Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han encargado este jueves a la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, que presente cuanto antes una propuesta para crear un "fondo de recuperación" multimillonario cuyo objetivo será asistir a los países más afectados por la crisis del coronavirus, como Italia y España, y a los sectores más golpeados, como el turismo. Sin embargo, persiste la división entre el Norte y el Sur sobre la dotación del fondo, la forma de financiarlo y la modalidad de las ayudas: subvenciones o préstamos.
Este fondo de reconstrucción económica se sustentará en el presupuesto plurianual de la UE y debe ponerse en marcha de forma "urgente", según ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al término de la videocumbre de líderes europeos, que ha durado cuatro horas. Debe ser "de suficiente magnitud" como para reactivar la economía comunitaria, ha insistido.
Von der Leyen ha confirmado que su equipo trabaja en un plan para emitir deuda con la garantía del presupuesto plurianual de la UE. La presidenta de la Comisión no ha querido dar cifras pero ha asegurado que la dotación será al menos de un billón de euros. Según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, podría alcanzar 1,5 billones. El fondo que ella prepara funcionará con una combinación de préstamos y subvenciones, ha explicado. La propuesta legislativa se presentará el 6 de mayo.
Durante la videocumbre, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha avisado de que la crisis del coronavirus provocará un desplome económico sin precedentes en la eurozona de hasta el 15% del producto interior bruto. La contracción económica será mucho más grave que la que se produjo durante la crisis financiera, ha insistido.
Lagarde les ha dicho a los jefes de Estado y de Gobierno de que el mayor riesgo ahora es la complacencia, hacer "demasiado poco, demasiado tarde", según confirman a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras de su discurso.
El BCE reclama a los líderes europeos que pongan en marcha "un fondo de recuperación rápido, firme y flexible". El objetivo final debe ser que todos los Estados miembros, incluso los más endeudados como Italia o España, puedan adoptar las medidas de estímulo presupuestario necesarias para superar la crisis.
Norte contra Sur
Por su parte, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha defendido durante el encuentro que la dotación del fondo de reconstrucción sea de 1,5 billones y que funcione a base de subvenciones a los Estados miembros para no engordar su deuda publica. "Los préstamos son esenciales para preservar el mercado interior y la igualdad de condiciones y para garantizar una respuesta simétrica a un shock simétrico", ha dicho Conte a sus colegas.
"La emergencia sanitaria se ha convertido muy rápidamente en una emergencia económica y social. Pero ahora nos enfrentamos también a una emergencia política", ha agregado Conte, cuya posición se acerca mucho a la que defiende España: un fondo de 1,5 billones financiado con deuda perpetua y que funcione a base de préstamos.
Pedro Sánchez ha defendido también durante la videocumbre que el fondo de reconstrucción dé subvenciones a fondo perdido a España e Italia por tres motivos: para evitar el sobreendeudamiento, por solidaridad y para preservar el mercado interior, según ha explicado la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. "Observamos un cambio de tono en el debate, vemos el inicio de una dinámica de negociación y vemos a España en el centro del juego", asegura González Laya.
"La respuesta a la crisis del coronavirus no está siendo simétrica porque la garantía de los Estados no es la misma, algunos han quedado más debilitados que otros. Si no la corregimos, esta asimetría se agravará y puede poner en peligro la coherencia de la zona euro y la unidad del mercado único", avisa el presidente francés, Emmanuel Macron, que apoya las peticiones de España e Italia.
En el bando contrario, el canciller austriaco, Sebastian Kurz, ha señalado que su país está dispuesto a mostrar solidaridad con el Sur, pero ha defendido que esto debe hacerse "con préstamos". "Una mutualización de la deuda o eurobonos no sería aceptable", ha escrito en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el primer ministro holandés, Mark Rutte, ha admitido que "el impacto del coronavirus en toda la UE, incluido el económico, es enorme". "Sobre la base de las propuestas de la Comisión Europea, trabajaremos constructivamente en una estrategia conjunta para la fase de recuperación, vinculada al presupuesto plurianual", ha dicho.
El compromiso de Bruselas
El plan de Von der Leyen empieza a perfilarse como un posible compromiso, un punto de encuentro entre Norte y Sur. Se trata de que sea la Comisión la que emita deuda para financiar el plan de reconstrucción. Serían una especie de eurobonos light: en lugar de estar respaldados por la garantía conjunta y solidaria de todos los Estados miembros, tendrían el aval del presupuesto plurianual de la UE. Su principal virtud es que eliminan del debate las palabras 'eurobonos' o 'coronabonos', que son tabú en Alemania y Países Bajos.
De hecho, la canciller Angela Merkel ha vuelto a descartar esta solución durante un debate celebrado este jueves en el Bundestag previo a la videocumbre. La puesta en marcha de los eurobonos "sería un proceso difícil y largo y no ayudaría directamente a nadie en la actual situación", ha alegado.
Eso sí, Merkel se muestra dispuesta a avalar un plan de reconstrucción que se base en el presupuesto plurianual de la UE. "Una cosa está clara: debemos estar dispuestos, en un espíritu de solidaridad y por un periodo limitado de tiempo, a aportar una contribución mucho más alta al presupuesto europeo. Porque queremos que todos los Estados miembros se recuperen", ha dicho.
También Finlandia, otro de los países que vetan los eurobonos, se muestra dispuesta a explorar la vía del presupuesto de la UE como instrumento para emitir deuda y financiar así el plan de reconstrucción. "Mantenemos una posición abierta y constructiva en el debate sobre el fondo de estímulo", ha dicho la primera ministra Sanna Marin al diario Kauppalehti. "La estabilidad de Europa y especialmente de la eurozona es un tema muy importante para Finlandia", resalta.
Por su parte, Italia empieza a abandonar su insistencia en los 'coronabonos' y apoya el plan de España, que es muy similar al de Von der Leyen. Francia también podría sumarse. "Un fondo basado en deuda perpetua sería la solución óptima. Una alternativa es un fondo que pida prestado con vencimientos tan a largo plazo como sea posible", ha dicho su ministro de Finanzas, Roberto Gualtieri, al periódico Financial Times.
Incluso Países Bajos acepta ya que se necesita un fondo de reconstrucción que complemente el presupuesto plurianual de la UE. Sin embargo, sigue sin haber acuerdo ni en la dotación, ni en la forma de financiarlo ni en cómo distribuir la ayuda entre los países más afectados por el Covid-19. De hecho, en todas estas cuestiones las posiciones están muy alejadas.
Un debate lejos de resolverse
Por ejemplo, el Gobierno de La Haya rechaza los dos puntos centrales del plan español. En primer lugar, el concepto de deuda perpetua, que según los holandeses no puede asociare a la UE ni a un órgano tecnocrático como la Comisión. En segundo lugar, Países Bajos no quiere que este fondo de reconstrucción conceda subvenciones a fondo perdido a Italia y España: tendrían que ser préstamos.
El debate está todavía muy lejos de resolverse. El siguiente paso es que el Ejecutivo comunitario adopte sus propuestas legislativas. Empezará entonces una doble negociación paralela: por un lado, el presupuesto plurianual 2021-2027, que enfrenta al club de los frugales contra los amigos de la cohesión. Por otro, el fondo de reconstrucción, independiente pero vinculado al presupuesto, que divide también a Norte y Sur.
El problema añadido es que, debido a las medidas restrictivas por el Covid-19, los jefes de Estado y de Gobierno siguen sin poder viajar a Bruselas para celebrar cumbres presenciales. "Esto es una dificultad para negociar un paquete tan ambicioso", admite un diplomático. La respuesta es que no hay un calendario claro para este plan de reconstrucción a gran escala. El objetivo del Gobierno de Sánchez es que esté operativo a principios de 2021.
De momento, los líderes europeos han ratificado el programa de emergencia por valor de 540.000 millones de euros aprobado por el Eurogrupo: piden que se aceleren los trámites para que las ayudas estén disponibles ya desde el 1 de junio. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ya ha dicho que España no pedirá ayudas del fondo de rescate (MEDE) pero no ha descartado solicitar un préstamo del instrumento para financiar ERTE y ayudas a autónomos (llamado Sure), aunque sin especificar cantidad.