La vicepresidenta primera en funciones, Nadia Calviño, todavía espera cerrar un acuerdo para relajar las reglas de disciplina fiscal de la Unión Europea antes de fin de año, pese a que el Ecofin celebrado este martes ha concluido sin avances reseñables. Un fracaso que pone en cuestión la hoja de ruta que la propia Calviño anunció en la reunión de Santiago de Compostela en septiembre.
En este 'Camino de Santiago' sobre las reglas fiscales, la presidencia española se comprometió a presentar un primer borrador legislativo de compromiso en el Ecofin de octubre. Sin embargo, las fuertes divergencias entre los Estados miembros han impedido a Calviño cumplir su propósito. Lo único que hay ahora sobre la mesa es un documento de trabajo con posibles "zonas de aterrizaje", que no ha convencido a Alemania y sus aliados.
"La presidencia española está totalmente determinada a concluir un acuerdo para finales de año. Pensamos que en las actuales circunstancias internacionales es más importante que nunca que tengamos reglas presupuestarias que sean adecuadas a nuestros objetivos. Y este mensaje lo compartían ampliamente todos los ministros", ha explicado Calviño en rueda de prensa al término del Ecofin.
En los próximos días y semanas, la presidencia española tiene previsto multiplicar los contactos a nivel técnico y político con el fin de construir puentes y encontrar un terreno de "consenso". Las nuevas reglas presupuestarias deben garantizar a la vez "una reducción sostenible de la deuda", pero a la vez preservar espacio para la inversión, garantizando el crecimiento y la creación de empleo en Europa, ha dicho la vicepresidenta.
Calviño dice ahora que su objetivo es presentar un primer borrador legislativo para la próxima reunión del Ecofin del 9 de noviembre, aunque no ha fijado ningún plazo para un acuerdo entre los ministros. Las nuevas reglas deben ser pactadas después con la Eurocámara, lo que complica todavía más cumplir el objetivo de un acuerdo antes de fin de año.
El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, que ha comparecido al lado de Calviño en la rueda de prensa, ha destacado que "es urgente alcanzar un consenso en un sistema basado en reglas que sea realista, se pueda aplicar y haga frente a los actuales desafíos".
"La futura política presupuestara de la UE necesita claridad y predictibilidad de cara a los próximos años. Teniendo en cuenta el actual contexto de altos tipos de interés y los significativos retos económicos, tenemos que encarrilar de nuevo las finanzas públicas, preservar su sostenibilidad y dejar suficiente espacio a la inversión", sostiene Dombrovskis.
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, ha repetido en Luxemburgo su conocida reivindicación de introducir en la reforma del Pacto de Estabilidad objetivos numéricos de reducción del déficit y deuda comunes para todos los Estados miembros. Algo que considera imprescindible para garantizar la igualdad de trato y salvaguardar la credibilidad de las reglas europeas.
Su homólogo francés, Bruno Le Maire, ha anunciado que trabajará en las próximas semanas para lograr un acuerdo entre París y Berlín que sirva de base para el compromiso final a Veintisiete en el Ecofin.
El Pacto lleva suspendido desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020, lo que ha permitido a los Gobiernos europeos cuatro años de barra libre de gasto público para responder a las sucesivas crisis. Pero Bruselas ya ha decidido que las reglas que obligan a rebajar el déficit y la deuda volverán a activarse en 2024. Si la reforma no se completa a tiempo, España y el resto de socios tendrían que poner en marcha ajustes mucho más exigentes el año que viene.