alicante

El clima anda revuelto estos días en Elda, y no precisamente por el temporal de lluvia que ha afectado a esta localidad del interior de Alicante. Conocida como la cuna del calzado de lujo dirigido a la mujer, este municipio de algo más de 50.000 habitantes vive por y para esta industria de la que dependen, en toda la Comunidad Valenciana, casi 20.000 empleos.  

Ahora, y sin haber digerido el golpe que ha supuesto la crisis por la Covid-19, ven que la probable imposición de un 25% adicional en los aranceles para vender en Estados Unidos podría suponer el golpe definitivo.  

"Este pueblo se hundiría", avisa Mila García, CEO de la prestigiosa firma eldense Pedro García que calza a estrellas de la talla de Scarlett Johansson o Michelle Obama y cuya facturación depende en un 60% de las exportaciones a EE. UU.

“El 95% de la industria del calzado desaparecerá si EE. UU. aplica el arancel”, añade desde Elche Manolo Ruiz, responsable de Newman Manufacturer, fabricante de zapatos de mujer con 300 empleados en nómina, lo que lo convierten en una de las principales fábricas de la provincia. 

La esperanza del sector depende de la presión diplomática del gobierno de Pedro Sánchez de si consigue que no entre en vigor los aranceles a 12 productos españoles como represalia a la tasa Google a productos tecnológicos, entre los que se encuentran los sombreros, las maletas y los crustáceos. 

Primeros efectos 

"Estamos francamente preocupadísimos", insiste García. De momento, explica, no han sufrido cancelaciones de pedidos del país americano. Esto se debe a que no dependen de intermediarios, sino que venden directamente al cliente, que recibe el producto, valorado en una media de 550 dólares el par, en su casa.

Ruiz, en cambio, reconoce que ya les han llamado "varios clientes" de EE. UU. para cancelar sus pedidos. Los primeros efectos también los están notando empresas dependientes del calzado como la del transporte. Es el caso de Euro-Cargo Express, afincada en Monóvar, desde donde 200 empresas nacionales dependen para mandar sus pares al país americano, señala su director Alejandro Silvestre.

Cuenta Silvestre que, como miembro de la FDRA, la asociación americana de distribuidores de calzado, ha participado en una reunión reciente en la que han vaticinado que el arancel se acabará implantando, "pero más tarde y quizás a un porcentaje menor del inicial". 

Covid

Aunque para efectos, los que todavía soportan de la pandemia. Pedro García Newman, por ejemplo, han perdido en 2020 entre un 20 y un 25% de su facturación por la Covid-19. En el caso de la eldense, esto ha derivado en un ERE en su fábrica y un ERTE en su área comercial para una plantilla de cien personas. 

Newman, en cambio, dice resistir a la crisis sanitaria y que la mayoría de sus 300 empleados están trabajando prácticamente desde el principio, tras mes y medio de aplicación del ERTE. 

Made in Spain

Tano Manuel Ruiz como Mila García lamentan que "el esfuerzo" que ha venido realizando, de décadas, para posicionar el calzado de mujer en el mercado internacional, "se puede ir a pique" en unos meses. 

"Yo no me veo haciendo calzado barato de hombre y tener que competir con Marruecos y China", aduce Ruiz. "Si nos imponen el arancel nos deberemos plantear otra línea de negocio, porque es inviable asumir los costes", avisa. 

¿Se ven trasladando sus fábricas a países como Portugal, que no está soportando la amenaza de nuevos aranceles, o el norte de África? "No descartamos salir fuera", dice la CEO de Pedro García. "Tuve la oportunidad de deslocalizar la empresa hace años y no lo voy a hacer ahora", responde Manuel Ruiz.

Generaciones ¿perdidas?

La firma instalada desde finales del siglo XX en Elche Parque Industrial se prepara para el traspaso a una segunda generación, la de los dos hijos de Manuel Ruiz, el cual lleva al frente del proyecto desde 1983. 

En el caso de Pedro García, fundada en 1925, va camino de la cuarta generación, la de las hijas de Mila. "Nos ha costado tres generaciones levantar una marca y posicionarla como hemos hecho", confiesa la CEO; ahora la incógnita es si soplarán las velas del centenario.

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