La vicepresidenta Nadia Calviño conversa con el alemán Christian Lindner en presencia del francés Bruno Le Maire

La vicepresidenta Nadia Calviño conversa con el alemán Christian Lindner en presencia del francés Bruno Le Maire Unión Europea

Macroeconomía

El impacto en el déficit de los créditos NextGen de España e Italia, nuevo escollo para las reglas de disciplina fiscal

Calviño aún espera aprobar la relajación del Pacto de Estabilidad antes de fin de año pese al retraso en la hoja de ruta que ella misma anunció en Santiago de Compostela.

18 octubre, 2023 02:44
Bruselas

El tratamiento del enorme volumen de créditos blandos Next Generation que van a recibir países como Italia y España ha emergido con fuerza en las últimas semanas como un nuevo escollo en las negociaciones sobre la reforma del Pacto de Estabilidad, según explican fuentes diplomáticas. Una reforma que se ha discutido en el Ecofin celebrado este martes en Luxemburgo sin que se hayan logrado avances reseñables, lo que complica el objetivo de la presidencia española de cerrar un acuerdo antes de fin de año.

A diferencia de las subvenciones a fondo perdido de Next Generation, estos préstamos provocarán un fuerte aumento del déficit y de la deuda de los países beneficiarios hasta 2026 y los Estados miembros no se ponen de acuerdo en cómo afrontar esta situación, justo cuando el año que viene volverán a aplicarse las reglas de disciplina fiscal de la UE, suspendidas desde 2020 por la pandemia.

Precisamente, el Ecofin de este martes ha aprobado la adenda del Plan de Recuperación de España, que da acceso a 93.500 millones de euros extra de fondos Next Generation. La mayor parte de estas ayudas (83.200 millones) son precisamente créditos a devolver, cuyo importe asciende al 6,3% del PIB español. España cerró el 2022 como el cuarto país más endeudado de la UE (113,2% del PIB).

[Calviño aún espera aprobar la relajación de las reglas fiscales de la UE antes de fin de año pese al retraso en el Ecofin]

En la propuesta original de la Comisión de Ursula von der Leyen de abril de 2023, los gastos financiados con préstamos Next Generation se incluyen en el cálculo del techo de gasto neto, el único indicador que propone Bruselas para la vigilancia fiscal. Sin embargo, el gasto en intereses de la deuda (incluidos los préstamos del plan de recuperación) estaría excluido del indicador.

En contraste, el primer documento de compromiso presentado por la presidencia española plantea dejar fuera del techo de gasto una parte de los créditos Next Gen, aunque no especifica todavía en qué porcentaje. Una medida que responde a una petición del Gobierno de Giorgia Meloni, pero que beneficiaría también y mucho a España. Italia cerró el año pasado con una deuda del 144,4% y acaba de sufrir turbulencias en los mercados tras elevar su previsión de déficit en 2024 al 4,3%.

La vicepresidenta Nadia Calviño y el comisario Valdis Dombrovskis, durante la rueda de prensa del Ecofin de este martes en Luxemburgo

La vicepresidenta Nadia Calviño y el comisario Valdis Dombrovskis, durante la rueda de prensa del Ecofin de este martes en Luxemburgo Unión Europea

"Las inversiones públicas y los gastos en prioridades europeas, incluida la defensa, son objetivos políticos estratégicos que nuestras reglas presupuestarias no pueden ignorar. Y eso también se aplica para el gasto previsto en los planes de recuperación y resiliencia. Los Estados miembros tienen que estar en condiciones de poder levar a la práctica las medidas acordadas", ha defendido el ministro de Finanzas italiano, Giancarlo Giorgetti.

Sin embargo, a Alemania no le ha gustado nada esta propuesta de la presidencia española de excluir parcialmente del cómputo del déficit los créditos Next GenerationUn descontento que comparten otros Estados miembros como Países Bajos o Suecia. Todos ellos sostienen que esta maniobra debilitaría las reglas de disciplina fiscal y socavaría su credibilidad, según explican las fuentes consultadas.

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"Todo el mundo está de acuerdo en que es necesario reducir los niveles de deuda en la Unión Europea, lo cual no es sorprendente, porque el entorno económico ha cambiado significativamente en los últimos meses: todos nos enfrentamos a tipos de interés elevados, lo que está ejerciendo presión sobre los presupuestos públicos", ha destacado el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, que lidera el bando de países que se resisten a relajar el Pacto de Estabilidad.

El Gobierno de Berlín sigue exigiendo establecer objetivos numéricos comunes de reducción no sólo de la deuda sino también del déficit. Sólo así se puede garantizar la igualdad de trato entre los Estados miembros y salvaguardar la credibilidad de las reglas fiscales de cara a los mercados. Lindner ha insistido este martes en que la meta a medio plazo debe ser el equilibrio presupuestario, mientras que el umbral del 3% de déficit que marca el Pacto de Estabilidad constituye un límite máximo y no una cifra normal.

En el extremo contrario, Francia sostiene que con mantenerse por debajo del 3% debería ser suficiente. "Si tenemos un déficit del 2% y la deuda se reduce de forma suficiente, no debería privase a los Gobiernos de margen de maniobra para invertir en la transición ecológica o digital, no tiene sentido económico", defiende el Gobierno de París.

"Propongo que nos centremos en un único indicador, la deuda. Este es el indicador clave para definir las nuevas reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Debemos aspirar a reducir la deuda de forma creíble y progresiva. Pero el objetivo no es tener el nivel más bajo posible de deuda pública", ha argumentado en Luxemburgo el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire.

Los ministros de Economía de la UE, durante su reunión este martes en Luxemburgo

Los ministros de Economía de la UE, durante su reunión este martes en Luxemburgo UE

"El objetivo es tener un nivel de deuda sostenible, es decir, un nivel de deuda compatible con un nivel de crecimiento y unas inversiones que todo el mundo ve que son absolutamente esenciales: inversiones para la transición climática e inversiones para la defensa y la seguridad en un contexto internacional que es particularmente agitado y difícil", sostiene Le Maire.

El ministro francés se ha comprometido a intensificar los contactos con su homólogo alemán con el objetivo de tratar de superar las enormes diferencias entre París y Berlín. "Todo el mundo sabe que, al final, un acuerdo sobre las nuevas reglas del Pacto de Estabilidad pasa por un acuerdo franco-alemán. Continuaré trabajando con Christian Lindner en las próximas semanas para intentar llegar a un acuerdo franco-alemán que podría servir de base a un acuerdo más global", ha explicado.

Por su parte, Nadia Calviño, en su calidad de presidenta de turno del Ecofin, ha anunciado que su intención es presentar un primer borrador legislativo de compromiso en la próxima reunión del 9 de noviembre. Calviño aún espera poder cerrar un acuerdo antes de fin de año, pese al retraso en la hoja de ruta que ella misma anunció en Santiago de Compostela.

"La presidencia española está totalmente determinada a concluir un acuerdo para finales de año. Pensamos que en las actuales circunstancias internacionales es más importante que nunca que tengamos reglas presupuestarias que sean adecuadas a nuestros objetivos. Y este mensaje lo compartían ampliamente todos los ministros", ha explicado la vicepresidenta primera.

El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, que ha comparecido al lado de Calviño en la rueda de prensa final del Ecofin, ha destacado que "es urgente alcanzar un consenso en un sistema basado en reglas que sea realista, se pueda aplicar y haga frente a los actuales desafíos".

"La futura política presupuestara de la UE necesita claridad y predictibilidad de cara a los próximos años. Teniendo en cuenta el actual contexto de altos tipos de interés y los significativos retos económicos, tenemos que encarrilar de nuevo las finanzas públicas, preservar su sostenibilidad y dejar suficiente espacio a la inversión", sostiene Dombrovskis.