La primera semana del año ha significado un duro correctivo para las esperanzas de recuperación de la economía española. Los datos demoledores de caídas de venta de coches (-32%), de comercio (-5,8%) y de llegada y gasto de turistas extranjeros (-78%) han demostrado que el impacto de la segunda ola ha sido notablemente más duro que lo previsto a comienzos del curso.
Unas cifras que además dejan en agua de borrajas las previsiones del propio Gobierno respecto de la caída del PIB para 2020 y la recuperación de 2021. El cuadro macroeconómico presentado por el Ministerio de Hacienda en octubre preveía que la economía española se dejaría un 11,2% el pasado año y mejoraría éste un 7,2%. A comienzos de diciembre, el Ejecutivo incluso fue más optimista reduciendo la caída en 2020 al 10,3%.
Sin embargo, los economistas consultados por este diario y diferentes organismos agravan la caída del PIB el pasado año al 13%, mientras que el crecimiento del PIB en 2021 se quedaría cerca del 5%. Este último es el peor de los problemas. El fuerte descenso del año pasado se daba por descontado, pero el Gobierno lo fía todo a un fuerte rebote este curso, una mejora que sí se producirá, pero en mucha menor medida que lo previsto.
Como reconocen los economistas consultados por Invertia, el impacto de la segunda ola no solo ha sido más duro de lo esperado sino que además será un lastre importante para la marcha del primer semestre de este año. Si a esto le sumamos que estamos a las puertas de la tercera ola de contagios y eventuales retrasos en la vacunación, el panorama es bastante desolador.
Para el economista Javier Santacruz, todos los indicadores adelantados del PIB -a los que se suman también las afiliaciones a la Seguridad Social- "apuntan a una caída más abrupta de lo previsto por el Gobierno en el último trimestre, más en línea con lo que adelantaban otros organismos internacionales".
Caída del turismo
Santacruz se refiere a que en el cómputo global de 2020 la Seguridad Social perdió 360.105 afiliados. Además, el número de españoles parados registró su mayor incremento de los últimos 11 años situándose en el 23%, unas 724.500 personas. Así, España alcanzó la cifra de 3.888.137 parados.
Según advierte el economista José Ramón Pin sólo en el último trimestre ese paro registrado fue de más de 110.000 personas que totalizaron 724.000 más que el año pasado. "Si le añadimos otros tantos de ERTE que quedan, España tiene 1.400.000 reales parados más respecto al año pasado".
Pero no es el único dato que llama al pesimismo. El lunes se conocieron las ventas de coches que cayeron un 32,3% respecto a las mismas cifras de 2019 hasta los 851.211 coches, 400.000 menos.
Un año muy complicado para la industria de la automoción debido a la pandemia del coronavirus y a la obligación de tener el mercado cerrado durante cerca de dos meses, entre mediados de marzo y mayo, debido al estado de alarma.
Doce meses perdidos también para la industria turística. España dejó de recibir 60,9 millones de turistas y 67.857 millones de euros en los primeros once meses de 2020.
En este periodo, el gasto total realizado por los turistas internacionales se desplomó un 78,1% y la llegada de visitantes se redujo un 76,9%. Con las fronteras cerradas buena parte del año y la imposibilidad de realizar desplazamientos, el sector vivió uno de los peores cursos de su historia.
Comercio y déficit público
Otro de los sectores más afectados por la pandemia ha sido el comercio, cuyos datos se conocieron la última semana del año pasado. El índice general del comercio minorista cayó un 5,8% de manera interanual en noviembre. En este caso, las ventas de estaciones de servicio se redujeron un 16,2%, las de equipo personal un 31,8% y la superficie más perjudicada fue el pequeño comercio con caídas del 14,5%.
Una situación generada por los confinamientos y las medidas restrictivas a la que se suma -según Javier Santacruz- "la pérdida enorme de confianza en una recuperación rápida". Para Santacruz en el mejor de los escenarios, España puede estar cayendo más del 12% al cierre de 2020 y "pierde base para una recuperación más rápida en 2021".
En esta línea, el indicador adelantado Leading Economic Index está arrojando para España una sobrerreacción del tercer trimestre del año y una desaceleración notable para el cuarto trimestre de 2020 y el primer y segundo trimestre de 2021.
Para José Ramón Pin otro de los elementos a tomar en cuenta debe ser el déficit público. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero ya anunció que el déficit público se disparó más del 11,3% "cuando hace unos meses anunciaba uno menor". "Esto significa que además de aumentar los gastos se redujeron los ingresos fiscales. Un dato básico sobre la evolución de la economía".
"Hasta noviembre los ingresos de IRPF descendieron en términos homogéneos el 0,3% pero el IVA, lo hizo en un 11% y los impuestos especiales un 12% y ambos están relacionados con el consumo. Además, el tributo más directamente relacionado con la producción, el impuesto sobre sociedades, disminuyó en el 24,5%. Es decir, que se consumió menos y se produjo mucho menos", indica.
Caída de entre el 12% y el 13%
Para Pin todas estas cifras arrojan una caída del PIB "entre el 12% y el 13%". Con estas cifras y la pandemia campando a sus anchas en su segunda oleada y esperando la tercera, "ese 12-13% de descenso del PIB es más realista que las previsiones del Gobierno", señala.
En este contexto, el economista Daniel Lacalle indica que el dato final de PIB "probablemente caiga alrededor del 10%", pero "viene acolchado por el desplome de importaciones (que suma al PIB) y el aumento masivo de gasto público vía deuda".
En este sentido, Lacalle advierte que la realidad de la economía es mucho peor incluso de lo que reflejan todos los datos conocidos en las últimas dos semanas. "Si atendemos a los indicadores adelantados del ministerio de Asuntos Económicos vemos que el empeoramiento de todos los indicadores muestra un impacto en la economía real mucho mayor al del PIB como agregado. Es algo parecido a lo que ocurrió entre 2008 y 2011, un impacto en PIB que no muestra la realidad de la devastación en el tejido empresarial, empleo y actividad productiva".
Del mismo modo, el último panel de Funcas sitúa la caída del PIB en 2020 del 11,8% y del 6,5% de crecimiento para 2021. Por su parte, BBVA Research prevé que la economía española podría contraerse un 11,5% en 2020 y crecer un 6,0% este año, aunque estas dos previsiones no incluyen los últimos datos. Hace un mes el Banco de España indicó que PIB crecerá un 6,8% el próximo año después de sufrir un desplome histórico del 11,1% en 2020.
Menos optimistas son los organismos internacionales. La OCDE prevé una caída del PIB de España del 11,6% en 2020 y un aumento del 5% en 2022, mientras que descenderá un 12,8%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la mayor caída de las economías en desarrollo.
La euforia de la vacuna
Y todo ello mientras el Ejecutivo se aferra a la euforia de la vacuna. A comienzos de diciembre era el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, el que indicaba que el PIB crecería un 2,4% el cuatro trimestre de 2020. El crecimiento del empleo y la estabilización de los ERTE por rebrote impulsaron al Gobierno a adelantar una caída del 10,3% para todo el año, mejor que el 11,2% que estableció en el cuadro macro de octubre.
Con todo, cualquier previsión ha pasado a estar condicionada a la efectividad de las vacunas contra la Covid y a la rapidez con que se administren a la población mundial. Todos coinciden en que el único antídoto es poner en marcha una vacunación masiva y lo antes posible para generar inmunidad de rebaño, frenar los contagios y dar libertad de movimiento y de comercio. "Es urgente que funcione la vacunación", indica José Ramón Pin, una opinión compartida por los economistas consultados.