La unión de los desmanes autonómicos con el gasto y la pobre financiación de las regiones solo podía dar un resultado explosivo. Y la realidad confirma que así es. La deuda de las comunidades está en una escalada imparable y en el último año han elevado su pasivo en casi 23.000 millones de euros. Los datos publicados esta semana por el Banco de España no dejan lugar a dudas: nadie respeta la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, ni las regiones demuestran responsabilidad fiscal, ni el Estado se preocupa por controlar (y financiar) las cuentas autonómicas.
El descontrol es generalizado, pero donde es más grave es en Cataluña. La Generalitat ha disparado su deuda en el último año en 8.200 millones de euros hasta el segundo trimestre del año, con lo que alcanza ya los 74.800 millones. Esto significa que en doce meses, cada catalán ha acumulado 1.100 euros de deuda más. Y eso que ya era la comunidad más endeudada en función del número de habitantes. En total, cada catalán debe hoy algo más de 10.000 euros, y esto es sólo la deuda autonómica.
Cataluña, como el resto de las autonomías de régimen común, tiene un problema de infrafinanciación para pagar sus servicios básicos. Pero todo el gasto público no se destina a Sanidad o Educación, también hay gasto público que se destina a cuestiones políticas y que, al margen de si es más o menos necesario, contribuye a elevar la deuda de la comunidad. El viernes se conoció que el coste de alquilar los locales de sus ocho delegaciones supera el millón de euros al año.
Esto significa que la Generalitat se gastará más este año en mantener sus oficinas de Acción Exterior en el centro de las grandes ciudades que en Dependencia. En concreto, por cada euro destinado a la Dependencia se destinarán cuatro a alquileres. La partida presupuestaria de Dependencia para 2016 es de algo menos de 225.000 euros, mientras que un solo alquiler, el de la oficina de Washington, supera los 300.000 euros.
La situación financiera de la región es muy delicada y si sobrevive es gracias a la financiación que le proporciona el Estado a través del Fondo de Financiación Autonómica (FLA) y el Fondo de Financiación del Pago a Proveedores (FFPP). Según los cálculos del Ministerio de Hacienda, la Generalitat se ha ahorrado en intereses algo más de 15.700 millones de euros gracias a la financiación facilitada por el Estado.
Cataluña fue una de las primeras autonomías en adherirse al FLA y así ha conseguido pagar los bonos patrióticos emitidos durante la época del tripartito. Pero el FLA no asume automáticamente la deuda de corto plazo (con vencimiento inferior a un año), sino que necesita la aprobación del Consejo de Ministros. La Generalitat lleva desde diciembre intentando que el Gobierno apruebe que el FLA se haga cargo de una serie de préstamos por valor de 1.600 millones de euros que le vencen periódicamente y que cada vez tiene más difícil refinanciar con los bancos. En palabras del vicepresidente y consejero de Hacienda, Oriol Junqueras: “La tesorería catalana está en una situación muy, muy compleja".
El mayor déficit
La Generalitat sigue acumulando déficits en sus cuentas públicas, por lo que su deuda seguirá aumentando durante los próximos meses. Los datos de la ejecución presupuestaria de la Intervención General del Estado (IGAE) hasta mayo reflejan que casi uno de cada cuatro euros de déficit de las regiones es de Cataluña. En concreto, en los cinco primeros meses del año ha acumulado un pasivo de 880 millones de euros de los 4.000 millones de euros del conjunto de las autonomías.
En cuanto al porcentaje del PIB, Cataluña acumula un desfase del 0,41%, mientras que el objetivo oficioso el del 0,7% (es el último marcado en el Programa de Estabilidad y que ahora está revisando el Ministerio de Hacienda). También esta ratio es superior a la del conjunto de autonomías, cuyo déficit se situó en mayo en el 0,36% del PIB.
Y eso que Cataluña es una de las cinco autonomías que ha recibido ya un anticipo del sistema de financiación. En concreto, ha recibido 350 millones de euros. Sin estos fondos, el déficit de la Generalitat hasta mayo alcanzaría los 1.230 millones de euros, un 0,58% de su PIB.
Mientras prosigue el desfase de sus cuentas públicas y a la espera de una reforma del sistema de financiación autonómica, la CUP está exigiendo un importante aumento del gasto público para aprobar los próximos Presupuestos. Una de las exigencias de la formación a Junts pel Sí es elevar el número de delegaciones en el exterior, y el Govern ya ha anunciado que para el próximo año se abrirán 10 más.
PSOE
Por detrás de Cataluña, las tres regiones que más elevaron su deuda en el último año están gobernadas ahora por el PSOE: Comunidad Valenciana, Aragón y Extremadura. En el caso de la Comunidad Valenciana, en este periodo se han acumulado 629 euros de deuda nueva por cada habitante, lo que eleva el pasivo total hasta los 8.750 euros.
En Aragón la deuda pública aumentó en 618 euros por habitante, lo que lleva el pasivo hasta 5.645 euros. Por su parte, en Extremadura aumentó en 579 euros por ciudadano, hasta alcanzar los 3.700 euros. En el extremo opuesto, las autonomías que menos aumentaron su deuda son Canarias, gobernada por Coalición Canaria, con 124 euros de deuda nueva por habitante, y Galicia, presidida por el PP y con 190 euros de pasivo nuevo. Además, Canarias es la comunidad con menor deuda por cada ciudadano, con 3.170 euros de deuda por habitante.