Ilustración de un camión recogiendo la basura.

Ilustración de un camión recogiendo la basura.

Macroeconomía

De los 53 euros de Valladolid a los 224 de Málaga: la nueva tasa de basuras no será igual para todos los bolsillos

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La nueva tasa de basuras en España, que entrará en vigor en abril de 2025, no afectará igual a todos los contribuyentes, ya que el tributo variará drásticamente según la ciudad. Con un mínimo de 53 euros en Valladolid y un máximo de hasta 224 euros en Málaga, la tasa tiene como objetivo que cada municipio cubra el coste completo de la gestión de los residuos urbanos.

Los ayuntamientos ya han comenzado a adaptar sus tarifas de residuos, generando grandes brechas entre ciudades. La ciudad con más habitantes de Castilla y León, por ejemplo, aplicará una de las tarifas más bajas, que irá de 53 a 97 euros, con una media alrededor de los 70. Por su parte, en la ciudad andaluza el tributo parte de los 93 euros y podrá llegar hasta los 224 euros en función del consumo de agua.

Y es que esta nueva figura tributaria ha obligado a las localidades a aplicar tasas reales, eliminando los subsidios previos y aplicando el principio de "quien contamina paga". No se trata de un capricho de los consistorios, sino la consecuencia de un artículo de la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados.

Dicha norma obliga a los municipios a crear —o modificar, si ya existía— una tasa no deficitaria, es decir, que sirva para financiar efectivamente la gestión de residuos. Pero, al mismo tiempo, al tratarse de una tasa y no de un impuesto, la recaudación no puede superar en ningún caso el coste del servicio. De ahí las disparidades entre ayuntamientos.

Cada ciudad ha determinado la cuantía en función de factores locales, como el coste del servicio y el número de recogidas anuales. En ciudades como Barcelona, el rango oscila entre 100 y 150 euros, ajustado al tamaño de la vivienda y a los residuos generados. En otras localidades, como Bilbao y Zaragoza, la tasa media ronda los 120 y 100 euros, respectivamente, aunque puede variar según la separación de los residuos.

Otro caso sonado ha sido el de Madrid, cuya tasa de basuras irá de los 120 a los 160 euros. De media, los vecinos de la capital española tendrán que abonar 141 euros por este tributo.

Y es que la falta de directrices uniformes en la propia ley ha permitido que cada ayuntamiento determine su propia tasa, resultando en una cobertura de costes desigual y un incremento significativo en algunas ciudades. De hecho, los expertos creen que se producirá un elevado incremento de la litigiosidad, en tanto que se multiplicarán las reclamaciones por esta nueva figura tributaria.

Lo que está claro es que la inmensa mayoría de los ciudadanos tendrá que afrontar un incremento en lo que abonan a sus respectivos ayuntamientos. Y es que la tasa de basuras se va a convertir en la segunda figura tributaria municipal por recaudación después del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Ante esto, algunos municipios ya están empezando a anunciar medidas de alivio a los contribuyentes.

En Madrid, el Ayuntamiento ha optado por reducir IBI como medida compensatoria, buscando aminorar el impacto que la tasa de basuras podría tener en los bolsillos de los ciudadanos. Esta decisión se enmarca en una estrategia de contención fiscal que, en palabras del consistorio, pretende evitar una carga fiscal adicional excesiva.

Por su parte, otros municipios han introducido incentivos de reciclaje para moderar la tasa. En Málaga, por ejemplo, se ofrecen descuentos de hasta un 17% para quienes reciclen de forma activa, mientras que en otras ciudades se aplican bonificaciones en el uso de puntos limpios o compostaje doméstico.