La Comisión Europea ha presentado este martes su nueva estrategia para potenciar el papel internacional del euro. El objetivo es reforzar la autonomía estratégica de la UE frente al dominio del dólar estadounidense y también reducir su dependencia respecto de los servicios financieros que presta la City de Londres una vez que se ha consumado el brexit.
Bruselas quiere evitar nuevos escenarios de pesadilla como el de las sanciones extraterritoriales que el presidente saliente de EEUU, Donald Trump, aplicó a Irán, que acabaron golpeando también a los bancos y empresas europeas que hacen negocios con Teherán.
El euro es hoy día la segunda divisa internacional más importante. En 2020, en torno al 38% del valor de las transacciones internacionales se facturó o liquidó en euros. La moneda única representa el 20 % de las reservas internacionales de los bancos centrales extranjeros, un porcentaje que se ha mantenido inalterable en los últimos 20 años. En el mismo periodo, la cuota del dólar ha caído del 70% al 60%, mientras que la divisa china ha subido del 10% al 18%.
"La consolidación del papel internacional del euro puede resguardar nuestra economía y nuestro sistema financiero frente a las perturbaciones de los tipos de cambio, reducir la dependencia respecto de otras monedas y disminuir los costes de transacción, cobertura y financiación para las empresas de la UE", sostiene el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni.
El plan de Bruselas pretende en primer lugar fortalecer el estatus del euro como moneda de referencia internacional en los sectores de la energía y las materias primas, incluso en sectores emergentes como el hidrógeno. La creación de un euro digital que sirva de complemento a los pagos en efectivo, en la que ya trabaja el Banco Central Europeo (BCE), debe servir también para impulsar el uso de la moneda única como divisa.
La UE quiere además convertirse en líder mundial en emisión de bonos verdes gracias al fondo anti-Covid de 750.000 millones de euros. La emisión por parte de Bruselas de deuda de alta calidad denominada en euros a cargo de esta iniciativa "añadirá una profundidad y una liquidez considerables a los mercados de capitales de la UE en los próximos años y los hará, al igual que al euro, más atractivos para los inversores", sostiene el Ejecutivo comunitario.
Las sanciones extraterritoriales
El segundo pilar de la estrategia de la Comisión consiste en reforzar la infraestructura financiera de la UE. Aquí, la prioridad es reducir los riesgos asociados a la salida de la UE del mayor centro financiero de Europa: la City de Londres. En particular, Bruselas quiere reequilibrar la "excesiva exposición" de los europeos respecto a las cámaras de compensación británicas que gestionan las operaciones con derivados financieros. El objetivo final es que estos servicios se acaben instalando en la UE.
Finalmente, el Ejecutivo comunitario explorará opciones para neutralizar el impacto en las empresas europeas de las sanciones extraterritoriales impuestas por países terceros, como las de EEUU a Irán.
"La UE siempre defenderá las alianzas con socios de ideas afines. Esta es nuestra preferencia absoluta. Estamos comprometidos con el multilateralismo, la apertura y las asociaciones beneficiosas", ha destacado el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
"Pero teniendo en cuenta el actual panorama geopolítico más conflictivo, tenemos que estar preprados para protegernos contra las prácticas injustas y abusivas impuestas desde otros lugares, y reforzar nuestras defensas contra ellas. Esto también nos ayudará a defender un sistema económico global basado en reglas y a proteger a nuestros amigos y socios si es necesario", sostiene Dombrovskis.