Este martes, José Luis Escrivá desató un terremoto político por su propuesta, una "opinión personal", de recentralizar determinadas competencias fiscales que hoy tienen las autonomías. De hecho, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones alabó un modelo de financiación territorial que poco o nada tiene que ver con el español: el de Australia.
En la nación oceánica, la asignación de recursos territoriales se decide en función del gasto efectivo per cápita que se genera en cada uno de los servicios públicos. "Es un modelo mucho más fino. En cambio, en España estamos muy instalados en esta cesión de impuestos que tiene mucha tradición, pero que a mí, personalmente, no me gusta y que genera estas derivas tan indeseables como las que estamos viendo estos días", subrayó Escrivá, en declaraciones a Onda Cero.
Pero lo más importante es el concepto que los australianos promueven en su financiación territorial, que es el de la corresponsabilidad. El Gobierno central financia, pero los fondos siempre están sujetos y condicionados al cumplimiento de objetivos o metas. La fórmula es similar a lo que ocurre con el Plan de Recuperación, Recuperación y Resiliencia y los fondos Next Generation.
[El Gobierno pactó con ERC en 2020 la armonización fiscal que propone Escrivá, pero la aparcó]
Los fondos centrales sirven para financiar la sanidad, la educación, los servicios comunitarios, las infraestructuras y el desarrollo regional de los estados. En estos campos, el Gobierno y los estados pactan el cumplimiento de determinadas metas. Y su cumplimiento se tiene que certificar.
Si hay incumplimientos, el 'acuerdo' se renegocia y se replantea para los siguientes ejercicios. Y si los territorios, en su gestión de recursos públicos, 'ahorran' debido a que son muy eficientes con las partidas que se les destinan, no están obligados a devolver el dinero.
En este sentido, los territorios no manejan impuestos nacionales, como ocurre en España con las comunidades autónomas en el caso de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones y parte del IRPF.
Las críticas al modelo español por parte de Escrivá han estado causadas por el anuncio de Andalucía de suprimir el Impuesto de Patrimonio. "Esta dinámica es perversa", dijo por la tarde, en el Senado.
Escrivá se reafirmó en que la competencia fiscal entre autonomías "debilita" servicios públicos. Aseguró que esta reflexión la lleva diciendo "mucho tiempo" y, bajo su punto de vista, "está en el espíritu de mucha gente".
"Esta competencia fiscal entre comunidades autónomas nos lleva a un debilitamiento del Estado del bienestar", repitió. En cualquier caso, Escrivá ahonda en una idea que en la que el Gobierno hace tiempo que insiste: la armonización fiscal.
Es decir, generar un 'suelo' tributario para limitar la bajadas fiscales en las regiones de determinados impuestos nacionales. Sin embargo, esta medida se quiere aplicar a través de la reforma de la financiación autonómica, algo que no ocurrirá en esta legislatura.
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