El Banco Central Europeo (BCE) sostiene que la economía de la eurozona seguirá en territorio negativo durante el primer trimestre de 2021 debido al impacto de la crisis de la Covid-19. La recuperación se retrasa a la segunda mitad del año, siempre que no se vea frustrada por nuevas variantes del virus que escapen a las vacunas, según las nuevas previsiones publicadas este jueves.
El empeoramiento de la eurozona durante la primera parte de 2021 es uno de los factores que ha llevado al BCE a aumentar el ritmo de compra de deuda pública durante las próximas semanas. Aunque el volumen total de 1,85 billones del programa de emergencia contra la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) se mantiene sin cambios, las adquisiciones se adelantan con el objetivo de evitar un endurecimiento prematuro de las condiciones de financiación.
"Los datos económicos entrantes, las encuestas y los indicadores de alta frecuencia apuntan a que la debilidad económica continuará durante el primer trimestre de 2021 lastrada por la persistencia de la pandemia y de las medidas de confinamiento asociadas. Como resultado, el PIB real se contraerá de nuevo en el primer trimestre", ha dicho la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en rueda de prensa.
En concreto, el BCE prevé una caída del 0,4 entre enero y marzo (frente al repunte del 0,6% que calculaba en diciembre), seguido de un crecimiento del 1,3% en el segundo trimestre (en lugar del 1,7%). La actividad experimentará un "fuerte rebote" durante la segunda mitad de 2021 gracias al avance de la campaña de vacunación, al arsenal de estímulos monetarios del BCE, a las medidas de apoyo fiscal nacionales y a las ayudas europeas del fondo Next Generation.
Para el conjunto del año, el BCE prevé un crecimiento del 4% (en línea con el 3,9% calculado en diciembre). La riqueza de la eurozona recuperará el nivel previo a la crisis durante el segundo trimestre de 2022 (año que registrará una expansión del 4,1%) y a finales de 2023 estará un 3,3% por encima del último trimestre de 2019.
"En general, los riesgos que rodean a las perspectivas de crecimiento de la eurozona a medio plazo se han equilibrado, aunque persisten los riesgos a la baja a corto plazo", ha destacado Lagarde. El BCE maneja dos escenarios alternativos. El más positivo contempla una aceleración del plan de vacunación y un levantamiento rápido de las medidas restrictivas. En esta alternativa, la eurozona crecería este año un 6,4% y alcanzaría el nivel precrisis en el tercer trimestre del año.
En contraste, el escenario más negativo incluye un agravamiento de la pandemia por la emergencia de nuevas variantes que escapen a las vacunas. Eso reduciría el crecimiento este año al 2% y la recuperación no sería completa ni siquiera al final de 2023.
En cuanto a la inflación, el BCE prevé un fuerte aumento desde el 0,3% en 2020 al 1,5% en 2021 (con un pico del 2% en el último trimestre del año), antes de caer al 1,2% en 2022 y volver a subir de nuevo al 1,4% en 2023.
Lagarde ha vuelto a pedir a los Gobiernos de la UE que activen cuanto antes el fondo de recuperación de 750.000 millones (Next Generation). La presidenta del BCE apoya mantener suspendido el Pacto de Estabilidad también en 2022 y reclama que se reforme y modernice antes de volverlo a activar.