Ilustración sobre el poder adquisitivo.

Ilustración sobre el poder adquisitivo. EE

Macroeconomía

El poder adquisitivo de los españoles no se recuperará del 'golpe' inflacionista de 2022 hasta 2025

Con todo, el Gobierno confía en que los salarios recuperen casi tres puntos de capacidad de compra en los próximos tres años.

28 septiembre, 2024 02:20

El Gobierno actualizó esta semana sus previsiones macroeconómicas para los próximos años, con una senda de crecimiento según la cual el PIB crecerá por encima del 2% este año y los dos siguientes. Además, el Ejecutivo también incluye sus cálculos de inflación y salarios, según los cuales el poder adquisitivo de los españoles no se recuperará hasta el próximo año del 'golpe' inflacionista de 2022.

No obstante, lo cierto es que el Gobierno confía en que la capacidad de compra de los salarios ganará 2,9 puntos entre 2024 y 2026. De acuerdo con el cuadro macro del Gobierno, la inflación crecerá, de media, un 2,9% este año, un 2,1% en 2025 y un 1,8% en 2026. En ese mismo lapso de tiempo, la remuneración por asalariado se verá incrementada un 4%, un 3,1% y un 2,6%, respectivamente.

Por tanto, el diferencial entre el avance de los precios y el de los salarios será positivo en todos los años contemplados en la previsión. Ocurrió lo mismo en 2023, cuando la media de la inflación se situó en el 3,5%, mientras que el crecimiento salarial fue del 5,8%. Es decir, que ya el año pasado los españoles ganaron —o recuperaron— casi dos puntos de poder adquisitivo.

El uso de la muletilla recuperar no es baladí. Hay que tener en cuenta que España está saliendo en estos momentos de un episodio inflacionista que ha asolado tanto a Europa como a buena parte de las economías desarrolladas en los últimos años. El shock de la pandemia y la guerra en Ucrania se cuentan entre los responsables de que, en el caso español, la inflación en 2022 fuera del 8,4%.

Ese mismo año, los salarios crecieron un 4,1%. En otras palabras, los españoles perdieron 4,3 puntos de poder adquisitivo en sólo un año. Así, partiendo de ese año —y siempre según las previsiones del Gobierno—, el poder de compra de los salarios no se recuperaría hasta cerrado el próximo año.

¿Qué es el poder adquisitivo?

Se trata de la capacidad de una persona o de un grupo de personas para comprar bienes y servicios con su dinero. Se mide en términos de cuántas cosas puedes adquirir con una cierta cantidad de dinero.

Sin embargo, el poder adquisitivo puede cambiar con el tiempo, y está influenciado principalmente por dos factores:

Precios: Cuando los precios de los bienes y servicios suben, el poder adquisitivo disminuye. Esto significa que con la misma cantidad de dinero puedes comprar menos cosas que antes. Por ejemplo, si hace un año comprabas una barra de pan por 1€, pero hoy cuesta 1,20€, tu poder adquisitivo ha bajado porque ahora necesitas más dinero para comprar lo mismo.

Ingresos: Si tus ingresos aumentan más rápido que la inflación, tu poder adquisitivo mejora, ya que puedes adquirir más bienes y servicios. En cambio, si tus ingresos no crecen al mismo ritmo que los precios, tu capacidad de compra disminuye.

En resumen, el poder adquisitivo refleja la relación entre los precios y los ingresos, y su evolución depende de la interacción entre ambos factores.

Sólo se atisba una ganancia de poder adquisitivo si se observan los datos desde 2019, ya que incluso se registró un año (2020) en el que los precios cayeron. No obstante, según la OCDE, aunque "los salarios reales han aumentado en muchos países a medida que la inflación ha disminuido, el poder adquisitivo no se ha recuperado completamente".

Asimismo, el think tank de las economías desarrolladas señala que en países como España, los precios de productos básicos, en particular los alimentos, han aumentado más rápidamente que los salarios, lo que ha impedido una recuperación total del poder adquisitivo.

En este sentido, calcula que la brecha entre el crecimiento de los precios de los alimentos y el de los salarios entre el último trimestre de 2019 y el segundo de 2024 alcanza los 14 puntos. A la postre, supone que la percepción general de los hogares sigue siendo que el poder adquisitivo no ha vuelto a niveles previos debido al impacto de la inflación en productos esenciales.

Pero según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la brecha es todavía mayor. En el mismo lapso de tiempo, el coste salarial —asimilable al sueldo bruto— ha crecido un 13,4%, mientras que el precio de los alimentos lo ha hecho un 33,3%. Es decir, que el coste de la cesta básica de la compra se dispara casi 20 puntos por encima de la revalorización salarial.

Es cierto que todos los indicadores ya apuntan a una relajación de la inflación —el dato adelantado de septiembre la sitúa en el 1,5%—, en parte por la moderación del precio de los alimentos. Sin embargo, mientras que las previsiones del Gobierno —y las de otras instituciones— apuntan a una recuperación del poder adquisitivo en términos generales, no puede decirse lo mismo de la brecha con los alimentos.

Y es que recuperar una brecha tan acentuada necesitaría o bien de un incremento muy acentuado de los salarios, algo que no se vislumbra a corto plazo, o una caída repentina del precio de los alimentos, que tampoco es probable.

Así, son las familias más humildes las que más tardarán en recuperarse de la crisis de precios. Pues entre ellas, la cesta básica de la compra tiene más peso, se lleva más parte de sus ingresos. Así, aunque en términos generales ya se atisbe una recuperación de la capacidad de compra de los salarios, esta, como en todo, no llegará ni igual ni al mismo tiempo para todos.