Muchos focos estaban sobre ella. Era el pasado mes de octubre. Tras muchos amagos, la estadounidense Netflix colocaba pica en España. Aterrizaba con su servicio de vídeo bajo demanda en internet. Unos temían que pudiera impactar en el negocio de los competidores actuales. Otros estaban convencidos de que sería un revulsivo. ¿Cómo ha sido el año 2015 para los que ya estaba en el tablero como jugadores? La conclusión: más negocio, pero con la rentabilidad como reto aún por conquistar.
Aterrizaba con una oferta limitada de títulos pero con la idea de crecer de manera similar a Francia o Alemania. ¿Qué ha ocurrido en estos tres meses? Al igual que en la oferta de series y películas, la compañía no ofrece cifras de negocio, ni de suscriptores. A preguntas de este periódico, fuentes de la firma se limitan a decir que hacen un balance muy positivo del lanzamiento.
Pero, ¿cómo le fue al resto? Movistar+, el resultado de la fusión entre el gigante de las telecomunicaciones y Canal+; Wuaki, en manos del titán tecnológico japonés Rakuten desde el año 2012, y Filmin, impulsado por productoras ‘independientes’, son tres de las compañías más destacadas. Su año ha sido de crecimiento. Ni rastro, o eso aseguran desde todas ellas, de una ‘fuga’ de clientes.
¿Para qué sirvió su aterrizaje?
Todos esperaban que la llegada de la estadounidense sacudiría el sector… para bien. Y así ha sido. “Su agresividad, y la de otros como Movistar, en cuanto a campañas está haciendo que el espectador cada vez tenga más interés por ver cine a través de internet”, reconoce el consejero delegado de Filmin, Juan Carlos Tous. Ha permitido, como asegura el cofundador de Wuaki, Josep Mitjà, “dar a conocer más este modelo y educar al mercado haciendo entender que el catálogo de los que ya estamos es bastante similar al que tienen ellos”.
Su agresividad, y la de otros como Movistar, en cuanto a campañas está haciendo que el espectador cada vez tenga más interés por ver cine a través de internet
La tecnológica americana aterrizaba sin intención de pisar a nadie. “No es verdad que Netflix esté creciendo a expensas de HBO o que Movistar o cualquier otro movimiento vaya a menguar”, aseguraba su fundador, Reed Hasting, durante la presentación. Y así ha sido en estos primeros meses.
Los españoles han seguido uniéndose al resto de plataformas. Yomvi ha superado el millón de usuarios activos (han consumido algo de contenido en el último mes), Wuaki supera los 1,8 millones registrados (que no suscriptores o de pago) y Filmin alcanzaba los 350.000. “El crecimiento en el último cuatrimestre ha sido mucho mayor de lo que estaba siendo”, precisa.
Más facturación y rentabilidad pendiente
¿Cómo se ha traducido ese incremento de la base de usuarios en el negocio? Todos coinciden en que ha crecido de manera significativa. Filmin lo ha cerrado con un crecimiento del 50% hasta situarla en el entorno de los 3 millones de euros. ¿Y Wuaki? Sólo se limitan a asegurar que a nivel global –está presente en hasta 12 países- la subida ha sido de hasta el 80%. En España, el crecimiento es similar. La sociedad cerró 2014, según sus cuentas, en más de 7,5 millones. En el caso de Yomvi, es difícil conocer las ventas al estar incluido bajo el paraguas de Movistar.
La escala en este negocio es muy importante, para amortizar todos nuestros costes
Pero todo este crecimiento del mercado, ¿permite tener beneficios? En ninguno de los casos. Los esfuerzos por crecer y una base de clientes aún insuficiente hacen que los números rojos persistan en las cuentas de estos jugadores en España. En Filmin, fundada en 2006, esperan entrar en beneficios en 2016 (en 2015 perdió algo más de 200.000 euros).
El caso de Wuaki es significativo. En este año 2015 ha acelerado su expansión internacional: ha pasado de 5 países a 12, entre ellos Reino Unido, Francia o Alemania. Es uno de los principales caminos para lograr rentabilizar un negocio cuyos márgenes son muy estrechos. “La escala en este negocio es muy importante, para amortizar todos nuestros costes”, recuerda Mitjà, quien resalta que bajo el paraguas del grupo Rakuten confían en las sinergias entre los distintos servicios. “El objetivo es acercarse al cliente con un portfolio completo de películas, ebooks o mensajería”, apunta.
Más 'concienciación' de la industria
En lo que sí ha cambiado el sector es en la concienciación del resto de actores sobre la importancia de internet como una ventana alternativa de distribución. La simple pretensión de Netflix de entrar en el mercado español en 2011 fue, según el responsable de Yomvi, “un revulsivo” por dos razones. Una porque los que contaban con derechos televisivos “consideraron que iban a tener más valor y se lo podían vender a ellos”. La otra, porque entendieron que Netflix permitiría vender un producto que no estaban comercializando: las temporadas completas. “Como no vinieron, los que sí estábamos en el mercado, nos beneficiamos de ese aprendizaje; el que haya tardado cuatro años nos ha permitido a nosotros crecer muchísimo y adelantarnos”, recuerda.
Como no vinieron, los que sí estábamos en el mercado, nos beneficiamos de ese aprendizaje; el que haya tardado cuatro años nos ha permitido a nosotros crecer muchísimo y adelantarnos
Este 2015 se ha percibido mejor predisposición de productoras para apoyarse en estas plataformas en lo que a distribución se refiere. “Cada vez hay más predisposición de las productoras; antes había más reticencias”, recuerda el responsable de Filmin. Es lo mismo que opina el de Wuaki: “Los estudios se dan cuenta de que la distribución cada vez es más digital; entienden más, escuchan más y te ponen más facilidades… Van despacio pero hay una evolución”.
Queda algo en el ‘debe’ de este segmento de vídeo online: las ‘ventanas’ de distribución del cine. Las grandes compañías de cines siguen imponiendo un periodo de 4 meses desde que se expone un gran estreno hasta que puede estar disponible en una de estas plataformas digitales. El cofundador de Wuaki entiende que sí está habiendo un cambio: sí están dispuestos a acortar los periodos pero tanto en venta (unas semanas más tarde de su aterrizaje en el cine) como en alquiler individual, dejando más relegados los servicios de suscripción (pago mensual de entre 6 y 10 euros por un catálogo cerrado de películas).
Ante este escenario, los fondos de títulos tanto de series como de películas siguen creciendo. En Yomvi se han superado los 15.000 tras la integración de Canal+ y Movistar. Wuaki alcanza casi 9.000 en España (50.000 en todo el mundo) y Filmin tiene unos 8.000.
La irrupción de las ‘telecos’
Otra de las consecuencias en 2015 hay que encontrarla en la irrupción de las grandes empresas de telecomunicaciones en este sector. El objetivo: completar sus ofertas convergentes con los contenidos de las diferentes compañías de VOD. La llegada de Netflix y la fusión de Movistar con Canal+ obligaron a dar el paso al resto.
De inmediato hubo un primer reparto rápido en el terreno de juego español. La británica Vodafone, que adquirió un año antes, se convirtió en la única que integraba completamente la plataforma de Netflix en su oferta de televisión. Mientras tanto, la francesa Orange, quien se hizo con Jazztel, se alió con Wuaki.
¿Y el futuro?
Con todo, este negocio tiene en su capacidad para hacerse mucho más grandes (y, por tanto, rentables) su principal reto de futuro. Para el responsable de Yomvi, el aumento de oferta, la reducción de las ventanas de distribución a menos de dos meses y la potenciación de los móviles como plataformas de distribución son los tres ingredientes del horizonte.
En este terreno de juego, Wuaki está concentrado en apoyarse en la fuerza su grupo matriz para crecer. “En tres años queremos estar presentes en 100 países”, afirma su cofundador. Y Filmin sigue apostando por su oferta audiovisual centrada en la ‘escena independiente’ para volver a crecer a doble dígito.
En 2015, Netflix le dio al ‘play’ en España. Tras cerrar el primer ejercicio de convivencia, ahora queda ver cómo evoluciona el terreno de juego. Mucho aún por ver.