Alemania rechaza la reforma de las reglas fiscales de Bruselas que España y Francia aplauden
El Ejecutivo comunitario desoye las presiones de Berlín para incorporar un objetivo numérico de reducción de la deuda.
27 abril, 2023 02:15La solución de compromiso que ha planteado este miércoles la Comisión de Ursula von der Leyen para reformar el Pacto de Estabilidad no ha servido para convencer a Alemania. Bruselas ha endurecido su propuesta original de noviembre de 2022, exigiendo un ajuste presupuestario anual equivalente al 0,5% del PIB a los países con déficit excesivo como España. Pero ha desoído la principal petición de Berlín: incorporar un objetivo numérico común de reducción de la deuda, que debía ser más exigente para los Estados más endeudados como el nuestro.
"Las propuestas de la Comisión Europea aún no cumplen las exigencias de Alemania. Necesitamos garantizar una economía estable y dejar atrás las altas deudas y los déficits en Europa", ha dicho el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, en una rueda de prensa improvisada en Berlín nada más publicarse los textos legislativos. "Trabajaremos de forma constructiva, pero nadie debe caer en el equívoco de que Alemania automáticamente dará su consentimiento a las propuestas", avisa Lindner.
"Alemania quiere reglas claras, con referencias y objetivos numéricos (...) Alemania no apoyará una relajación del Pacto de Estabilidad. En el futuro, las reglas fiscales deben ser, incluso de forma más sólida, la base de la estabilidad económica y el crecimiento", ha insistido el ministro de Finanzas. Berlín ha cuestionado desde el principio la columna vertebral de la reforma que plantea Von der Leyen, que se basa en planes plurianuales de ajuste (de cuatro años ampliables a siete) a medida para cada Estado miembro, negociados de forma bilateral entre Bruselas y las capitales.
[Bruselas impondrá un ajuste del 0,5% del PIB al año a los países con déficit excesivo como España]
Lindner alega que este sistema pone en riesgo la igualdad de trato y además no garantiza una reducción suficiente de la deuda, puesto que el Ejecutivo comunitario ha demostrado en el pasado que no es bastante estricto con los Gobiernos europeos. Por eso contraatacó a principios de abril con su propia propuesta, que exige que los países en situación de "alto riesgo" por su endeudamiento, como España, recorten su ratio de deuda pública al menos 1 punto porcentual al año.
Pero la Comisión Europea ha ignorado esta petición y no incluye ningún objetivo numérico de reducción de la deuda en sus propuestas legislativas. La única exigencia en este sentido es que "la ratio de deuda pública al final del plan (que recordemos puede tener una duración de hasta siete años) está por debajo de su nivel inicial".
"Se trata de encontrar el equilibrio adecuado entre dar más margen a los Estados miembros para fijar sus planes de ajuste fiscal y garantizar la transparencia y la igualdad de trato. Y creemos que la propuesta que hemos puesto sobre la mesa garantiza este equilibrio", ha dicho el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, al ser preguntado por las quejas de Alemania.
Fuera de micro, los eurofuncionarios son mucho más cáusticos sobre las exigencias de Lindner. "Algunas sugerencias, de aplicarse literalmente, conducirían a ajustes fiscales tan grandes que serían contraproducentes. Es decir, si se aplica un ajuste fiscal excesivo, eso tiene un impacto negativo sobre el crecimiento que contrarresta el efecto positivo en el déficit. Un ajuste tan alto acabaría aumentado la deuda, que es lo que queremos evitar", explica un alto responsable de la Comisión.
El problema para Alemania es que está prácticamente sola en sus demandas de endurecer todavía más el Pacto de Estabilidad. Su principal aliado, Países Bajos, se ha cambiado de bando tras firmar el año pasado un acuerdo con España sobre la reforma de las reglas fiscales. Aún así, nadie en la UE se atreve a aprobar una norma en contra de la opinión de Berlín, por lo que si Lindner se atrinchera la reforma todavía podría naufragar.
"El Gobierno holandés ha respondido previamente de manera positiva a las características generales del sistema propuesto, pero ha formulado una serie de puntos de atención y condiciones", ha dicho un portavoz del Ejecutivo de Mark Rutte tras conocer los textos legislativos. En todo caso, para La Haya "es importante que los Estados miembros con una alta deuda pública pongan sus finanzas en orden y refuercen sus economías".
Tanto Francia como España han vuelto a repetir este miércoles su satisfacción con los planes de Von der Leyen, aunque se quejan (sobre todo París) de los cambios de última hora para tratar de contentar (sin éxito) a Berlín. En particular, Francia rechaza el ajuste uniforme del 0,5% para los países con déficit superior al 3% del PIB.
La propuesta legislativa de Bruselas "es un paso en la dirección correcta", ha dicho el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire. "Sin embargo, las negociaciones no han terminado: algunos puntos son contrarios al espíritu de la reforma y deben ser reelaborados. Por ejemplo, nos oponemos a las reglas automáticas y uniformes de reducción del déficit y de la deuda", ha agregado.
"Estas reglas son contrarias al principio de diferenciación que subyace en la reforma, han mostrado sus límites como herramientas para la gestión de las finanzas públicas y son objeto de críticas unánimes por parte de la comunidad académica internacional", ha insistido Le Maire.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha evitado por ahora pronunciarse sobre esta cuestión, aunque su equipo admite que será el punto más importante de la negociación. Para Calviño, lo importante es que la propuesta legislativa de Bruselas permite avanzar en la negociación y mantener el objetivo de cerrar un acuerdo antes de fin de año, durante el semestre de presidencia española de la UE.
La vicepresidenta presume además que el plan de Von der Leyen sigue las "grandes líneas" del acuerdo entre España y Países Bajos del año pasado, como la aproximación diferenciada por países, el énfasis en el crecimiento y su contribución a la sostenibilidad, los incentivos a inversiones y reformas, la apropiación de las sendas de ajuste por parte de los países y la importancia del medio plazo. "El plan recoge en gran medida el cambio de paradigma que planteaba nuestra propuesta con Países Bajos", destacan fuentes del ministerio de Economía.