El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha reconocido que es inaceptable la situación que están viviendo las grandes empresas en los últimos años en los que apenas han pagado impuestos por sus beneficios, en comparación con las pequeñas y medianas empresas, que son las que han tenido un tipo efectivo mucho más alto. Montoro ha admitido que “no se entiende y no se puede aceptar que una pyme tribute un 18% y un grupo consolidado, un 7 o un 8%”.
En su comparecencia en la Comisión de Hacienda del Congreso, el ministro ha defendido su reforma del Impuesto de Sociedades aprobado el pasado mes de diciembre y que limita la utilización de las pérdidas de los ejercicios de la crisis para reducir su base imponible. Con esta medida, Hacienda recaudará unos 4.650 millones de euros, carga que recaerá principalmente sobre los grandes grupos empresariales.
El ministro ha pedido un esfuerzo a las grandes empresas por su propio bien. “A los grandes grupos les conviene tributar más”, ha advertido, porque, de lo contrario, “la cohesión social no se sostiene”. Las grandes empresas se han beneficiado de la situación tributaria favorable durante los últimos años y no ha sido hasta ahora cuando el ministro ha decidido cambiar su tributación. Los datos ofrecidos por el ministro son los correspondientes a 2015, ya que todavía no están disponibles las cifras al cierre de 2016.
A los grandes grupos les conviene tributar más, de lo contrario, la cohesión social no se sostiene
El ministro ha señalado que los principales tributos en España están ya en el entorno a los máximos de recaudación previos a la crisis, o por encima, con la salvedad del Impuesto de Sociedades, que tiene el agujero de la baja tributación de las grandes empresas. “Nos faltan 20.000 millones del Impuesto de Sociedades”, ha explicado el ministro, de ahí la reforma recién aprobada.
Algunas voces han reclamado al ministro que no suba los impuestos a las empresas y, en su lugar, reduzca el gasto público. Montoro ha rechazado tajantemente esta exigencia: “¿Qué baje más el gasto? No vamos a bajar más el gasto social”, ha señalado el ministro. En su opinión, sin esa capacidad de gasto que proporciona la tributación empresarial, “se produciría una desafección en la sociedad”.
Montoro ha alegado que en 2017 ya bajará el gasto público, pero como porcentaje del PIB. Esto es así porque con un crecimiento nominal de la economía "superior al 4%" y una congelación del gasto en los niveles de 2016 (presupuesto ejecutado), la consecuencia será que la ratio del gasto público sobre el PIB se reducirá en torno a un punto, ha explicado el ministro.