Es frecuente recordar cómo en el año 2008 el Gobierno socialista tardó en reconocer que se avecinaba una crisis que golpearía a los ciudadanos con crudeza. Lo hizo porque en aquel entonces, España padecía las consecuencias de una crisis financiera que acabó dañando a la economía real.
En 2020, los efectos del Covid-19 sobre el tejido empresarial y los trabajadores han sido tan letales que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, pidió este miércoles a los españoles que se preparen para una recesión.
Esta vez, no ha hecho falta esperar a las cifras oficiales (hay que recordar que para entrar en recesión es preciso que el PIB retroceda dos trimestres consecutivos) para anunciar la llegada de la crisis. Un retroceso económico que el Gobierno no quiere cuantificar hasta que los científicos sepan precisar cuándo se vencerá el virus. De ello depende la vuelta de la actividad de las empresas, algo imprescindible para la recuperación.
Sin embargo, la banca de inversión y varios organismos internacionales ya están haciendo esos cálculos. Pese a que el escenario es cambiante, la experiencia de Asia permite hacerse una idea del tiempo que será necesario para recuperar la actividad. Parece que el consenso es que España, al igual que el resto de la Eurozona, sufrirá una recesión corta -dos trimestres-, pero brusca y dura.
Después, la economía española iniciará un proceso de recuperación que tendrá forma de letra. Aunque los economistas no se ponen de acuerdo en dibujar la grafema, la esperanza es que el Gobierno lance un Plan de Estímulo en sus próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para que tenga una clara forma de V, lo que permita a los españoles recuperar la riqueza que van a perder en los próximos meses. Se apoyaría así la acción del Banco Central Europeo (BCE) que en la noche del miércoles demostró estar dispuesto a combatir esta crisis con artillería pesada.
El escenario económico que ha dibujado Goldman Sachs para este año es muy duro. La firma estadounidense tenía previsto que España creciera en 2020 un 1,8%, pero esta semana ha revisado esa proyección para pasar a pronosticar una caída del PIB del 1,4%.
Se trata de una pérdida de riqueza inferior a la que se experimentó en 2012, año del rescate financiero, cuando la economía española retrocedió un 3% y similar al año 2013. La diferencia es que el difícil contexto que arrastraba la economía de años atrás hizo más difícil digerir los datos de ese año. Evitar la forma de W de la crisis financiera es el objetivo del Gobierno cuando pase la prioridad de hacer frente a la emergencia sanitaria del coronavirus.
El consuelo del pronóstico de Goldman Sachs es que en 2021 la economía española crecerá un 4,3% (frente al 1,7% que estaba previsto antes del Covid-19). Esto indica que el banco de inversión podría estar manejando que se inyectarán estímulos en la economía.
Sin poner cifras, pero siguiendo esa estela, Caixabank reconoció este miércoles en un encuentro con analistas que la recesión que anunció el presidente del Gobierno será "corta y severa", pero vendrá acompañada de un repunte de la actividad en la segunda mitad de 2020.
Por su parte, el analista de renta fija de M&G,Richard Woolnough, avanzaba que el mundo sufrirá una recesión "relámpago" y atípica. Y auguraba una recuperación en forma de T o t, en función de los estímulos que bancos centrales y gobiernos pongan sobre la mesa. Con esta letra describe una rapidísima caída y una pronta salida que llevaría a las economías al mismo punto en el que se encontraban.
"Cuando termine la recesión, se podría haber producido el mayor colapso y también el mayor repunte de la historia en el PIB en base semanal y mensual en muchos países", advertía Woolnough en una nota para sus clientes.
Mucho más pesimista es el escenario que dibuja Morgan Stanley, con un hundimiento del PIB español del 5,5% este año.
Una crisis mundial
Pero esta nueva crisis no será cosa solo de España, ni tampoco se quedará en la Eurozona. La volatilidad de los mercados financieros y el estrés que se está notando en el crédito ha hecho también a S&P Global sumarse a las voces -como la OCDE- que han advertido que en 2020 la recesión provocada por el coronavirus será global.
De hecho, dado que la pandemia afecta a todo el planeta y en este momento, con especial crudeza a la Unión Europea, los profesores de ESADE Pedro Aznar y Pedro Rey advertían el martes en un webminar con periodistas que las soluciones económicas deben proceder de respuestas globales a esta crisis.
La geopolítica y las tensiones de la guerra comercial de los últimos meses ya habían hecho daño a la economía mundial, bajando sus defensas para enfrentarse a un virus del que ahora será mucho más complicado recuperarse.