La economía global se enfrenta a un reto sin precedentes no visto en las últimas décadas. La guerra de Ucrania ha incrementado el riesgo de que el mundo tenga que afrontar años de crecimiento débil y aumento de precios. Es decir, un período de estanflación. Una situación que se asemeja mucho a la crisis de los años 70 y que puede tener "consecuencias dañinas" para las rentas más bajas.
El aviso lo ha dado el Banco Mundial en su último informe de Perspectivas económicas mundiales. En él asegura que, en los últimos meses, los daños que había provocado la pandemia de la Covid-19 se han agravado.
Dice el organismo que "la guerra en Ucrania, las interrupciones en las cadenas de suministro y el riesgo de estanflación afectan al crecimiento, lo que va a hacer que muchos países no puedan evitar la recesión".
Previsión
Así que, en este contexto, rebaja su pronóstico de crecimiento global para este año al 2,9% desde el 4,1% que había fijado en enero. Incide en que "el crecimiento moderado persistirá seguramente durante la próxima década debido a la ralentización de la inversión en buena parte del mundo" en los próximos meses.
El dato del Banco Mundial supone un recorte de casi el 50% en la tasa de crecimiento para este curso. De hecho, prevé que en 2023 y 2024 el ritmo sea similar, aunque podría haber una pequeña mejora. En concreto, un 3% en 2023 y 2024.
Para la zona del euro, el organismo prevé un crecimiento del PIB del 2,5% en 2022 y del 1,9% los dos siguientes años, rebajando así respectivamente en 1,7 y 0,2 puntos porcentuales sus pronósticos de enero, tal como informa Europa Press.
A la baja ha revisado también su previsión de crecimiento para Estados Unidos, con una expansión del 2,5% en 2022 y del 2,4% un año después, cuando en enero había proyectado un crecimiento del 3,7% y del 2,6%, respectivamente. De cara a 2024, el Banco Mundial espera una expansión de la mayor economía mundial del 2%.
Diferencias
Respecto a 1970, hay varias diferencias según el Banco Mundial. La primera, el dólar está fuerte; los incrementos porcentuales de los precios de las materias primas son inferiores a entonces; y los balances de las entidades financieras son sólidos.
No sólo eso. Recuerda también que ahora "los bancos centrales tienen mandatos claros para la estabilidad de precios, y han demostrado que tienen un historial creíble a la hora de lograr sus objetivos de inflación".
El organismo confía en que el próximo año las subidas de precios se vayan moderando. Ahora bien, si siguen en tasas elevadas "podríamos ver una fuerte desaceleración mundial junto con crisis financieras en algunas economías emergentes y en desarrollo".