El ser humano no es eterno, opta por volver a la España vaciada y se reinventa en todos los sentidos. Las enseñanzas que ha dejado la Covid-19 en su paso por nuestro país ha hecho click en el futuro mundo laboral. Mientras las convocatorias de prensa innovan con formatos 100% online, hay un oficio que continúa intacto: el caballo de pura raza española.
Esta creencia no es de cosecha propia sino que lo evidencia la celebración del Salón Internacional del Caballo (Sicab) en Sevilla desde 1991 y este año no iba a ser menos. Bajo la batuta de Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (Ancce), la cita es el epicentro del comercio internacional del caballo.
El sector puede presumir de cifras: factura más de 5.300 millones de euros anuales y genera más de 61.000 empleos, sin contar con la actividad auxiliar. El centro de la actividad se concentra en Sevilla, provincia con más ganaderías y ejemplares del caballo de pura raza española a nivel andaluz, nacional y mundial.
Andalucía se convierte así en el principal mercado emisor del sector a otros 27 a escala internacional, desde Angola a Rusia pasando por Irak y República Dominicana. Destacan los casos de Estados Unidos y México donde las exportaciones no paran de crecer. El interés no solo se aprecia en los estudios, también en el propio Sicab donde ganaderos de todas las nacionalidades se citan pese al Covid-19.
El presidente de Ancce, José Juan Morales Fernández, recibe a Invertia en las instalaciones donde Sicab se luce un año más, esta vez entre mascarillas y distancias de seguridad. Suspender la edición no estaba entre sus planes: el evento concentra el 47,7% de las ventas anuales de la industria.
Futuro laboral
Si la Covid-19 se ha llevado por delante cientos de negocios, la industria del caballo no ha pasado por lo mismo. El presidente de la asociación explica que la cancelación de ferias y romerías ha supuesto un duro golpe pero el cambio no ha sido contundente en el sector ganadero.
“La rentabilidad en la ganadería no es mucha, es una afición y se tiene para el ocio y disfrute. Los ingresos le vienen al empresario por otro lado y la presión económica llegará más tarde si la hay”, afirma el presidente que analiza las “ventajas” que ha traído la pandemia. “Si queremos un capricho nos lo damos porque nos hemos dado cuenta de que no somos eternos”.
Este cambio, continúa el líder de la asociación, ha impulsado la vuelta al campo, con más expansión territorial y menos población, un nuevo contexto en el que tiene cabida el caballo. “Es una oportunidad de futuro laboral. El oficio técnico se conserva y va a más” incide mientras reclama más formación profesional para cubrir la demanda del sector frente a la escasa oferta.
Precedente para eventos
Sicab acoge el Campeonato del Mundo del Caballo de Pura Raza Española con presencia de más de mil ejemplares de 300 ganaderías nacionales e internacionales que atrae a unos 200.000 visitantes. Estos números han mermado en la presente edición completamente digitalizada. Los espectáculos y las actividades hípicas se dejan a un lado para centrarse en la seguridad sanitaria.
La cita es el tercer acontecimiento más importante de la ciudad hispalense por detrás de la Semana Santa y la Feria de Abril, ambos cancelados por la pandemia. Sin embargo, Sicab no ha pasado por lo mismo: se desarrolla bajo un estricto plan de contingencia y se sitúa como un precedente local y nacional para el turismo de negocio.
La edición de este año se ha dividido en dos semanas separando el público profesional y aficionado. Con todo ello, la organización prevé la visita de 3.000 profesionales cada día con más de 4.000 pernoctaciones estimadas y hoteles aledaños completos durante la celebración del evento que termina este domingo.
El sector auxiliar
Cocheros, jinetes, tiendas de alimentación o veterinarios son otras de las profesiones afectadas por la pausa de la industria del caballo. No pueden decir lo mismo por lo que presume la ganadería: estiman pérdidas de más del 70% pero confían en que la recuperación llegará más pronto que tarde.
Es el caso de la diseñadora Rocío Ruiz, especializada en moda ecuestre. “Nuestro gremio se mueve en aglomeraciones que hoy en día no están permitidas”, explica Ruiz a Invertia que subraya la caída en cadena del sector desde Andalucía a toda España. Sin embargo, apunta que la reactivación económica llegará con el fin de las limitaciones sociales.
Como otros empresarios, la diseñadora ha tenido que pensar en un plan B que pasa por reinventar su negocio. En su caso, ha lanzado una colección de moda ecuestre pensada para el día a día alejada de su uso profesional. Como ella, miles son los profesionales que afrontan la nueva normalidad laboral con un objetivo común: seguir viviendo del caballo de pura raza española.