El 'freno de emergencia' que sopesa la Unión Europea con el fin mantener un control férreo sobre las ayudas a la reconstrucción pone en apuros la política social del Gobierno de coalición del PSOE y Podemos. La posibilidad de veto por parte de cualquier Estado miembro dificulta que Pedro Sánchez pueda cumplir su aspiración de aumentar el gasto social, en particular en medidas laborales y pensiones. El riesgo cierto es la paralización inmediata de los 140.000 millones de euros de fondos europeos a los que aspira España para amortiguar la crisis del Covid-19.
Según el complicadísimo mecanismo que ha propuesto este sábado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, cualquier Gobierno de la UE puede activar en solitario este 'freno de emergencia' para bloquear el pago de las ayudas si considera que Sánchez se ha desviado de las exigencias de la UE en materia de reformas. Un sistema que cuenta con el aval de Francia y Alemania, con lo que está prácticamente garantizado que saldrá adelante. La segunda jornada de la cumbre ha terminado sin acuerdo, pero los líderes retoman las negociaciones este domingo a mediodía.
No se trata de una amenaza abstracta. El primer ministro holandés, Mark Rutte, lleva días repitiendo que lo que quiere es que España e Italia hagan reformas en concreto para flexibilizar el mercado laboral y reforzar la sostenibilidad de las pensiones.
Rutte sostiene que si Madrid y Roma se encuentran ahora en una situación tan dramática por la crisis del coronavirus es porque no acometieron estos ajustes durante la época de bonanza económica.
"La vía para mejorar la competitividad es la reforma de las pensiones y del mercado laboral. Cuando un colega me dice que quiere gastar el dinero europeo en inversiones verdes yo le contesto: ¡Genial, hazlo! Pero eso no es una reforma, es una inversión inteligente. Una reforma es siempre en el mercado laboral y en las pensiones", ha explicado Rutte esta semana en el parlamento holandés.
Cuadro social
Cumplir esta condicionalidad, por denominarla de esta manera, supone un problema para los planes de futuro de política social del Gobierno. Si bien ya hay sobre la mesa una serie de medidas para abordar los problemas que generan las pensiones públicas como gasto, todavía se tiene que abordar esta cuestión en la Comisión del Pacto de Toledo, que es el órgano parlamentario donde se tiene que postular la reforma del modelo. Es decir, que los cambios necesarios para reducir el déficit que generan estas prestaciones en la Seguridad Social van para largo.
En el campo laboral, todo son interrogantes. A pesar de que en las últimas semanas se habían diluido las declaraciones del Gobierno de coalición sobre suprimir la reforma laboral del Partido Popular de 2012 y estas intenciones parecían haber quedado aparcadas, lo cierto es que el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz se sigue aferrando a este objetivo, aunque ya no sea el más inmediato de sus intereses.
Y es que cabe recordar que el impacto laboral y económico de la crisis del coronavirus ha obligado al Gobierno a extender un importante escudo social, a base de subsidios y ayudas, en este 2020. Un escudo que corre el peligro de difuminarse ante el amenazante 'freno de mano' europeo.
Con todo, entre las iniciativas en peligro no debería estar el Ingreso Mínimo Vital (IMV), una medida que de hecho había sido reclamada por la propia Comisión Europea dados los problemas relacionados con la pobreza extrema en España.
El 'freno de mano' también puede afectar considerablemente al plan de reformas e inversiones que presentará el Ejecutivo en Bruselas en octubre para acceder a los millones de Bruselas. Como contara Ana de la Cueva, secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, a Invertia, la intención del Gobierno es dedicar fondos europeos al Estado del Bienestar y al sector de los cuidados, algo que ahora queda en entredicho.
Quita hierro
Sánchez se oponía hasta ahora a una condicionalidad "exorbitante" a cambio de las ayudas de la UE. Aceptaba que las inversiones se concentraran en la lucha contra el cambio climático y la transición digital, pero no quería un memorándum de ajustes macroeconómicos. Sin embargo, el presidente del Gobierno quiere ahora quitar hierro a este 'freno de emergencia' y sostiene que en ningún caso equivale a un derecho de veto para Holanda, según explican fuentes gubernamentales.
No obstante, las mismas fuentes admiten que la condicionalidad de las ayudas sigue siendo uno de los frentes abiertos en la cumbre de la UE, que cumple ya 48 horas seguidas de negociaciones y continúa este domingo. En esta batalla, Sánchez ha hecho frente común con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que considera que un sistema tan enrevesado como el del 'freno de emergencia' impedirá que las ayudas a España e Italia lleguen a tiempo.
La otra gran batalla entre el Sur y los frugales nórdicos es el tamaño del fondo de reconstrucción y el equilibrio entre subvenciones a fondo perdido y préstamos a devolver. El presidente del Consejo Europeo ya ha empezado las rebajas: disminuye en 50.000 millones las subvenciones. El nuevo equilibrio será 450.000 millones en transferencias (en lugar de los 500.000 del plan original) y 300.000 millones en préstamos (en lugar de 250.000).
Pero los frugales no se conforman y piden menos subsidios y más préstamos. Una reivindicación que compromete la eficacia del propio fondo de reconstrucción, ya que dispararía la deuda pública de España e Italia y podría desencadenar una nueva crisis como la de 2010-2012.
"Todavía hay muchas cuestiones abiertas. Está claro que el tamaño se reducirá y también la proporción de subvenciones. Todavía estamos discutiendo como garantizar que el dinero se utilice para los objetivos adecuados: para impulsar el progreso ecológico y digital y las reformas necesarias en algunos Estados miembros con el fin de aumentar la competitividad", ha dicho durante un receso el primer ministro austriaco, Sebastian Kurz.
"Estamos chocando duramente con Holanda y el resto de países frugales, que no comparten la necesidad de una respuesta tan contundente, especialmente en lo que respecta a los subsidios, y también cuestionan los préstamos", ha explicado, por su parte, el primer ministro italiano Conte.
La sesión plenaria de la mañana del sábado apenas ha durado dos horas y media sin ningún resultado. El resto del tiempo de la cumbre ha transcurrido en bilaterales y multilaterales a geometría variable. Entre las más destacadas, una reunión a primera hora entre Sánchez, Rutte y Conte y un almuerzo de trabajo de sureños (España, Italia, Portugal y Grecia) y frugales (Holanda, Austria, Finlandia, Dinamarca y Suecia). La canciller Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron han ejercido de mediadores.
Sánchez ha celebrado además reuniones bilaterales con Mark Rutte, Emmanuel Macron o António Costa, entre otros. Los aliados preferentes de España en esta negociación son Italia, Portugal y Grecia.