El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar este martes la versión definitiva del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española. Se trata del catálogo de reformas que exige la UE a cambio del rescate de hasta 140.000 millones de euros para amortiguar el impacto de la crisis de la Covid-19. Sin embargo, los fondos no comenzarán a fluir de inmediato: todavía queda por delante un enrevesado procedimiento que puede descarrilar. Esta es la guía para no perderse en los próximos pasos de la tramitación de las ayudas europeas.
¿Qué países son los más adelantados y cuáles los más rezagados en sus planes de reformas?
Pese a que el Gobierno de Sánchez sostuvo durante semanas que España era el país de la UE que iba en cabeza, al final Portugal le ha adelantado y se convirtió el pasado jueves en el primer Estado miembro (y el único hasta ahora) en enviar a Bruselas su plan de reformas. La Comisión de Ursula von der Leyen espera recibir esta semana una decena de planes más. Francia y Alemania presentan los suyos conjuntamente este martes. El primer ministro italiano, Mario Draghi, detalló este lunes en su Parlamento las reformas que tiene previsto emprender. Los más rezagados son Finlandia y, sobre todo Holanda, que ya han confirmado que incumplirán el plazo del 30 de abril.
¿Qué opina Bruselas del plan de Sánchez?
Las reformas incluidas en el plan de recuperación español han sido negociadas durante meses por el Gobierno de Sánchez con el Ejecutivo comunitario. Por ejemplo, se han celebrado hasta 70 reuniones preparatorias sólo para discutir el mercado de trabajo, según desveló la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz. El hecho de que el plan pueda por fin enviarse oficialmente a Bruselas significa que ha pasado un primer filtro. Pero la Comisión todavía puede exigir cambios durante los dos meses del periodo de evaluación. En su discurso durante el simposio Wake up, Spain! de EL ESPAÑOL, Invertia y D+I, el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, dejó muy claros cuáles son los focos de preocupación de Bruselas: la reforma laboral, la falta de coordinación entre administraciones central y autonómicas y la fragmentación regulatoria que dificulta a las empresas operar en todo el territorio nacional.
¿Qué nota necesita el plan español para pasar el corte?
El Ejecutivo comunitario debe puntuar ahora el plan de Sánchez a partir de 11 criterios de evaluación diferentes. Entre ellos, el compromiso en materia de reformas, la contribución del plan a la transición verde (a la que debe destinarse como mínimo el 37% de las ayudas) y digital (20%) o la existencia de controles sólidos para prevenir casos de corrupción y fraude en el uso de fondos europeos. En cada criterio, Bruselas pondrá una nota: A (sobresaliente), B (aprobado) o C (suspenso). Para recibir luz verde de la UE, el plan español debe lograr al menos siete A (y ninguna C).
¿Cuándo habrá una decisión final? ¿Cuáles son los plazos?
La Comisión dispone de dos meses para dar su nota al plan español. Dado que ya conoce todos los detalles gracias a las negociaciones previas, la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, ha pedido que se acorte este plazo. Pero el Ejecutivo comunitario lo descarta: con menos tiempo sería imposible hacer un análisis "sólido" del plan que genere confianza entre el resto de socios -que son los que tienen la última palabra-, sobre todo teniendo en cuenta la enorme cantidad de documentación aportada. Una vez recibida la evaluación de Bruselas, el Ecofin dispondrá de un mes adicional para decidir (por mayoría cualificada) si aprueba el plan de Sánchez o lo rechaza. El primer ministro portugués, António Costa, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, espera que eso se produzca ya en la reunión del 18 de junio. La Comisión considera este escenario demasiado optimista y apunta a julio.
¿Estará ratificado a tiempo el Next Generation?
Para que las ayudas comunitarias empiecen a llegar a España se necesitan dos condiciones. No sólo que la UE apruebe el plan de reformas de Sánchez, sino también que todos los parlamentos nacionales ratifiquen la norma que permitirá a la Comisión emitir deuda común europea para financiar el fondo Next Generation. Tras superarse el escollo del Tribunal Constitucional de Alemania, quedan ocho países pendientes: Irlanda, Holanda, Finlandia, Polonia, Estonia, Hungría, Rumanía y Austria. En Bruselas, los que se consideran más problemáticos son Polonia, donde el Gobierno de Ley y Justicia no tiene el apoyo de su socio de coalición para ratificar, y Holanda, el país que más se resistió a este plan de rescate. El Ejecutivo comunitario todavía espera completar el proceso el 31 de mayo y empezar a emitir deuda en junio. Pero nadie descarta más accidentes en el camino.
¿Cuándo empezará a fluir el dinero? ¿Llegarán los 140.000 millones de golpe?
En el mejor de los escenarios, si no hay problemas ni con el plan de reformas ni con la ratificación del Next Generation, los fondos de la UE empezarán a fluir en julio. Es lo que esperan tanto el Gobierno de Sánchez como el equipo de Ursula von der Leyen. Sin embargo, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, da por hecho que las ayudas se retrasarán hasta septiembre. En todo caso, los 140.000 millones de euros no llegarán de golpe. Se pagarán por tramos (dos al año) de aquí a 2026, supeditados a la puesta en marcha de las reformas prometidas. La excepción es el desembolso inicial: un adelanto del 13% (alrededor de 9.000 millones de euros en el caso de España), cuya única condición es que la UE dé luz verde al plan.
¿Qué pasa si Sánchez incumple las reformas comprometidas?
Las reformas del plan de recuperación están vinculadas a un calendario con una serie de hitos y objetivos cifrados. Por ejemplo, la vicepresidenta Díaz ha prometido a Bruselas que la reforma laboral estará aprobada para final de este año. Para poder acceder a los sucesivos tramos de ayudas, el Gobierno de Sánchez deberá demostrar que ha cumplido en plazo todos los hitos comprometidos, por ejemplo enviando al Ejecutivo comunitario el texto de la ley. En caso contrario, Bruselas no autorizará los pagos y, en última instancia, puede reclamar incluso que se devuelva el dinero del anticipo. Si se respetan parte de los objetivos pero no su totalidad, el Ejecutivo comunitario puede decidir hacer un pago parcial. El Gobierno de Sánchez espera recibir un segundo tramo de 16.000 millones a finales de año porque, según sostiene, muchas de las reformas comprometidas ya se han realizado.
¿Pueden los frugales bloquear las ayudas con el freno de emergencia?
La decisión de Bruselas de dar luz verde a cada uno de los tramos de ayudas debe ser avalada por el Comité Económico y Financiero (órgano donde están representados los Veintisiete Estados miembros), a ser posible por consenso. No obstante, si por ejemplo Holanda discrepa del análisis de la Comisión y considera que en realidad el Gobierno de Sánchez está incumpliendo de forma grave las reformas prometidas, puede activar en solitario el 'freno de emergencia' y paralizar las ayudas de España. Al menos, hasta que los líderes europeos examinen el problema en una cumbre y encuentren una solución. El Gobierno de Mark Rutte ha dicho reiteradamente que su prioridad es que Sánchez haga reformas en mercado laboral y pensiones. Una opinión que comparten sus socios del club de los frugales: Austria, Dinamarca y Suecia.
¿Qué pasa si el PP gana las elecciones en 2023 y quiere cambiar el plan de Sánchez?
Para Bruselas, el escenario ideal sería un acuerdo entre Gobierno y oposición para que el plan de recuperación sea sólido y resista la prueba del tiempo. Un acuerdo que no se da en el caso de España. Si el PP de Pablo Casado ganara las próximas elecciones generales, en 2023, y pudiera formar Gobierno, el reglamento que rige el Next Generation le permite proponer a Bruselas un plan modificado o nuevo, siempre que argumente el por qué de los cambios. Eso sí, el procedimiento volvería a empezar desde cero: Bruselas tendría que evaluar el nuevo plan y el Ecofin aprobarlo antes de proceder a cualquier nuevo desembolso.
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