Bruselas

España incumplió el año pasado el objetivo de déficit exigido por la UE (ya que el desfase presupuestario se situó en el 4,7% del PIB frente al 4,6% comprometido) y volverá a hacerlo, y por amplio margen, este año.

En sus previsiones económicas de otoño publicadas este lunes, la Comisión calcula que el déficit español se quedará en 2017 en el 3,5%, cuatro décimas más que el 3,1% pactado. Y ello pese a las subidas de impuestos por valor de 7.500 millones de euros acordadas entre el PP y el PSOE. El Gobierno de Mariano Rajoy tampoco cumplirá en 2018 (2,9% frente al 2,2% exigido).

En menos de un mes, el Ejecutivo comunitario ha empeorado en dos décimas su previsión de déficit para España. Cuando a mediados de enero aprobó su dictamen sobre el plan presupuestario español para 2017, calculó un desfase presupuestario del 3,3% que ahora amplía hasta el 3,5%. Entre los factores que cita Bruselas para justificar este empeoramiento se encuentran "pasivos contingentes" que no identifica y "la incertidumbre sobre el impacto de las recientes medidas presupuestarias".

Si se confirman los datos de la Comisión (el ministerio de Hacienda aún no ha publicado el cierre de 2016), España fue el país de la UE que registró un déficit público más alto el año pasado, muy por delante del 3,4% de Reino Unido y del 3,3% de Francia. En 2017 quedará en segunda posición, sólo superado por Rumanía (3,7%).

El empeoramiento de la previsión de déficit aumenta la presión sobre el Gobierno de Mariano Rajoy para que apruebe nuevos ajustes este año, que con el actual desfase ascenderían a 4.400 millones de euros. Con la complicación adicional de que de momento no cuenta con apoyos para sacar adelante los Presupuestos de 2017. El ministro de Economía, Luis de Guindos, se comprometió en el último Eurogrupo a adoptar más medidas si era necesario para cumplir el objetivo del 3,1%.

De momento, el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, mantiene su diagnóstico de que no es necesario poner en marcha nuevos recortes ahora. España mantiene un crecimiento "bastante sólido" y reducirá el déficit público por debajo del umbral del 3% en 2018, tal y como le exige la UE. "La evolución parece ir en la buena dirección", ha afirmado en rueda de prensa.

La situación de España es especialmente sensible porque el año pasado la UE ya le perdonó en el último minuto una multa de 2.000 millones de euros y la congelación de 1.300 millones de fondos estructurales por incumplir el déficit en 2015. Cualquier nuevo desliz debería reactivar un procedimiento casi automático de sanciones reforzadas de hasta 5.000 millones. Al Gobierno de Rajoy le salva que el Ejecutivo comunitario no tiene ningún apetito de multas ni batallas con los países miembros en un contexto de creciente incertidumbre mundial.

El crecimiento se desacelera

El crecimiento de la economía española se desacelerará desde el 3,2% registrado el año pasado hasta el 2,3% este año y el 2,1% en 2018, según los cálculos de Bruselas. Las previsiones de la Comisión siguen siendo más pesimistas que las de Guindos, que calcula un avance del 2,5% en 2017 y del 2,4% en 2018.

Para el Ejecutivo comunitario, "el crecimiento sigue sorprendiendo, pero emergen signos de desaceleración". En particular, el consumo privado se frenará porque el crecimiento del empleo se reduce y otros factores que apuntalaban la renta disponible en los últimos años (la caída del precio del petróleo, las reducciones de impuestos y la mejora de las condiciones de financiación) van remitiendo gradualmente.

Pese a la ralentización, España seguirá siendo el país que más crece entre los grandes de la eurozona, por delante de Alemania (1,6%), Francia (1,4%) o Italia (0,9%). La economía de la eurozona se expandirá un 1,6% este año y el conjunto de la UE avanzará un 1,8%.

La tasa de paro, que se situó en el 18,6% en el último trimestre del año pasado, seguirá bajando hasta el 17,7% de media en 2017 y el 16% en 2018. No obstante, Bruselas alerta de que "tras años de mejoras de competitividad, los costes laborales unitarios de España convergerán de nuevo con la media de la eurozona". El motivo es que los salarios empezarán a recuperarse este año en un entorno de pocos incrementos de la productividad.

La inflación se disparará del -0,3% de media el año pasado al 1,9% en 2017 por la subida prevista en los precios del petróleo y se moderará hasta el 1,7% en 2018. Finalmente, el nivel de deuda pública se estabilizará en torno al 100% del PIB durante los próximos años.

Noticias relacionadas