La economía española sigue sorprendiendo a los analistas. Hoy ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI) quien ha revisado al alza sus propias estimaciones de crecimiento ante el buen desempeño que ha registrado la actividad en la recta final del año. El Fondo anticipa un crecimiento del 2,3% para 2017, por debajo del 3,2% con el que estima que ha cerrado España en 2016. Esta estimación es una décima superior a la que manejaba en octubre, pero sigue por debajo de las previsiones del Gobierno, que son más optimistas. En el Plan Presupuestario remitido a Bruselas, el Ejecutivo anticipa un avance del PIB real del 2,5%.
El Fondo cree que la ralentización de la actividad en España tampoco será tan pronunciada como estimaba hace unos meses. En concreto, ha elevado su previsión de crecimiento para 2018 en dos décimas, hasta el 2,1%. A pesar de la mejora, también está por debajo del supuesto del Gobierno, que espera un avance del PIB del 2,4%.
En su actualización del informe Perspectivas para la Economía Mundial, el FMI ha mantenido sin cambios su previsión de crecimiento para el conjunto del mundo. Según sus cálculos, el PIB se acelerará este año hasta el 3,4% y en 2018 alcanzará ritmos del 3,6%. Sin embargo, estas estimaciones podrían desviarse al alza una vez que la Administración Trump entre en funcionamiento. El Fondo señala que "las políticas de estímulo podrían tener un efecto más benéfico para la actividad que el que reflejan los pronósticos actuales".
El aumento de las restricciones al comercio mundial y a la migración dañaría la productividad y los ingresos, y golpearía inmediatamente el ánimo de los mercados
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Si el nuevo presidente de Estados Unidos ejecuta las políticas proteccionistas que ha prometido, podría generar un contagio sobre los socios comerciales del país y contrarrestar así cualquier efecto positivo de los estímulos fiscales internos. El Fondo es muy claro: "El aumento de las restricciones al comercio mundial y a la migración dañaría la productividad y los ingresos, y golpearía inmediatamente el ánimo de los mercados".
El mejor ejemplo está en México, una economía muy dependiente de las exportaciones a EEUU y que ya está sufriendo las consecuencias de la victoria de Trump, por ejemplo con empresas que congelan sus inversiones o el desplome del Peso. El Fondo ha rebajado en nada menos que seis décimas la previsión de crecimiento para el país tanto para 2017 como 2018. De este modo, la economía mexicana se frenará del 2,2% de 2016 hasta el 1,7% en 2017 y al 2% en 2018.
Por el contrario, una política más moderada que genere estabilidad y confianza podría generar efectos alcistas sobre el crecimiento. "Si se consolida la confianza en la recuperación de la demanda mundial" podría producirse "un aumento de la inversión, como parecen sugerirlo algunos indicadores financieros.
Además del "aislacionismo", el FMI también señala como uno de los mayores riesgos para la economía mundial el avance del populismo. El Fondo advierte que si las condiciones financieras se deterioran, las consecuencias se sentirán especialmente en la zona euro, debido a los montantes de deuda, tanto pública como privada, y los desequilibrios de la banca, que todavía no ha terminado su proceso de saneamiento.
Italia no va
El FMI ha revisado al alza el crecimiento para el conjunto de la eurozona en una décima para este año. Según sus estimaciones, el PIB de la región avanzará un 1,6% en 2017 y también en 2018, un ritmo muy lento que confirma la pobre recuperación de Europa. Sin embargo, el mayor problema vuelve a ser Italia, con una economía totalmente estancada y con previsiones a la baja. El Fondo dirigido por Christine Lagarde ha recortado en dos décimas la estimación de crecimiento de Italia hasta el 0,7% y en tres décimas para 2018, hasta el 0,8%.
De esta forma, Italia sigue alejándose del resto de economías desarrolladas. El FMI ha revisado al alza sus previsiones para este grupo de países, en una décima para este año y dos para el próximo, hasta el 1,9% y 2%. Sin embargo, como señala el Fondo, una vez que Trump ponga en marcha sus políticas económicas, actualizará las previsiones de crecimiento.