La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha querido exhibir este jueves un discurso inusualmente duro, de máxima firmeza, en el combate contra la inflación. En varios pasajes de su rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno, Christine Lagarde ha insistido en que la inflación en la eurozona sigue siendo "demasiado alta", lo que a su juicio exige seguir subiendo los tipos de interés "significativamente" y "a un ritmo sostenido".
¿Qué significa eso en la práctica? ¿Cuántas subidas de tipos? ¿De qué importe? ¿En qué nivel de tipos de interés se plantará el BCE? Lagarde sólo ha dado una respuesta parcial a estos interrogantes. "Basándonos en los datos disponibles, un aumento significativo a un ritmo sostenido significa que debemos esperar subidas a un ritmo de 0,5 puntos durante un tiempo", ha dicho la vicepresidenta.
"La referencia a un ritmo sostenido quiere decir que hemos hecho progresos en los últimos meses, pero nos queda todavía camino por recorrer, debemos ir más lejos. Estamos en un juego largo", sostiene Lagarde.
Aunque la inflación se moderó al 10% en noviembre (frente al 10,6% en octubre), el BCE ha empeorado considerablemente sus previsiones para los próximos meses, lo que ha desatado la alarma entre los gobernadores centrales. "Puede que en diciembre vuelva a bajar, pero tenemos buenos motivos para creer que en enero y febrero habrá subidas", ha dicho la presidenta.
El IPC se situará en promedio en el 8,4% en 2022 y disminuirá hasta el 6,3% en 2023, el 3,4% en 2024 y el 2,3% en 2025, todavía por encima del objetivo del 2%. Por su parte, la inflación subyacente (excluidos la energía y los alimentos) se situará de promedio en el 3,9 % en 2022, aumentará hasta el 4,2 % en 2023 y bajará hasta el 2,8% en 2024 y el 2,4% en 2025.
Según Lagarde, estos datos demuestran que lo que ha hecho hasta ahora el BCE "no es suficiente" y que "debemos continuar nuestra batalla contra la inflación". "Lo haremos a un ritmo sostenido, lo que significa (basándonos en la información disponible hoy) otra subida de 0,5 puntos en nuestra próxima reunión y también posiblemente en la reunión siguiente y en la posterior", ha dicho la presidenta.
Lagarde niega que la decisión de este jueves de ralentizar la subida de tipos a 0,5 puntos (frente a los incrementos masivos de 0,75 puntos ejecutados en septiembre y octubre) signifique un punto de inflexión en la estrategia del BCE. Y se distancia así de la Reserva Federal de Estados Unidos, que sí ha indicado una nueva fase en la normalización de la política monetaria.
"Cualquier persona que crea que esto es un punto de inflexión para el BCE, se equivoca. No estamos cambiando de estrategia, no estamos levantando los brazos. Estamos mostrando determinación y resiliencia en nuestro viaje. Si nos comparamos con la Reserva Federal, a nosotros nos queda más camino por recorrer", ha dicho Lagarde.
Eso sí, la presidenta del BCE ha admitido que las decisiones de este jueves no se han adoptado por unanimidad en el Consejo de Gobierno, sino por "amplia mayoría". "Algunos querían hacer un poco más, otros un poco menos", ha señalado.