La eurozona experimentó un crecimiento récord del 12,7% durante el tercer trimestre del año -el mayor desde que empezó el registro de los datos en 1995- gracias a la reapertura de la economía tras el primer confinamiento para frenar la Covid-19. El efecto rebote se produjo tras el desplome igualmente sin precedentes del 11,8% entre abril y junio y la caída del 3,7% del segundo trimestre, cuando empezaron a imponerse las medidas restrictivas.
Para el conjunto de la Unión Europea, el crecimiento entre julio y septiembre fue del 12,1%. Sin embargo, si se compara con el tercer trimestre de 2019, la economía cayó un 4,3% en la eurozona y un 3,9% en la UE, según los datos preliminares difundidos este viernes por Eurostat, la oficina estadística comunitaria.
Entre los países para los que ya hay datos disponibles, el mayor rebote se produjo en Francia, con un crecimiento del 18,2% en el tercer triestre del año. En segundo lugar se sitúa España (16,7%), seguida de Italia (16,1%), Portugal (13,2%), Austria (11,1%), Bélgica (10,7%) y Alemania (8,2%). En comparación con el año pasado, España es el país que experimenta un mayor hundimiento (-8,7%).
En todo caso, los datos del tercer trimestre difundidos hoy por Eurostat no son más que un espejismo, como dejó claro este jueves la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. La segunda ola de la pandemia que está asolando a toda la UE y los confinamientos y medidas restrictivas adoptados en Francia, Alemania, Italia y España están provocando un nuevo frenazo económico que podría traducirse en una recaída en territorio negativo durante el últio trimestre de 2020.
"La información disponible señala que la recuperación económica de la zona del euro está perdiendo impulso con más rapidez de lo esperado, tras un repunte fuerte, aunque parcial y desigual, de la actividad económica en los meses de verano. El incremento de los casos de COVID-19 y la consiguiente intensificación de las medidas de contención están lastrando la actividad, lo que constituye un claro deterioro para las perspectivas a corto plazo", avisa Lagarde.
"De hecho, aunque la actividad en el sector manufacturero ha continuado recuperándose, en el sector servicios se ha ralentizado visiblemente. Si bien las medidas de política fiscal están apoyando a los hogares y a las empresas, los consumidores muestran cautela en vista de la pandemia y de sus consecuencias para el empleo y las rentas. Asimismo, el empeoramiento de los balances y la mayor incertidumbre sobre las perspectivas económicas están afectando a la inversión empresarial", ha destacado la presidenta.
De hecho, el BCE anticipa inflación negativa hasta comienzos de 2021. Según el último dato publicado también este viernes por Eurostat, la inflación en la eurozona se mantuvo en el -0,3% en octubre. Entre los principales componentes de este indicador, alimentos, alcohol y tabaco subieron un 2% y los servicios se encarecieron un 0,4%. Pero esta evolución quedó contrarrestada por la caída del 0,1% en bienes industriales y del 8,4% en los precios de la energía.
Ante este empeoramiento general de la situación económica, Lagarde ha anunciado que en diciembre adoptará nuevas medidas de estímulo y ha pedido a los Gobiernos de la UE que ratifiquen y pongan en marcha cuanto antes el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros, que sigue bloqueado en las negociaciones entre los Gobiernos y la Eurocámara.
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