiendo más presión migratoria, tiene al 73,3% de los extranjeros trabajando y sólo un 3,9% en el paro.
8. El abandono. Todos estos problemas conjuntos de España: la tasa de paro, la baja formación, la inmigración, la baja calidad del empleo… confluyen en el drama social del paro de larga duración. En la eurozona hay 8,3 millones de personas que llevan más de un año desempleados y que anteriormente estaban trabajando. De estos, 2,3 millones son españoles, esto es, casi uno de cada tres parados de larga duración son españoles.
El paro de larga duración en España afecta especialmente a las mujeres. El 51% de las mujeres que están desempleadas llevan más de un año en esta situación, lo que supone que muchas de ellas tienen muy difícil volver a reengancharse. Los problemas se multiplican en el caso del paro de muy larga duración, esto es, más de dos años buscando un empleo. En esta situación se encuentra el 35,3% de las mujeres desempleadas. La consecuencia es que una de cada tres mujeres que llevan más de dos años en paro en la eurozona son españolas.