La actividad de las fábricas de la zona euro ha comenzado el tercer trimestre con un fuerte rebote en el mes de julio, según refleja el índice PMI manufacturero, con una subida hasta los 51,8 puntos desde los 47,4 del mes anterior, lo que representa la primera expansión del sector en la eurozona en año y medio, según los datos de IHS Markit, que sitúan a España, con 53,5 puntos, a la cabeza de la recuperación.
En este sentido, únicamente Grecia y Países Bajos, registraron lecturas del PMI por debajo de 50 puntos, el umbral que separa la expansión de la contracción, con España como el país que registró el mejor resultado en general, ya que su lectura del PMI fue la más alta en más de dos años. Por detrás de España se situaron Austria (52,8) y Francia (52,4), mientras que en Alemania (51) e Italia (51,9) registraron un crecimiento modesto.
"Las fábricas de la zona euro experimentaron un comienzo muy positivo para el tercer trimestre, ya que la producción creció al ritmo más rápido en más de dos años, impulsada por un aumento alentador de la demanda", declaró Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, quien destacó que el crecimiento de los nuevos pedidos superó al de la producción, lo que sugiere que en agosto deberían observarse mayores incrementos en la producción.
No obstante, a pesar de que la mejora de la cartera de pedidos ha ayudado en julio a restaurar la confianza empresarial sobre las perspectivas a niveles anteriores a la pandemia, las cifras del empleo siguen siendo una preocupación importante, especialmente porque el mercado laboral será clave para determinar el camino de recuperación de la economía.
El desempleo sigue cayendo
A pesar de los retornos al crecimiento tanto de la producción como de los nuevos pedidos, los últimos datos indicaron que las empresas continuaron operando por debajo de su capacidad. Los pedidos pendientes de realización disminuyeron en julio por vigésimo tercer mes consecutivo, aunque solo ligeramente, mientras que las empresas volvieron a recortar el número de empleados.
A juzgar por los últimos datos, el nivel de empleo ha disminuido por decimoquinto mes consecutivo y la tasa de destrucción de empleo fue de nuevo importante e históricamente fuerte.
"Aunque la tasa de pérdida de empleo disminuyó hasta alcanzar el nivel más bajo desde marzo pasado, siguió siendo mayor que en cualquier otro momento desde 2009 (...) El aumento del desempleo, la inseguridad laboral, las segundas oleadas de infecciones por el virus y las medidas de distanciamiento social todavía vigentes limitarán inevitablemente la recuperación", advirtió Williamson.
Por lo tanto, señaló Williamson, las cifras de los próximos meses serán fundamentales para evaluar si el aumento reciente de la demanda puede mantenerse, ayudando a las empresas a recuperar la producción perdida y aliviando en parte la necesidad de una mayor reducción de los costes en el futuro.