Los fletes (precios del transporte marítimo de mercancías) ya llegaron prácticamente a triplicarse en los primeros compases del año, al poco de que comenzaran los ataques de los rebeldes hutíes en el mar Rojo. La situación hizo saltar las alarmas: no se experimentaba un encarecimiento tan acelerado desde la pandemia. Entonces, analistas y empresas confiaron en que se tratase de una situación coyuntural.

Así fue y, pasados los meses, los precios descendieron. Pero el último anuncio de los hutíes ha dado un giro a la situación. Sólo en el mes de mayo, los fletes entre Shanghái (China) y Róterdam (Países Bajos) se han encarecido un 70%, alcanzando un contenedor de 40 pies los 5.270 dólares (unos 4.850 euros), según los datos del World Container Index.

La subida de precios es todavía más acentuada si se compara con los niveles del pasado año. El flete entre Shanghái y Róterdam ha escalado un 242% respecto al mismo mes del año pasado. Y no es la única ruta en la que se han disparado los precios: desde la ciudad asiática hasta Génova (Italia) el flete se ha encarecido un 162% y a Los Ángeles (EEUU), un 202%.

Como consecuencia, el índice compuesto -que engloba los costes de las diferentes rutas del comercio marítimo internacional de mercancías- también ha experimentado un notable incremento: ha escalado un 55 % en mayo y ronda los 4.226 dólares (3.880 euros). En un año, el índice ha subido un 151%.

Rutas del comercio marítimo entre Asia y Europa. Diseño: José Ramón Pérez / Arte EE

Los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen en el mar Rojo desencadenaron la subida de precios a principios de año, pero la situación ya va más allá de esa región. Las hostilidades ya se producen en el mar Arábigo y el Estrecho de Omán; los rebeldes han extendido sus ataques al océano Índico. Se trata de una respuesta a los ataques de Israel contra la Franja de Gaza.

La violencia en la región incrementa el coste de los seguros de las navieras y también ha obligado a desviar las rutas. En muchas ocasiones, los barcos renuncian a tratar de llegar a Europa a través del canal de Suez y bordean África, pasando por el cabo de Buena Esperanza. Ese recorrido alcanza los 25.000 kilómetros, en lugar de 18.000.

Atasco en los puertos

Pero la inestabilidad geopolítica no es el único factor que entra en juego. Raymond Torres, director de Coyuntura y análisis internacional de Funcas, asegura en una conversación con EL ESPAÑOL-Invertia que también influye el "atasco" que sufren muchos puertos.

Un atasco que, en ocasiones, obliga a prolongar el tiempo de los transportes o tener que enviar pedidos a otros destinos, "lo que implica un encarecimiento". Todo debido a la escasez en el transporte con carretera. "Hay puertos con decenas de miles de automóviles a la espera de ser distribuidos", señala Torres.

Un carguero de la compañía MSC. Europa Press

Asimismo, el director de Coyuntura de Funcas señala que el encarecimiento de los fletes "es un elemento negativo de cara a la inflación", si bien no pesa tanto como otros elementos. "Si estos problemas son puntuales, es asumible. Pero si se intensifica por cualquier razón o se añadiera que algunos recursos naturales se encarecen, podría afectar a la senda de desinflación, que está todavía por afianzar", indica Torres.

Y un "repunte persistente de la inflación" sería muy grave para la economía mundial. Hasta el punto, apunta el economista de Funcas, que los bancos centrales se verían obligados a "reconsiderar" los anuncios sobre la bajada de tipos de interés.