Pasar de cazador a cazado en sólo unos días. La compañía dueña de marcas como Milka, Oreo y Toblerone, entre otras, se ha situado en el punto de mira: es una de las multinacionales sobre las que sobrevuela el fantasma de poder ser adquirida. ¿Por qué? Porque Mondelez acaba de fracasar en su intento por hacerse con el control de Hershey, con la que aspiraba a ser en el mayor fabricante de dulces y chocolates del mundo.
“Realmente, no hay muchas opciones. Hershey era su única oportunidad”, asegura Ken Shea, analista de la división de Inteligencia de Bloomberg. Mondelez necesitaba ‘comerse’ un pez más pequeño para escapar de los más grandes, en un momento en el que la industria alimentaria vuelve a estar inmersa en una oleada de especulaciones sobre posibles fusiones y adquisiciones.
Pero Mondelez no es precisamente una compañía pequeña. Su valor en bolsa ronda los 69.000 millones de dólares (cerca de 61.800 millones de euros) y alcanza un volumen de ingresos anual de más de 26.700 millones de euros y cerca de 2.490 millones de beneficio neto. Como comparación, ingresa casi 6.000 millones más que Inditex, aunque es menos rentable que la dueña de Zara (ésta ganó 2.875 millones el pasado ejercicio). Y tampoco tiene problemas financieros, porque iba a ser capaz de pagar 23.000 millones de euros por Hershey.
¿Cuál es el problema de Mondelez?
Mondelez tiene, básicamente, dos problemas. El primero, que su negocio está fuera de Estados Unidos y no ha conseguido el crecimiento que esperaba en algunos mercados emergentes. El segundo, que pese a ser rentable su margen de beneficio sobre ventas no es lo suficientemente amplio para las preferencias de los inversores. Por eso, también, necesitaba a Hershey. Era el vehículo adecuado.
Su unión no fue posible porque la dirección del fabricante de chocolates estadounidense reclamaba 125 dólares por acción para aceptar la oferta, cuando Mondelez sólo estaba dispuesto a ofrecer 115 dólares. “No hay recorrido”, reconoció la consejera delegada de Mondelez, Irene Rosenfeld, a principios de semana. La bolsa lo celebró y las acciones de su compañía se apuntaron el martes un repunte del 4%.
¿Quién puede hacerse con el control de Mondelez? Dado el valor bursátil de la compañía, esos más de 61.000 millones de euros, no hay muchas empresas capaces de hacer ese desembolso. Sin embargo, hay un nombre que suena como candidato y que, además, está muy ligado al pasado de Mondelez: Kraft Heinz. De hecho, hasta hace sólo cuatro años, eran la misma empresa.
El negocio de Mondelez era una parte de Kraft hasta 2012. Ese año, Kraft decidió escindirse en dos. Creó una nueva compañía que fundamentalmente gestionaba sus actividades fuera de Estados Unidos y se centraba en el negocio del chocolate y los ‘snacks’, Mondelez. Kraft Foods se quedó como una compañía más pequeña, centrada en productos como el café o el queso y enfocada a su mercado doméstico.
La metamorfosis de Kraft
Pero la Kraft de hoy es muy diferente. Su gran transformación se produjo en 2015 de la mano del gigante de la inversión Warren Buffett (a través de su brazo inversor Berkshire Hathaway) y el fondo de inversión 3G. Juntos impulsaron la fusión de Heinz, que ellos controlaban, con Kraft y crear así la quinta mayor empresa del mundo por volumen de ventas, según las estimaciones de WSJ.
Kraft es un gigante con una capitalización de 109.000 millones de dólares, casi 40.000 millones más que Mondelez. Sin embargo, ambas tienen un volumen de ventas similar. Este año, según las estimaciones de Bloomberg para el ejercicio 2016, Mondelez ingresará 26.900 millones de dólares, frente a los 26.600 del grupo Kraft Heinz. Sin embargo, esta última es significativamente más rentable. En este ejercicio, su beneficio rondará los 4.000 millones de dólares, frente a los 2.800 de Mondelez, según las citadas estimaciones.
En España, el gigante del chocolate opera a través de una cabecera Mondelez Iberia Snacking Holdings, que depende de una sociedad con sede en Holanda, Mondelez España Biscuits Holdings BV. La cabeza española tiene como actividad la participación en otras compañías, así como la explotación de patentes, marcas y licencias. Como tal, no genera ingresos, lo hace a través de las 11 sociedades en las que participa. En 2014, el último ejercicio con cuentas presentadas en el Registro Mercantil, su resultado neto fueron pérdidas por valor de 4,48 millones de euros.
De las sociedades que controla, las pérdidas más sustanciales correspondieron a Mondelez España Commercial S.L., que cerró 2014 con números rojos por importe de 15,2 millones de euros y un volumen de facturación de 646,3 millones.