El impuesto a las grandes fortunas o a "los millonarios", como lo definió María Jesús Montero, será una realidad en 2023. La ministra de Hacienda confirmó que se creará este nuevo tributo y que será temporal. Sin embargo, estos son los únicos detalles que se conocen de esta figura tributaria, anunciada por sorpresa.
¿Cómo funcionará, qué gravará, tendrá encaje legal? Los expertos en fiscalidad consultados por EL ESPAÑOL-Invertia dan respuesta a esta preguntas. Apuntan a que el Gobierno podría optar, principalmente, por dos vías para gravar más a las clases altas: Un recargo estatal sobre el Impuesto sobre el Patrimonio o una subida de los tramos altos del IRPF.
Más allá de si el impuesto está impulsado por motivaciones políticas o económicas, la nueva figura fiscal "chocará frontalmente contra el Impuesto sobre el Patrimonio" actual, explica Ignacio Ruiz Jarabo, economista y exdirector de la Atencia Tributaria. De hecho, alerta de que llevará a un problema de "sobreimposición".
"La solución técnica será compleja, y muy costosa sobre todo para un impuesto temporal. No le veo mucho sentido", añade. "Generaría un problema jurídico por una medida con escaso peso".
Fuentes entre los inspectores de Hacienda consideran que no hay para tanto. El problema se resuelve si el impuesto a las grandes fortunas del Gobierno se formula como un recargo estatal al Impuesto sobre el Patrimonio ya citado y que pueden modular las autonomías.
Cabe recordar que la titularidad de este tributo, pese a ser ingresado por las comunidades, es estatal. Así que si el Congreso aprobara el nuevo impuesto con este formato, como un recargo estatal, no habría problemas legales. O al menos no debería haberlos.
¿No se produciría un fenómeno de doble imposición si el contribuyente ya abona el impuesto autonómico en alguna de las regiones en las que no está 'suspendido'? Las fuentes citadas consideran que esto quedaría resuelto deduciendo lo abonado por la tasa regional de la cuota que se pague por el recargo estatal.
Sin embargo, otras voces expertas en el sistema tributario consideran que este camino es el más farragoso. Luis del Amo, secretario técnico del Registro de Economistas Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas, apunta a que la vía para el impuesto a los 'millonarios' sería un recargo al IRPF, por lo que "ya no sería un impuesto a las grandes fortunas, sino a las grandes rentas".
En este sentido, apuesta por aumentar el tipo que pagan los tramos más altos. Cabe recordar que los últimos dos tramos, que son los de las rentas entre 60.000 y 300.000 euros anuales y a partir de 300.000 euros ya pagan tipos del 45% y del 47% respectivamente.
Las fuentes consultadas no descartan otras posibilidades, como un nuevo tributo 'ad hoc'. Sin embargo, alertan, igualmente, de que optar por estas opciones dejará escasos ingresos tributarios 'extra'.
En el caso del recargo a Patrimonio, calculan unos 1.000 millones 'extra', y en el de la subida del IRPF a clases altas en unos 300 millones, a lo sumo. Esto se debe a la poca población que quedaría afectada por la subida.
La propia Montero indicó este viernes que el nuevo tributo afectaría, como mucho, al 1% de los contribuyentes. Pero poco más dijo. No reveló donde estaría el umbral de 'ricos' afectados ni cómo actuaría el impuesto.
Además, está el perjuicio económico que podría tener la figura, que podría llevar a una fuga de grandes fortunas de España, alerta Ruiz Jarabo. "Eso penaliza el ahorro, la inversión y el empleo".
Otras voces especializadas en fiscalidad recuerdan que Francia tuvo en vigor un impuesto a las grandes fortunas que acabó cayendo. Emmanuelle Macron lo sustituyó por una figura fiscal que grava solo los grandes patrimonios inmobiliarios. Una acierto, según estas fuentes, puesto que impiden al contribuyente moverse a territorios con mejor fiscalidad.
Según la información de la Agencia Tributaria, solo unos 115.507 contribuyentes españoles tienen rentas por encima de los 150.000 euros.
Por otro lado, la declaración del Impuesto sobre Patrimonio revela, con datos de 2020, que hay unos 218.991 declarantes de esta figura tributaria. Es decir, que tienen patrimonios por encima de un millón de euros.
Sin embargo, de ellos, pagan el tributo 'solo' 189.613. ¿Qué ocurre con los 19.508 restantes? Que viven en Madrid, donde el impuesto está bonificado al 100%.
Las regiones tienen capacidad para ejercer esta competencia sobre Patrimonio, dado que es un impuesto estatal cedido a las autonomías. De hecho, Andalucía ha decidido sumarse a Madrid y también ha suspendido por completo esta tasa.
Esto ha conducido a una importante polémica política que, en pocos días, ha desembocado en el anuncio de María Jesús Montero de un nuevo impuesto a las grandes fortunas, que será temporal y se sumará los tributos que se están tramitando para gravar más a la banca y a las empresas energéticas.
El resto, como se ha podido leer, son interrogantes que Hacienda no ha desvelado pese a que asegura llevar "semanas" trabajando en el impuesto. Habrá que esperar para conocer más detalles.
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