El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener sin cambios su arsenal de estímulos monetarios a la espera de la recuperación económica en la eurozona, que se ha retrasado a la segunda mitad del año debido a la nueva ola de contagios de Covid-19 y la lentitud en la campaña de vacunación. La presidenta Christine Lagarde resiste de momento la presión de los 'halcones' del Consejo de Gobierno (en particular los representantes de Alemania, Holanda y Austria), que quieren empezar a reducir las compras de deuda desde el tercer trimestre.
Tras la decisión de este jueves, el BCE seguirá ejecutando con pulso firme su programa de emergencia contra la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), cuya dotación total asciende a 1,85 billones de euros, de los cuales ya se han gastado 943,6 millones. Las adquisiciones continuarán al menos hasta finales de marzo de 2022 y, en cualquier caso, hasta que los banqueros centrales consideren que la fase crítica de la pandemia ha quedado atrás.
En su anterior reunión de marzo, el Consejo de Gobierno acordó aumentar el ritmo de compra de bonos con el fin de frenar la subida de los tipos de interés de la deuda pública. Una aceleración que continuará durante las próximas semanas, eso sí, con máxima flexibilidad, según ha explicado el BCE en un comunicado. El volumen máximo de 1,85 billones se "recalibrará" si es necesario para mantener condiciones de financiación favorables. Al mismo tiempo, si la situación mejora no se gastará por completo.
Tal y como ocurría hasta ahora, la deuda que llegue a vencimiento se reinvertirá al menos hasta final de 2023. En paralelo, Lagarde prosigue con su plan ordinario de compra de deuda (APP, por sus siglas en inglés) a un ritmo de 20.000 millones de euros al mes.
Sin embargo, los más duros en el Consejo de Gobierno han empezado a reclamar en las últimas semanas iniciar la retirada de estímulos. "Si la economía evoluciona de acuerdo con nuestro escenario central, veremos una mejor inflación y crecimiento a partir de la segunda mitad del año", dijo el gobernador del Banco de Holanda, Klaas Knot, en una entrevista a Reuters.
"En ese caso, para mi está claro que a partir del tercer trimestre podemos empezar a reducir gradualmente las compras de emergencia por la pandemia y concluirlas como está previsto en marzo de 2022", sostiene Knot. Una posición similar defienden sus homólogos de Alemania, Jens Weidmann, y de Austria, Robert Holzmann. En contraste, Lagarde no se cansa de avisar de que una retirada prematura de los estímulos pondría en riesgo la recuperación.
Por lo demás, el BCE también mantiene sin cambios los tipos de interés. En concreto, el tipo general de referencia se queda en el mínimo histórico del 0%, mientras que la facilidad de depósito, la remuneración (ahora mismo penalización) de los bancos por aparcar su exceso de liquidez en Fráncfort, se queda en el -0,5%. Tampoco hay novedades en el programa de operaciones de refinanciación a largo plazo (TLTROs), con el que BCE proporcion liquidez ultrabarata a los bancos para que no corten el crédito a empresas y hogares con problemas.
"El Consejo de Gobierno está dispuesto a ajustar todos sus instrumentos, como sea apropiado, con el fin de garantizar que la inflación avance hacia su objetivo de forma sostenida, en línea con su compormiso con la simetría", concluye el comunicado.