Hace dos meses, en marzo, el Gobierno aprobó 7.000 millones de euros para ayudas directas para autónomos y empresas, un año más tarde que la mayoría de los países de la zona euro. De hecho, según un análisis de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), España es uno de los países del campo europeo que menos ha apostado por esta fórmula.
Concretamente, según el estudio de la institución (incluido dentro de su evaluación del Programa de Estabilidad), nuestro país es uno de los Estados del Viejo Continente que menos recursos está dedicando a ayudas directas a empresas y, al mismo tiempo, es de los que más restricciones pone para su acceso.
"Los criterios de acceso" a las ayudas directas a empresas en España "se encuentran entre los más restrictivos ya que la ayuda se reserva a los sectores más afectados", precisa el ente.
Un 0,6% del PIB
Además, "en comparación con el resto de países de nuestro entorno, las ayudas
directas a empresas en España se han adoptado de manera más tardía, un año después del inicio de la pandemia", recuerda el ente.
Dentro de los países que la AIReF utiliza para su estudio (Irlanda, Francia, Alemania, Portugal, Países Bajos, Italia y España), España es el segundo que menos PIB dedica a las citadas ayudas directas. Un 0,6% del PIB, solo por detrás del 0,2% del PIB que dedica Irlanda.
Países Bajos es el estado de la zona euro que más recursos destina a ayudas directas (un 3,9% del PIB), seguido de Alemania (3,5%).
El estudio de AIReF incluye también una estimación de cuánto dedicaron las comunidades autónomas al campo de las ayudas directas, que comenzaron a repartir en 2020. En total, durante el año pasado destinaron entre 680 millones de euros y 730 millones.