El inicio de la campaña de vacunación permite ver "la luz al final del túnel" de la contracción sin precedentes que sufrió la eurozona en 2020. Al mismo tiempo, el renovado aumento de casos de Covid-19, las mutaciones del virus y las "estrictas" medidas restrictivas adoptadas en la mayoría de Estados miembros constituyen un "significativo" riesgo que amenaza la recuperación económica, según ha avisado este lunes la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.
"La producción sigue muy por debajo de los niveles previos a la pandemia y la incertidumbre sobre cómo evolucionará el virus continua siendo alta", ha dicho Lagarde en un discurso ante el pleno de la Eurocámara. Además, pese al fuerte incremento experimentado en enero, la inflación se mantiene baja y está muy lejos del objetivo del 2%, ha agregado.
El BCE todavía espera que, cuando se levanten las medidas de confinamiento, la economía vuelva a despegar impulsada por las condiciones de financiación favorables, las políticas fiscales expansivas y una recuperación en la demanda. "La recuperación económica se ha retrasado, pero no ha descarrilado", ha afirmado Lagarde en una entrevista este fin de semana. El BCE espera un crecimiento de alrededor del 4% este año, tras un desplome del 6,8% el año pasado. La eurozona no alcanzará el nivel previo a la pandemia hasta mediados de 2022.
En estas condiciones, Lagarde ha prometido en la Eurocámara que el BCE seguirá interviniendo para "preservar condiciones de financiacion favorables". Su principal instrumento es el programa de compra de deuda de emergencia frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), que cuenta una dotación total de 1,85 billones de euros. Pero también las operaciones de financiación ultrabarata para la banca (TLTROs).
Al mismo tiempo, la presidenta del BCE ha vuelto a repetir que la política monetaria no puede sostener la economía en solitario, sino que los Gobiernos europeos también deben hacer su parte. "La política presupuestaria -tanto a nivel nacional como a nivel europeo- sigue siendo crucial para impulsar la recuperación en la eurozona y afrontar el impacto de la pandemia", ha señalado la presidenta del BCE.
A nivel nacional, Lagarde reclama mantener las políticas de estímulo presupuestario con el fin de amortiguar el impacto de la tercera ola de la pandemia, "evitar un efecto precipicio y no dejar a nadie atrás". No obstante, las medidas deben ser "selectivas" y "temporales" y deben tener en cuenta "la sostenibilidad de las cuentas públicas a medio plazo".
A nivel de la UE, Lagarde considera "esencial" que el dinero del fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros (Next Generation EU) "se desembolse rápidamente y se use para apoyar reformas estructurales y proyectos de inversión favorables al crecimiento". "Debe empezar a ser operativo sin demora", ha reclamado.
Bruselas espera que las primeras ayudas puedan pagarse a partir de junio. El Gobierno de Pedro Sánchez aspira a recibir un total de 140.000 millones de euros y ha presupuestado 27.000 millones para 2021.
Lagarde considera que si Next Generation EU se pone en funcionamiento en los plazos previstos podría impulsar el crecimiento ya desde este año. Los fondos europeos deben utilizarse para reforzar las estructuras económicas de los Estados miembros y la cohesión entre ellos, así como para impulsar la doble transición digital y verde.
La presidenta del BCE considera que el fondo anti-Covid debería usarse como inspiración para crear un auténtico presupuesto de la eurozona que sirva para responder a las crisis y reducir las divergencias entre los Estados miembros. También ha pedido una reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.