El Gobierno recibe, por segundo día consecutivo, una corrección a la baja del cuadro macroeconómico que está utilizando para elaborar el Presupuesto de 2017. El lunes fue el FMI quien estimó un ritmo de crecimiento menor para el próximo ejercicio y hoy es el Banco de España quien corrige las estimaciones del Ministerio de Economía. La entidad se muestra más conservadora que el Ejecutivo tanto en términos de creación de empleo, como de crecimiento económico. Y eso que ha revisado al alza ambos indicadores para este año y el próximo.
Si bien los datos para 2016 son similares para los dos organismos, a partir de 2017 se genera una divergencia que se amplía para 2018 y 2019. El Gobierno cree que el ritmo de crecimiento de la economía española se estabilizará en el entorno del 2,5% durante la legislatura, mientras que el Banco de España teme que se ralentizará hasta el 2%.
Como consecuencia, la proyección de creación de empleo que maneja el Banco de España es más conservadora, aunque también refleja una clara recuperación del mercado laboral. En concreto, prevé que se creen algo más de 1.500.000 puestos de trabajo a tiempo completo (medidos en términos de Contabilidad Nacional) hasta 2019, esto es, 200.000 empleos menos de los que estima el Gobierno. El resultado es un ritmo de caída de la tasa de paro más lento, que será del 15% de media en 2019, frente al 13,8% que prevé el Ejecutivo. Esto es, en 2019 el Banco de España cree que la tasa de paro será 1,2 puntos superior a la que prevé Economía.
El resultado es una proyección para el PIB nominal (que incorpora la evolución de los precios, que es muy similar en los dos casos) más conservadora en comparación con la que realiza el Gobierno. En concreto, en 2019 la economía española habrá crecido 1,4 puntos menos de lo que estima el Ejecutivo, o lo que es lo mismo, unos 14.000 millones menos de crecimiento nominal.
Para el Banco de España, los mayores riesgos de desviación sobre este escenario del PIB son a la baja. En este sentido se une a la advertencia de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Ambos organismos alertan de que el contexto internacional podría generar sorpresas negativas para la economía española. "En los últimos meses se han intensificado las incertidumbres acerca del rumbo de las políticas económicas globales -de modo singular por lo que respecta a la economía estadounidense-, lo que podría terminar repercutiendo negativamente en la economía mundial", señala el Banco de España. También alerta de los numerosos procesos electorales que tendrán lugar el próximo año y que podrían generar más incertidumbre.
En cuanto a la economía española, la entidad señala que el ajuste presupuestario para cumplir con la senda de reducción del déficit podría "comportar un menor dinamismo de la actividad a corto plazo".
Menos consumo, más inversión
Las previsiones más conservadoras del Banco de España se asientan sobre una estimación más moderada del consumo de los hogares, el principal motor del crecimiento. El Gobierno ha revisado al alza la mayor parte de sus previsiones para los próximos tres años, mientras que el BdE apenas ha modificado sus estimaciones en este cuadro (cerrado a 24 de noviembre, esto es, antes de la subida de impuestos que se anunció hace dos semanas)
La entidad proyecta un crecimiento del consumo privado del 2,1% para 2017 frente al 2,7% que estima el Gobierno. Además, el BdE proyecta una ralentización más acusada, hasta el punto de que el consumo privado avanzará un 1,5% en 2019 frente al 2,4% que estima el Ejecutivo. Casi un punto porcentual de diferencia.
La reanudación de la consolidación presupuestaria podría comportar un menor dinamismo de la actividad a corto plazo
Sin embargo, el Banco de España es más optimista en cuanto a la inversión en Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF). Según sus estimaciones, la inversión empresarial avanzará a ritmos superiores al 4% de media durante los tres próximos años, mientras que el Gobierno estima que estará en el entorno del 3,5%.
El Gobierno también es más pesimista respecto a la contribución del sector exterior, pero es el resultado de prever una evolución tan positiva del consumo de los hogares, que disparará las importaciones, que aumentarán a ritmos del 6% durante los próximos tres años. El resultado es que el sector exterior aportará apenas una décima al PIB cada año.
Sin embargo, el Gobierno tiene un notable optimismo en cuanto la evolución de las exportaciones que el Banco de España no comparte. Para el Ejecutivo, el ritmo de crecimiento de las ventas al exterior avanzará a ritmos próximos al 6% hasta 2019, mientras que el BdE prevé un crecimiento que no superará el 4,5%.