La Agencia Tributaria (AEAT), del Ministerio de Hacienda, tiene un arma más en su arsenal para detectar el fraude fiscal. A elementos como el Big Data o aplicaciones para detectar comportamientos anormales a través de las redes sociales se suma un programa para "la detección automatizada de entidades que deducen gastos personales de sus partícipes".
Se trata de un proyecto puesto en marcha por la Unidad de Grandes Patrimonios y el Área de Informática de la Agencia. "Permiten la aplicación de técnicas de análisis de datos avanzadas para la detección automatizada de esta clase de supuestos de fraude típico, facilitando así la selección posterior de los casos a comprobar por parte de los órganos de Inspección", dice la AEAT en un informe.
Con este sistema se busca cazar un tipo de fraude, concretamente "la deducción improcedente de gastos personales por parte de sociedades".
"Se prevé que la puesta en marcha de este proyecto, para el que se han aprovechado también trabajos previos, como el catálogo de proveedores de bienes de lujo, permita
una detección más ágil de los supuestos de deducciones irregulares de gastos personales, pudiendo dar lugar a las oportunas regularizaciones de las
correspondientes contingencias fiscales en IRPF, Sociedades e IVA", añade la Agencia Tributaria.
Esta es una de las herramientas que ya están en manos del equipo de Grandes Patrimonios de la Agencia, que el año pasado cazó a 97 contribuyentes que eran falsos residentes fuera de España. Su castigo: abonar 28,2 millones de euros en total en impuestos una vez que se determinó que, en realidad, sí que vivían en España.
La Agencia destaca la importancia del control de los patrimonios relevantes, puesto que se elevó la recaudación por las actuaciones en este ámbito (hasta los 546 millones de euros, la cantidad más elevada desde 2019).
Por otro lado, el resumen sobre las actividades contra el fraude fiscal también refleja un aumento espectacular de las visitas de inspectores de Hacienda, o "personaciones de los funcionarios del Área de Recaudación".
El año pasado se alcanzaron las 14.120 visitas de inspectores de Hacienda, prácticamente seis veces más que en 2021. Así, se recupera cierta normalidad en este campo tras su reducción por las medidas de distanciamiento social tomadas por la pandemia de Covid.
¿Puede tener algo que ver el refrendo legal en el Congreso de las visitas sorpresa de Hacienda con autorización judicial a mediados del año pasado? Puede, pero no demasiado. En realidad, las visitas fiscales de 2022 no fueron ni la mitad de 2019, primer año prepandemia (30.725).
Por otro lado, pese a que las actuaciones de control aumentaron en 2022, la recaudación por ellas bajó. Concretamente, los ingresos se quedaron en unos 16.675 millones, un 1,3% menos respecto a 2021.
Para ello, la Agencia ejecutó 39.366 actuaciones de control relacionadas con grandes empresas, patrimonios de personas físicas, abusos societarios y lucha contra la economía sumergida, un 7,6% más que el año anterior.
En un comunicado, la Agencia Tributaria explica que se desarrollaron 29.394 actuaciones sobre grandes empresas, multinacionales y grupos societarios (8,9% más), 2.971 de análisis patrimonial y societario (2,5%) y 5.594 en relación con la ocultación de actividad y el abuso de las formas societarias (5,2%).
A ello se suman 1.407 actuaciones que han permitido aflorar ventas ocultas en el marco del control de actividades económicas.
Destaca también que en el ámbito de la fiscalidad internacional de grandes empresas multinacionales, la Agencia Tributaria regularizó el pasado año bases imponibles por un importe de 3.409 millones de euros en un total de 117 comprobaciones inspectoras.