UE y China amenazan con activar una guerra arancelaria que podría llevar a una destrucción comercial mutua
La mayoría de las importaciones europeas provienen del gigante asiático, y el Viejo Continente es uno de los mejores clientes de Pekín.
24 junio, 2024 01:28Una nueva guerra comercial podría iniciarse en las próximas semanas. La Comisión Europea ha anunciado que, si nada lo evita, se impondrán unos contundentes aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China, de hasta el 32%. La respuesta de Pekín no se ha hecho esperar y el Gobierno chino ha iniciado una investigación por dumping (ayudas públicas ilícitas) al sector del cerdo europeo.
¿Llevan estos elementos a una guerra comercial inminente? Por ahora no. Hasta el 4 de julio, la UE no aplicará los aranceles citados y, antes, va a negociar con las autoridades chinas, en el marco de la Organización Mundial del Comercio una solución. Sin embargo, las espadas están en alto.
De iniciarse un conflicto arancelario, Europa y China corren el riesgo de dañarse mutuamente. Si bien la UE es muy dependiente de los productos chinos, esto lleva también a que el Viejo Continente sea uno de los mejores clientes de Pekín, al mismo nivel (o incluso más) que Estados Unidos.
Las relaciones comerciales entre la UE y China son intensas y constantes. Según informes de la Comisión Europea, los países de la Unión marcaron nuevo récord histórico en 2023 en importaciones procedentes del país asiático alcanzando los 515.861 millones de euros.
Por otro lado, las exportaciones de la UE a China son muy inferiores, menos de la mitad que las importaciones. El año pasado se quedaron en los 223.576 millones de euros.
Pese a ello, los países de la UE son los principales proveedores del gigante oriental. Europa lidera las importaciones de productos de China con 261.626 millones de euros en 2023, muy por encima de Taiwán y Estados Unidos. Así, China supone el tercer mejor cliente del viejo continente (sólo por detrás de Estados Unidos y Reino Unido).
Los productos que más compra Europa a China son aparatos y material eléctricos, máquinas y aparatos mecánicas y vehículos y tractores. Desde el país asiático se adquiere a los países de la UE, principalmente, maquinaria y equipos de transportes y productos químicos.
Luego tenemos el caso concreto de España, que mantiene la tónica europea. Los datos del ICEX confirman que China es el segundo mayor proveedor de nuestro país. En cambio, como destino de exportaciones españolas, China se queda en el puesto 12. El producto estrella es la carne de cerdo.
Estas potentes relaciones comerciales pasan por una situación muy tensa. Tras hacer una investigación al respecto, la Comisión Europea anunció la puesta en marcha de aranceles de hasta el 38% a los vehículos eléctricos chinos.
La causa está en que la citada investigación ha concluido que los fabricantes de coches eléctricos de China han contado con una ventaja "desleal" por los subsidios que han recibido de Pekín.
Bajo el punto de vista de Bruselas, esto conduce a que las empresas europeas sufran "desventaja ilegal" que "daña" al sector.
De ahí que la Comisión haya decidido aplicar esta medida, que se pondrá en marcha el 4 de julio. Con todo, las autoridades europeas no descartan llegar a una "solución compatible" con la Organización Mundial del Comercio (OMC) y China antes de ello.
El contraataque chino no se hizo esperar. La semana pasada, Pekín ha anunciado el inicio de una investigación por dumping sobre las importaciones de carne de cerdo.
Se trata de una iniciativa que podría afectar, especialmente, a las empresas españolas, puesto que es el principal exportador de cerdo a China, con 560.000 toneladas por valor de 1.223 millones de euros. Con todo, se trata de una investigación y sus consecuencias no tendrán lugar hasta dentro de unos meses, o incluso un año.
Y esto podría ser sólo la punta del iceberg. "La UE continúa intensificando las fricciones comerciales y puede desencadenar una guerra comercial", amenazan desde el Ministerio de Comercio de China. "La responsabilidad recae enteramente en la UE".
"El enfoque de la UE es el típico proteccionismo y China está decidida a salvaguardar sus intereses legítimos", añaden.
Ahora mismo, es pronto para prever las consecuencias de una guerra comercial que todavía ni se ha iniciado. De hecho, todavía es posible que UE y China lleguen a un acuerdo antes de que se inicie la ofensiva arancelaria.
Nada que ganar
Carlos Díez tiene esta postura. Este economista considera que "ni China ni la UE tienen nada que ganar en una guerra comercial". Admite que espera "alguna medida proteccionista por parte de los chinos, porque reaccionarán. Pero no creo que vayamos a una guerra comercial fuerte".
La clave está en el consumo europeo. "Europa es el mayor mercado de consumo mundial. Todos quieren estar". Por esto, considera que "los chinos van a asumir la protección del sector europeo del coche eléctrico" y que las declaraciones de la última semana son "como una pelea de ciervos: mucho ruido y poca sangre".
De hecho, las palabras de las autoridades españolas van en esa dirección: la de evitar males mayores. "Tenemos que evitar una escalada de medidas de represalias en el ámbito comercial", dijo Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresas, la semana pasada. "Tampoco puede haber una escalada de subsidios".
El Banco Central Europeo (BCE) también quiere evitar el conflicto. "Siempre se produce una medida de respuesta, eso te lleva a guerras comerciales, que ya vimos lo que pasó en los años 30", indicó Luis de Guindos, su vicepresidente.
"La ruptura de las guerras multilaterales de comercio es un riesgo grave para la economía mundial y a veces no se percibe con toda su intensidad las potenciales implicaciones que debe tener", enfatizó De Guindos, que participó junto a Cuerpo en uno de los cursos de verano de la UIMP en Santander.