La tasa media de inflación que Funcas espera para 2022 se sitúa en el 9,1% frente al 8,9% anterior. Por su parte, la estimación para la tasa interanual en diciembre sube del 7,9% al 8,6%. Son las principales conclusiones del informe elaborado por el think tank.
Por lo que respecta a 2023, el centro de análisis sitúa la tasa media anual prevista en el 4,8%. Por tanto, no hay variaciones respecto a su estimación anterior. Sin embargo, sí las hay en cuanto a la inflación subyacente, que la eleva hasta el 4,4%.
Sobre la inflación de agosto, los precios al consumo registraron un incremento mensual del 0,3%, inferior al registrado el mismo mes del pasado año. De este modo, la tasa interanual de inflación descendió tres décimas porcentuales hasta el 10,5%.
Subyacente
La tasa armonizada descendió dos décimas hasta el 10,5%, lo que supone 1,4 puntos porcentuales más que la media de la eurozona. La inflación subyacente se elevó en tres décimas porcentuales hasta el 6,4%, y el núcleo inflacionista, que excluye todos los alimentos y los productos energéticos, se situó en el 5,1%.
"Los resultados han sido superiores a lo esperado en todos los componentes salvo en los más volátiles, alimentos no elaborados y productos energéticos, en los que los resultados han sido inferiores", indican desde Funcas.
Dentro de la inflación subyacente, la correspondiente a los alimentos elaborados ascendió hasta el 12,5%, destacando el aumento de pan y otros productos de panadería, queso, leche desnatada y otros productos lácteos. En el sentido contrario, en Funcas destacan la bajada de precio del aceite de oliva y de otros aceites comestibles, aunque su tasa interanual de inflación sigue siendo muy elevada.
En los bienes industriales no energéticos, la tasa de inflación también se incrementó, hasta el 5,6%. Los mayores aumentos se observaron en prendas de vestir, productos de limpieza y para el cuidado personal.
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En cuanto a los componentes más volátiles, la tasa de inflación de los alimentos no elaborados ha descendido ligeramente hasta el 12,9%, arrastrada por las frutas, hortalizas, legumbres y pescado, que han contrarrestado el encarecimiento de diversas carnes y patatas.
Por su parte, la inflación energética también se redujo, hasta el 37,4%, gracias a la bajada de precio de los combustibles y carburantes, que, debido a su mayor peso en la cesta de la compra, han más que compensado el fuerte encarecimiento de la electricidad.
Petróleo y gas
Desde el think tank indican que el precio del petróleo se ha reducido sensiblemente desde que se elaboró el anterior escenario (ahora se encuentra por debajo de 100 dólares). Por eso, en su actual escenario central de previsiones se parte de la hipótesis de que este se mantendrá estable durante todo el periodo de previsión en 95 dólares.
Pese a ello, las previsiones han sido revisadas ligeramente al alza, debido a la desviación de los resultados con respecto a las previsiones anteriores. La tasa media esperada para 2022 se sitúa en el 9,1% frente al 8,9% anterior.
Ahora se espera una tasa interanual en diciembre del 8,6% (7,9% anterior). Para 2023 la tasa media anual prevista por el centro de análisis es 4,8%, sin cambios con respecto a las previsiones anteriores, aunque la subyacente se ha elevado hasta el 4,4%.
Para el escenario tensionado se parte de la hipótesis de que el precio del petróleo se mantendrá en el mismo nivel que en el escenario central, pero se supone un encarecimiento del gas que eleve el precio de la electricidad en un 20% con respecto al nivel actual. Las tasas medias anuales para 2022 y 2023 serían de 9,3% y 6,1%, respectivamente. Finalmente, en un escenario en el que el precio de la electricidad se modera en torno a un 20%, las tasas respectivas serían 9% y 3,6%.