Con todo, la Agencia Tributaria (AEAT) hace tiempo que se ha puesto manos a la obra para aumentar la recaudación que se obtiene de los más ricos. Las inspecciones a estos contribuyentes han aumentado en los últimos cuatro años un 135,8% y los ingresos públicos mediante ellas un 55%. 

Lo ha hecho a través de la Unidad Central de Coordinación del Control de Patrimonios Relevantes, que pertenece a la Oficina Nacional contra el Fraude y se creó en 2018, año en el que Pedro Sánchez llegó a Moncloa. Cuando comenzó su actividad, inició 494 expedientes, que resultaron en una recaudación de 348 millones de euros. 

[Hacienda prepara su propio 'Minority Report' para detectar fraudes antes de que sucedan]

La situación ha cambiado mucho en 2021, último año del que la Agencia Tributaria dispone de datos. Las inspecciones se doblaron y sumaron 1.165. Mientras, los ingresos se dispararon y sumaron 540 millones de euros. 

Con todo, esta cifra de ingresos es 'solo' la segunda más elevada de los últimos cuatro años. En 2019, justo antes de la pandemia, se recaudaron 608 millones, y con muchas menos inspecciones (880). 

En estas acciones han tenido una importancia clave las herramientas de big data de la Agencia Tributaria, que se vienen implementando en los últimos años. Un instrumento que, además, ya se está empleando para detectar a falsos residentes en otros países con patrimonios relevantes en España. 

Superada su fase 'piloto', Hacienda ya puede proporcionar datos sobre sus resultados iniciales. En 2021, la herramienta se aplicó en 223 contribuyentes. De ellos, por ahora, se ha localizado a 69 que se encontraban artificialmente en casi una treintena de países, con un importe liquidado de 24,5 millones de euros.

La unidad para 'cazar' a los grandes patrimonios evoluciona más allá de estas acciones. Según la AEAT, hay un proyecto de investigación sobre sociedades opacas, en el que ya se ha automatizado la identificación de usuarios de viviendas de alto valor situadas en España cuya titularidad formal corresponde a sociedades extranjeras de las que se desconocen sus dueños reales.

Ahora, esta iniciativa está en una segunda fase que se centra en sociedades opacas españolas tenedoras de viviendas residenciales de alto valor (sociedades limitadas y anónimas, según la AEAT). Abarca unas 2.500, titulares de aproximadamente 2.800 viviendas.