La inflación repunta al 3,3% en abril.

La inflación repunta al 3,3% en abril. EE

Macroeconomía

Las ayudas a los hogares limitan el control de la inflación, que no baja del 3% y amenaza con desbocarse

La política monetaria restrictiva de los bancos centrales no se ha terminado de trasladar a los precios y el consumo ha mantenido un elevado dinamismo.

15 junio, 2024 03:07

Tras un año a la baja, la inflación ha resurgido como principal preocupación a corto plazo para la economía española. Aunque por debajo de los máximos alcanzados tras la pandemia y el inicio de la guerra en Ucrania, la subida de precios sigue siendo elevada y se ha estancado en tasas por encima del 3%. La política de subidas de tipos no habría moderado lo suficiente la demanda y las medidas de alivio fiscal implantadas por el Gobierno han sostenido el consumo. Un cóctel que ha mantenido vivas las subidas de precios.

Los recientes informes de Banco de España y BBVA Research han revisado al alza sus previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) este año —al 2,4% y 2,5%, respectivamente—, pero también las de inflación. En concreto, el regulador estima que el Índice de Precios de Consumo (IPC) este año subirá, de media, un 3%, mientras que el centro de estudios del banco azul lo eleva hasta el 3,3%.

La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) también ha aumentado esta semana su previsión de inflación. Al 3,3%, concretamente. Unos y otros coinciden en que la causa fundamental —que no la única— es la resistencia a la baja de los precios en los servicios, especialmente en los turísticos.

La llegada de visitantes no cesa y, además, cada vez se extiende a más momentos del año y a más lugares de España. No es que la cifra total se reparta en más meses y territorios, sino que la diversificación de destinos y la desestacionalización del turismo está abriendo la puerta a la llegada de más turistas.

Como puede observarse, restaurantes y hoteles mantienen desde mediados de 2022 una inflación en el entorno o por encima del 5%. En un análisis pormenorizado, el transporte de pasajeros por mar y los paquetes turísticos marcaron las mayores subidas de precios en mayo (22,2% y 17,7%, respectivamente), sólo superados por el aceite de oliva (62,8%).

Pero los problemas en el alza de los precios van más allá de las presiones derivadas del turismo. El informe Situación España de BBVA Research también señala que la inflación subyacente —que excluye los precios de los alimentos y la energía— también ha dejado de caer recientemente. Esto se debe, en parte, al dinamismo del mercado laboral, que ha llevado a un aumento de los salarios.

Además, el incremento de los precios del petróleo, a pesar de la estabilidad reciente de los costes de las materias primas en general, también está contribuyendo a mantener la inflación elevada. Sólo un 40% de los productos, según el IPC, muestra un crecimiento de sus precios inferior o igual al 2%.

Por su parte, la política fiscal expansiva —es decir, las ayudas a los hogares—, está contribuyendo a mantener la demanda agregada en niveles elevados. Esto, a su vez, ejerce presión al alza sobre los precios y dificulta la labor de los bancos centrales para contener la inflación.

Unas políticas expansivas que incluyen la rebaja al IVA de los alimentos —que el Gobierno ha dicho que pretende prorrogar— o de la electricidad, ciertos beneficios fiscales como la bonificación de impuestos o reducciones en el IRPF por parte de las comunidades autónomas y, en general, ayudas y prestaciones sociales. Medidas, en suma, que han permitido a los hogares disponer de más recursos con los que consumir.

Riesgos a futuro

Así las cosas, la resistencia a la baja de la inflación se ha convertido en uno de los principales riesgos para el futuro inmediato. Si la actividad económica no se debilita lo suficiente, especialmente en el sector servicios, o si se produce una recuperación manufacturera más fuerte de lo esperado, la convergencia de la inflación al objetivo del 2% está en cuestión.

La abundancia de liquidez y un ahorro históricamente alto por parte de los hogares se está traduciendo en un menor impacto de la política monetaria, justo en el momento en el que el Banco Central Europeo (BCE) ya ha comenzado a bajar los tipos de interés. En su último Informe Trimestral, el Banco de España señalaba precisamente este retardo en la cadena de transmisión.

Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del regulador, aseguró esta semana que el impacto de la política monetaria "siempre es más rápido sobre el crecimiento que sobre la inflación". Es decir, que lo previsible es que, aunque ya hayan comenzado las bajadas de tipos, el efecto sobre precios no cese.

Los próximos meses, por tanto, serán decisivos. El alto peso del turismo en España presiona todavía más al alza los precios de los servicios, pero la resistencia a la baja de la inflación de este componente es común en Europa y Estados Unidos. Si eso no cambia y la economía sigue mostrando el mismo dinamismo que hasta la fecha, los bancos centrales podrían reconsiderar su política monetaria y mantener los tipos de interés elevados más tiempo