El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado este lunes a sus colegas del Eurogrupo el paquete de ajustes aprobado por el Gobierno de Rajoy para cumplir los objetivos de déficit exigidos por la UE. Un plan que incluye una subida de impuestos por valor de 4.650 millones de euros. Y la primera reacción de Bruselas a este aumento de la presión fiscal es positiva.

"El ministro Guindos nos ha anunciado las medidas previstas y aprobadas y creemos que van en la buena dirección", ha asegurado el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. "Ahora estamos esperando el plan presupuestario definitivo (para 2017), pero es evidente que las cosas avanzan por el buen camino", ha insistido.

Moscovici no ha precisado si los ajustes de España le parecen suficientes o si el Gobierno de Rajoy todavía deberá adoptar más medidas. Una vez que reciba el plan español definitivo, la Comisión Europea elaborará y publicará un dictamen con su opinión.

El Eurogrupo ha pasado revista este lunes a los planes presupuestarios de todos los países de la eurozona. España figura en el grupo de los Estados miembros cuyas cuentas públicas corren el riesgo de incumplir el Pacto de Estabilidad, ya que el análisis de Bruselas todavía no tiene en cuenta las decisiones del último Consejo de Ministros. Junto con España, la UE también ve problemas en los presupuestos de Italia, Bélgica, Lituania, Eslovenia, Finlandia, Chipre y Portugal.

Tanto España como Portugal acaban de librarse de una multa de la UE por incumplir el objetivo de déficit en 2015 y de la congelación de los fondos estructurales. Dijsselbloem ha dicho que la decisión de Bruselas de perdonar a Madrid y Lisboa es jurídicamente "correcta" pero se ha quejado de su lentitud. "Si la situación se repite, hay que actuar más rápidamente", ha dicho. Un nuevo incumplimiento llevaría sanciones casi automáticas para los dos países.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha anunciado que en los próximos "dos o tres días" remitirá a Bruselas el plan presupuestario de España, es decir, las grandes cifras de ingresos y gastos de las cuentas públicas aprobadas por el Consejo de Ministros. Y ha garantizado que cumplirá las exigencias de la UE de reducir el déficit nominal hasta el 3,1%, con un ajuste estructural -es decir, permanente- de más de 5.000 millones de euros (el 0,5% del PIB).

Guindos ha presumido además ante sus colegas de la buena marcha de la economía española. Los últimos indicadores conocidos -como la confianza de los consumidores o el sentimiento del sector servicios- apuntan a que la evolución del último trimestre del año es "buena". Y que incluso ha habido una "aceleración" en la creación de empleo, que podría situarse en el 1% en el dato desestacionalizado.

"La economía española sigue manteniendo una inercia fuerte y vamos a entrar en el año 2017 con un crecimiento superior al que habíamos proyectado hace unos meses", ha resaltado el ministro de Economía. Esto demuestra, ha proseguido Guindos, el "comportamiento diferencial" de España respecto al resto de países de la eurozona, que no depende únicamente de los "vientos de cola", como la caída de los precios del petróleo o el estímulo monetario del Banco Central Europeo (BCE).

No habrá estímulo presupuestario

Los ministros de Economía han tumbado este lunes la recomendación que Bruselas había dirigido a Alemania y a Holanda para que pusieran fin a la austeridad y aumentaran el gasto público. Según la Comisión, la eurozona necesita un estímulo fiscal adicional de 50.000 millones de euros en 2017 para apuntalar una recuperación frágil y reducir el paro y las desigualdades. Y este impulso debe correr a cargo de los países que tienen margen presupuestario, es decir, de Berlín y La Haya, los mayores defensores de la disciplina fiscal en la eurozona.

"El Eurogrupo no ha apoyado poner una cifra o fijar un objetivo" de estímulo presupuestario, ha dicho el holandés Dijsselbloem. El comunicado final aprobado por los ministros señala que Alemania, Holanda y Luxemburgo superan incluso los objetivos de reducción de déficit recomendados por la UE y por ello "podrían usar su favorable situación presupuestaria para reforzar su demanda doméstica". Pero añade que eso debe hacerse respetando las prerrogativas y los requisitos nacionales.