El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lleva semanas insistiendo en que la del Covid-19 es una crisis simétrica que no se debe a errores de política económica y acabará golpeando por igual a todo los países de la UE. Es su principal argumento para reclamar a los países del Norte, en particular a Alemania, una respuesta fiscal europea potente, basada en la emisión conjunta de deuda, para sufragar en común los enormes gastos de la recuperación.
Sin embargo, las previsiones económicas que acaba de publicar la Comisión Europea desmontan por completo el mito de la crisis simétrica. España e Italia, los más golpeados por el coronavirus, serán los Estados miembros que sufran una mayor contracción económica en 2020 y tardarán en recuperarse. Los dos países encabezarán la destrucción de empleo y la subida de deuda pública. Los Gobiernos de Madrid y Roma son, además, los que tienen menos margen presupuestario para amortiguar el impacto del Covid-19.
En contraste, Alemania registrará una menor caída y se habrá recuperado ya en 2021, con una tasa de paro que no superará en ningún momento el 4%. El Gobierno de Angela Merkel es el que ha aprobado hasta ahora un mayor escudo fiscal contra la crisis. Las cifras de Bruselas dan munición a los países del Norte que no quieren asumir los riesgos y pagar la factura de sus vecinos del Sur mutualizando la deuda.
Debido al Covid-19, la Unión Europea ha entrado ya en la recesión más profunda de su historia. La economía de la eurozona se contraerá este año un 7,7% (-7,4% en el conjunto de la UE). Un desplome muy superior al 4,5% vivido en 2009, el punto álgido de la crisis financiera. Para 2021, Bruselas espera un rebote del 6,3% (6,1% en la UE), insuficiente para compensar la caída de este año. En total, un déficit de inversión de alrededor de 850.000 millones de euros en 2020 y 2021 respecto a lo previsto en otoño.
En este escenario, predominan los riesgos a la baja. Por ejemplo, si se produce una segunda ola de contagios en otoño podría reducir el PIB en otros 3 puntos porcentuales en 2020.
"Tanto la recesión como la recuperación serán desiguales. Estas cifras agregadas enmascaran considerables diferencias entre los Estados miembros", ha avisado el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni.
España será el tercer país con una caída más grave en 2020, sólo superada por Grecia (que se contraerá un 9,7% por su dependencia del turismo) e Italia (que cae un 9,5%). En contraste, Alemania sufrirá un desplome inferior a la media de la eurozona (-6,5%). Polonia es el país que sale mejor parado de la crisis (-4,3%).
La asimetría entre los Estados miembros será todavía más grave durante la fase de recuperación. "A finales de 2021, sólo Alemania, Austria, Croacia, Eslovaquia y Polonia habrán recuperado el nivel de actividad económica que tenían en el último trimestre de 2019. En contraste, el nivel de actividad en Italia, España y (sorprendentemente) Países Bajos seguirá más de dos puntos por debajo del nivel de finales de 2019, admite Gentiloni.
Italia y España son también los países donde la crisis tendrá efectos más destructivos en el empleo -pese a los ERTES- debido a la estructura de sus mercados laborales. En ambos países hay una elevada tasa de trabajadores temporales (España) o autónomos (Italia); las pymes, más frágiles durante las contracciones económicas, representan un alto porcentaje del empleo; y los sectores más en riesgo por el Covid -turismo, hostelería y transportes, tienen más peso en la economía, destaca el informe de Bruselas.
No obstante, la diferente situación de partida explica que las tasas de paro de Italia y España a finales de año se sitúen en niveles muy distintos. Mientras que España llegará al 18,9% porque ya tenía un 14,1% de desempleo el año pasado, en Italia no se superará el 11,8% de promedio. En contraste, en los países del Norte el paro no pasará del 5% en Alemania, del 5,8% en Austria o del 5,9% en Países Bajos.
Italia (-11,1%) y España (-10,1%) son también los Estados miembros que registrarán los mayores agujeros en sus cuentas públicas. En ambos países, el nivel de deuda publica escalará alrededor de 20 puntos, hasta situarse respectivamente en el 158,9% y el 115,6%. En contraste, los niveles de deuda son mucho más bajos en los países que se oponen a los eurobonos: Alemania (75,6%), Países Bajos (62,1%), Austria (78,8%) y Finlandia (69,4%).
"Dado que algunos de los Estados miembros más golpeados por el virus son también los que tienen menos margen para responder, las divergencias entre países podrían enquistarse si las respuestas políticas nacionales no se coordinan de forma suficiente o si no hay una respuesta común fuerte a nivel de la UE. Esto podría distorsionar el mercado interior y en último término amenazar la estabilidad de la eurozona", avisa el informe de la Comisión.
De hecho, Bruselas señala que en este momento no puede excluirse el riesgo de una nueva crisis de deuda en la eurozona. "En ausencia de suficientes fusibles, las primas de riesgo de algunos Estados miembros podrían sufrir presiones al alza según las percepciones de riesgo soberano, lo que podría traducirse en dificultades de financiación para la deuda y los bancos de los países afectados", dice el informe.
Gentiloni todavía cree que el fondo de reconstrucción de alrededor de 1,5 billones de euros que prepara el Ejecutivo comunitario basado en el presupuesto plurianual de la UE podría mitigar estos riesgos e impulsar el rebote económico. Este fondo se podría utilizar para ayudar a las empresas golpeadas por el Covid-19 en países sin margen, como Italia o España, ha dicho.
El comisario de Asuntos Económicos no ha querido pronunciarse sobre si a Roma y a Madrid les convendría pedir ayuda al fondo de rescate de la UE (MEDE). "Los países que pagan tipos de interés más altos para financiarse pueden estar más interesados que el resto, pero corresponde decidir a cada país", ha señalado. El Eurogrupo discutirá este viernes por videoconferencia los últimos detalles de estas líneas de crédito especiales por el coronavirus.