"Oportunidad perdida". Así ha descrito Cristina Herreno, presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el último Programa de Estabilidad enviado por el Gobierno a la Comisión Europea. Opina que no supone un ejercicio que permita hacer previsiones sobre el futuro económico y fiscal de España a medio plazo. De hecho, el ente ha enmendado las previsiones del Gobierno y ha avisado de que el déficit público se estancará a partir de 2024, con el efecto que ello tiene en la deuda pública.
Pese a que comparte que entre 2023 y 2024 el déficit público bajará al 3% del PIB (sobre todo por la retirada de las medidas contra la inflación, como las rebajas tributarias o determinadas ayudas públicas), alertan de que no habrá más bajadas en años posteriores.
Si el Gobierno prevé que los 'números rojos' desciendan al 2,7% y al 2,5% del PIB en 2025 y 2026, respectivamente, la AIReF considera que el déficit público se quedará en el 3%.
El PIB no avala el déficit
¿Por qué? El Programa de Estabilidad sólo recoge medidas para 2023, pero no para el resto de los años. Y para AIReF, la evolución del PIB no justifica la reducción del déficit y de la deuda pública prevista.
De hecho, Herrero ha afeado al Gobierno que después de enviar el texto a Bruselas se hayan aprobado medidas que no estaban incluidas en él, como las iniciativas en materia de vivienda y en agricultura.
[El programa de estabilidad y el futuro de la economía española, por Miguel Sebastián]
Todo este contexto impedirá que España inicie una senda continuamente descendente de la deuda pública, tal y como recomiendan las normas europeas. Para ello, la AIReF recomienda aplicar medidas de ajuste por valor de 0,46 puntos anuales de PIB durante 15 años.
Por otro lado, la AIReF espera que el PIB crezca este año un 1,9%, cerca del 2,1% previsto por el Gobierno. Con todo, alerta de que la segunda mitad del año será duro para la España, puesto que será cuando la subida de tipos de interés más afectará a la economía.
Reducción del desempleo
Además, las previsiones de crecimiento de empleo del Gobierno y la AIReF no presentan grandes discrepancias. El organismo independiente, al contrario que el Gobierno, no prevé que la tasa de desempleo baje del 10% en 2026.
En concreto, el organismo estima que ese año la tasa se situará en el 11%, mientras que el Gobierno lo sitúa en el 9,8%. Además, la AIReF espera un mayor crecimiento salarial respecto a lo que desprende la actualización del programa de estabilidad, en línea también con el reciente acuerdo entre patronal y sindicatos.
Sobre los precios, las proyecciones de inflación de la AIReF resultan superiores a las del Gobierno, particularmente en 2023. En concreto, el organismo independiente espera que la inflación general se sitúe de media en el 4% en 2023, para después bajar hasta el 2,8% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,8% en 2026. Pese a esta senda descendente, la AIReF ha advertido sobre el impacto en 2024 de la previsible retirada de medidas extraordinarias para hacer frente al impacto económico de la guerra en Ucrania y la subida de precios.
Según detalla el organismo, la aceleración de las demandas salariales que se proyecta en 2023 para recuperar de manera parcial la capacidad de compra perdida en 2022 contribuye a ralentizar el descenso de la inflación a corto plazo. En cambio, a medio plazo, la desaparición de las tensiones de oferta y la paulatina traslación de las condiciones financieras a la demanda permitirá contener los precios.
Respecto a la evolución de los ingresos, la AIReF plantea que su evolución viene fuertemente condicionada por el calendario de retirada de las medidas temporales, aunque también se observan diferencias por componentes. En concreto, el Gobierno proyecta un mayor nivel de impuestos y de cotizaciones sociales, mientras que la AIReF estima mayores ingresos en el resto de recursos.
Según su aproximación, los ingresos tributarios crecerán en 2023 un 7,3%, de los que 3,3 puntos estarían ligados a los precios. En conjunto, los precios y los tipos efectivos justificarían un 64% del crecimiento previsto por la AIReF en ingresos tributarios para 2023 --46% precios y 18% tipos--, superior al 52% de 2022.
Impacto de las liquidaciones
De su lado, los gastos, sin incluir el Plan, reducen su peso en el escenario central de la AIReF hasta el 46,2% del PIB en 2026, una décima por debajo de lo recogido en la APE. La reducción se concentra en 2023 y 2024 por la retirada progresiva de las medidas, posteriormente crecerán en promedio cerca del 4% siguiendo su evolución inercial.
Por subsectores, el perfil del saldo se ve fuertemente condicionado por el impacto de las liquidaciones del sistema de financiación y las transferencias entre subsectores. En 2024, la liquidación será elevada, lo que impulsa la mejora del saldo de Comunidades Autónomas (CCAA) y Corporaciones Locales (CCLL) y el deterioro en la Administración Central (AC) a pesar de la retirada de las medidas.
Esta liquidación será menor en 2025 ejerciendo el efecto contrario y tenderá a normalizarse en 2026. En consecuencia, en 2026 el déficit de la AC se verá parcialmente compensado por el superávit en CCAA y CCLL. Aunque el perfil es distinto, el Programa de Estabilidad contempla también en 2026 un superávit de las administraciones territoriales y un menor déficit que el previsto por la AIReF en la AC.