¿Qué condiciones exigirá la Unión Europea a España e Italia a cambio de los subsidios del nuevo fondo de reconstrucción de 500.000 millones de euros que se va a poner en marcha para hacer frente al impacto económico del coronavirus? Los detalles todavía no se conocen, pero está claro que la ayuda no será gratis. Su desembolso "se apoyará en un compromiso claro por parte de los Estados miembros de aplicar políticas económicas sanas y un programa de reformas ambicioso", según se recoge en el acuerdo alcanzado por Alemania y Francia.
¿Cómo funcionará esta condicionalidad? "Nuestra idea es crear un fuerte vínculo entre inversión y reformas", ha explicado este martes el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis. "No sólo necesitamos más dinero e inversión adicional para la recuperación, sino que también necesitamos reformas", ha insistido. Unas reformas que tendrán que alinearse con las prioridades de Bruselas: la doble transición digital y verde.
"Debemos garantizar un entorno empresarial que facilite la inversión, necesitamos reforzar la capacidad administrativa y técnica (de los Estados miembros) para garantizar que esta inversión se utilice para lograr el máximo efecto", sostiene el vicepresidente económico.
La idea que maneja el Ejecutivo comunitario es que el fondo de reconstrucción funcione de forma similar al instrumento presupuestario de convergencia y competitividad que ya había acordado el Eurogrupo. Los países beneficiarios deberán presentar en Bruselas sus propuestas de reforma e inversión con su correspondiente calendario y estimación de costes. La financiación de la UE dependerá de que efectivamente estas reformas se lleven a la práctica.
La Comisión será la responsable de evaluar los planes de cada Gobierno sobre la base de las recomendaciones de política económica que la UE dirige cada año a todos los Estados miembros. Las correspondientes a 2020 se publican precisamente este miércoles.
En el caso de España, Bruselas lleva años pidiendo infructuosamente más reformas para garantizar la sostenibilidad de las pensiones, reducir la temporalidad en el mercado laboral, combatir el abandono escolar o resolver las deficiencias de cobertura de los sistemas autonómicos de renta mínima.
El vicepresidente económico ha avisado además de que aunque el Pacto de Estabilidad esté ahora suspendido de forma temporal, los Estados miembros "deben tener en cuenta la sostenibilidad presupuestaria a medio plazo cuando decidan sobre gastos adicionales". "Una vez que volvamos al normal funcionamiento del Pacto de Estabilidad, deberemos aceptar que empezaremos desde un punto de vista de partida diferente con niveles de deuda y déficit más altos", ha explicado.
¿Cómo garantizar que el dinero de la UE se gaste correctamente? Dombrovskis ha destacado que la clave es que las nuevas ayudas se vehicularán a través del presupuesto comunitario, que ya cuenta con sistemas de vigilancia y control bien establecidos a cargo de los Gobiernos, la Eurocámara o el Tribunal de Cuentas de la UE.
¿Cuándo empezará a fluir el dinero hacia Madrid y Roma? "Por definición, el próximo presupuesto plurianual empieza en 2021, así que la mayor parte de esta financiación estará disponible desde 2021", señala el vicepresidente económico.
Consciente de la emergencia de la crisis, el Ejecutivo comunitario está "examinando modalidades y opciones para ver si es posible adelantar parte del dinero ya para 2020". "No es fácil desde el punto de vista técnico y legal, pero estamos mirando qué podemos hacer", ha agregado.
Un pacto franco-alemán positivo
La Comisión Europea presentará su propuesta de fondo de reconstrucción el próximo 27 de mayo y Dombrovskis ha pedido a los Gobiernos que alcancen un acuerdo lo antes posible. A su juicio, el pacto entre París y Berlín "es un signo positivo que nos ayudará a construir un consenso".
Hasta ahora, los dos países estaban en bandos opuestos en el debate: mientras que Francia apoyaba a Italia y España en la petición de 'coronabonos', Alemania hacía frente común con Países Bajos en el rechazo a cualquier forma de mutualización de la deuda. La solución de compromiso franco-alemana es que sea la Comisión la que emita deuda en los mercados usando como aval el presupuesto de la UE y garantías de los Estados miembros.
Merkel y Macron piden que los 500.000 millones del fondo de reconstrucción se desembolsen en forma de subvenciones con el fin de no aumentar todavía más la abultada deuda de Italia y España. Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia aún se resisten y hablan de préstamos. El vicepresidente económico ha dicho que el plan que prepara la Comisión superará el billón de euros y se basará por ello en una combinación de créditos y subvenciones.
Frente a las dudas de los nórdicos, el acuerdo entre Francia y Alemania ha convencido plenamente a Italia y España, pese a que su dotación es mucho más baja que por ejemplo el billón y medio de euros que había pedido el Gobierno de Pedro Sánchez.
"El acuerdo entre Francia y Alemania supone un punto y aparte frente a las clásicas salidas a las últimas crisis económicas. España ha jugado un papel importante, y es una cuerda esencial para que los más vulnerables no se queden atrás", ha dicho este martes la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
Para el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, el acuerdo con Berlín constituye un "paso histórico" para la UE. "Es la primera vez que Francia y Alemania se unen para financiar mediante deuda nuevas inversiones para los países europeos", ha dicho en una comparecencia simultánea con su homólogo alemán, Olaf Scholz.
"Por primera vez vamos a poder apoyar la recuperación económica en los países más afectados por la crisis del coronavirus y evitaremos así divergencias económicas crecientes entre los Estados miembros de la UE y de la eurozona", sostiene Le Maire.