Bruselas

España vuelve a encontrarse en una situación de máxima vulnerabilidad ante los mercados financieros. Su deuda pública -que partía ya de un nivel muy elevado pese a casi una década de bonanza económica- se ha disparado debido a la crisis de la Covid-19 y seguirá creciendo a medio plazo si el Gobierno de Pedro Sánchez no adopta medidas correctivas. Por todo ello, España está en "alto riesgo" de que se repita otra crisis de deuda como la de 2010-2012, según ha avisado la Comisión Europea en un informe publicado este viernes.

En máximo nivel de alerta se encuentran también Francia, Italia, Portugal, Bélgica y Rumanía, cuyas finanzas públicas han sufrido enormemente debido a la grave recesión pandémica y a las medidas de estímulo adoptadas para amortiguarla. Grecia, el país más endeudado de la UE, tiene un capítulo aparte. En el extremo contrario, Alemania, Polonia, Dinamarca, Suecia o República Checa tienen "riesgo bajo" en materia de sostenibilidad de la deuda pese al impacto de la Covid-19, de acuerdo con el informe de Bruselas.

En el caso de España, la situación de "alto riesgo" de crisis de deuda se manifiesta ya a corto plazo, de manera inmediata. Los destrozos económicos provocados por la pandemia y las ayudas públicas aprobadas para apuntalar el empleo y el tejido productivo han disparado la deuda desde el 95,5% en 2019 al 120,3% en 2020. Una subida mucho más fuerte que durante la crisis financiera. Debido a este abrupto deterioro de las finanzas públicas, el Ejecutivo comunitario ve peligro de "estrés fiscal" en nuestro país durante el próximo año.

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De hecho, las necesidades de financiación brutas de España superarán el 25% del PIB tanto este año como en 2022, un porcentaje que sólo supera Italia. 

No obstante, el Ejecutivo comunitario sostiene que la situación es "menos crítica" que durante la crisis del euro. El factor determinante que lo ha cambiado todo lo constituye la compra masiva de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE) desde marzo de 2020. En el caso de nuestro país, las adquisiciones del organismo dirigido por Christine Lagarde ascendieron al 38% del PIB el año pasado.

"La continuación de grandes compras de activos del eurosistema (por parte del BCE) en 2021 debería contribuir a preservar condiciones favorables de financiación este año", sostiene el informe. También tendrán un impacto positivo el fondo SURE de ayudas para ERTE (del que nuestro país recibirá este año alrededor de 11.000 millones), así como el fondo post-Covid de 750.000 millones de euros (del que Sánchez ha presupuestado 27.000 millones para 2021).

Otros elementos que amortiguan el riesgo de una crisis de deuda a corto plazo son que los vencimientos se han alargado en los últimos años y que los tipos de interés están en mínimos históricos. Pero también hay factores que podrían agravar la vulnerabilidad. En particular, el impacto de las garantías públicas a los créditos, que en el caso de España equivalen al 14% del PIB, en caso de que las empresas no puedan devolverlos y el Estado tenga que hacerse cargo. O la posible inestabilidad en el sistema financiero si se dispara la morosidad bancaria.

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A medio plazo, España también está en riesgo extremo de crisis debido a que el nivel de deuda seguirá subiendo en los próximos 10 años. Entre 2020 y 2031, la deuda pública de nuestro país aumentará alrededor de 20 puntos porcentuales, hasta situarse en el 140,6% del PIB al final del periodo, uno de los incrementos más fuertes de la UE. De hecho, en la mayoría de Estados miembros está previsto que la deuda vaya a la baja durante el mismo periodo.

Eso significa que España necesitará un ajuste significativo cuando vuelva a aplicarse el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, suspendido por la pandemia, y deba reducir la deuda al límite del 60% del PIB. En concreto, nuestro país tendría que lograr un superávit primario (sin contar los intereses de la deuda) sostenido del 7,7% del PIB para llegar al 60% de deuda a medio plazo, según los cálculos de Bruselas. Un ajuste con pocos precedentes en la historia de la UE. 

En el medio plazo, ya no es seguro que Sánchez pueda contar con el apoyo del BCE. En cuanto la inflación empiece a subir, Lagarde cancelará las compras de deuda y empezará a subir los tipos de interés. Además, las subvenciones del fondo anti-Covid se reducirán paulatinamente. Si España se descuelga del resto de Estados miembros en la recuperación, la vulnerabilidad a un ataque de los mercados sería máxima. 

En cuanto a la sostenibilidad de la deuda a largo plazo, España se encuentra en una situación de riesgo medio. Ello se debe a que el incremento del gasto relacionado con el envejecimiento de la población "no parece ser problemático", según Bruselas, pero sí persiste el efecto arrastre de la deuda disparada a medio plazo. 

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