La Comisión Europea de Ursula von der Leyen quiere dejar atrás cuanto antes el debate sobre los 'coronabonos' o los eurobonos. Una idea que enfrenta a Italia y España contra Alemania y Países Bajos y que amenaza con hacer estallar la eurozona. En su lugar, el Ejecutivo comunitario se plantea emitir deuda usando como garantía el presupuesto plurianual de la UE para financiar un plan de recuperación a gran escala de hasta 1,5 billones de euros, según explican fuentes diplomáticas.
La propia Von der Leyen ha dicho esta semana en la Eurocámara que es el presupuesto plurianual para 2021-2027 -y no los eurobonos o los 'coronabonos'- el que debe funcionar como "plan Marshall" para la reconstrucción de Europa una vez se supere la emergencia sanitaria del coronavirus. La 'Gran Reclusión' provocará un desplome económico sin precedentes del -7,5% en la eurozona este año, según los cálculos del FMI.
El Ejecutivo comunitario trabaja contra reloj en una propuesta revisada con "soluciones innovadoras" y con "más margen" para "desbloquear inversiones públicas y privadas masivas". El propósito principal de Bruselas no es subir el límite de gasto, que en su propuesta original de mayo de 2018 era del 1,11% del PIB europeo, es decir, 1,28 millones de euros en siete años. Un umbral intolerablemente alto para el club de los frugales (Suecia, Dinamarca, Países Bajos y Austria), cuya línea roja inamovible es el 1%.
En lo que trabaja el Ejecutivo comunitario ahora es en aumentar lo máximo posible su capacidad de emitir deuda con el fin de constituir este fondo de reconstrucción de hasta 1,5 billones de euros, que sería una pieza complementaria del presupuesto plurianual. Bruselas ya creó en 2010 un mecanismo similar pero limitado a 60.000 millones de euros para cofinanciar los rescates de Irlanda y Portugal. Las cantidades necesarias ahora son muy superiores.
Por eso, la Comisión pretende ahora ampliar su capacidad de endeudamiento. Según las normas vigentes, el total combinado del techo del presupuesto plurianual más el servicio de la deuda de los préstamos garantizados por el presupuesto de la Unión Europea no debe exceder el 1,23% del PIB en un año fiscal determinado. Von der Leyen quiere subir este umbral hasta el 2%. Una decisión bastante compleja puesto que requiere la ratificación parlamentaria en todos los Estados miembros.
¿La cuadratura del círculo?
Una vez conseguido este objetivo, Bruselas iría a los mercados a captar esa financiación de hasta 1,5 billones utilizando como garantía el presupuesto plurianual de la UE y también avales de los Estados miembros. Pero todavía quedan muchos detalles por definir.
El más importante es si este fondo de reconstrucción funcionaría a base de préstamos, y por tanto aumentaría la deuda de España e Italia quizá hasta niveles insostenibles; o mediante subvenciones, la opción preferida por Madrid, lo que significa que los bonos emitidos y sus intereses se reembolsarían con cargo a las arcas comunitarias.
La primera discusión en profundidad sobre este plan tendrá lugar durante la videocumbre de líderes europeos programada para el próximo jueves 23 de abril. Allí, Pedro Sánchez seguirá defendiendo los 'coronabonos' con el argumento de que es "la opción más coherente con una auténtica unión económica y monetaria", explican las fuentes consultadas.
No obstante, España no se cierra tampoco a la solución que plantea Von der Leyen. El Gobierno de Sánchez es consciente de que la idea de los eurobonos o los 'coronabonos' "suscita mucho rechazo en algunos Estados miembros" y considera que el plan de Bruselas podría ser "la cuadratura del círculo", un "punto de encuentro" entre Norte y Sur, una forma alternativa de mutualización de la deuda que permitiría a la UE responder de forma conjunta al reto de la reconstrucción.
Países Bajos y Alemania ya han dicho que prefieren que el plan de reconstrucción se articule a través del presupuesto plurianual de la UE, aunque son escépticos sobre los nuevos instrumentos que prepara Bruselas. La gran duda es si los 27 serán capaces de salir del bloqueo: los jefes de Estado y de Gobierno fracasaron en el intento de aprobar el presupuesto plurianual durante su última cumbre presencial celebrada a finales de febrero pese a una maratón negociadora de 30 horas seguidas.