Su modelo siempre ha estado blindado frente a un tribunal. La ausencia de cobros y pagos entre sus usuarios en su plataforma hacía inmune a la empresa española Amovens, alternativa a BlaBlaCar. Ahora, en el año en el que se celebrará el juicio contra la compañía francesa, decide abrir las puertas a las comisiones. Serán opcionales, sólo para quienes quieran hacer las transferencias de dinero a través de internet, y sólo de 1 euro, con el objetivo de cubrir costes. ¿Hay temor de que surjan problemas legales? Desde la compañía lo descartan.
Su plataforma para compartir coche, creada en 2009 por el emprendedor Diego Hidalgo, apenas se diferenciaba de un gigantesco grupo de Whatsapp con decenas de miles de usuarios registrados. Conductor y pasajeros se ponían en contacto para planificar un viaje, se encontraban el día fijado y hacían el pago en efectivo ese mismo día. No había intermediación empresarial, más allá de la publicación de los anuncios.
Esa gratuidad fue uno de los factores fundamentales para su crecimiento exponencial en los últimos años, intensificado desde que a principios de 2014 BlaBlaCar decidiera cobrar una comisión a cada pasajero. En 2015 lograron multiplicar por casi tres el número de usuarios totales y por nueve el número de plazas ofertadas por sus conductores. Entre marzo del pasado año y hoy, el número de viajes se ha multiplicado por siete y el número de personas registradas en su plataforma supera los 547.000.
Cambio tras preguntar a la comunidad
Ahora todo va a cambiar para la compañía. Habrá pagos en su plataforma. Pero lo hará después de preguntar a su comunidad. Así lo confirma a este periódico Diego Hidalgo, quien precisa que durante los últimos meses se ha hecho una gran consulta a más de 3.400 usuarios, para conocer “cómo querían que fuera la herramienta”.
En la respuesta a esa pregunta colectiva, Hidalgo reconoce que había un nexo común: era necesario encontrar “un mayor compromiso” de los usuarios a la hora de abordar los viajes. El pago en persona y en efectivo acarreaba, según explica, que hubiera muchos abandonos a última hora y sin previo aviso.
Ahora la compañía arranca una nueva etapa en la que introduce la posibilidad de la reserva online. No será obligada, sino que será opcional para el conductor que así lo desee.
Diferencias con BlaBlaCar
Cabe preguntarse, por tanto, qué diferencia ahora a la empresa, hoy bajo el paraguas de la nórdica GoMore tras la fusión un par de años atrás, de BlaBlaCar y su sistema de cobro señalado por la patronal del autobús como argumento para acusarla de competencia desleal.
Hidalgo entiende que hay dos diferencias. Una, que será opcional, estando disponible sólo para los conductores que quieran recibir mediante una transferencia online a través de su propia plataforma. Y dos, que no será un porcentaje sobre el precio del viaje sino una cantidad fija. De lo que cobre por cada viajero se tendrá que deducir un euro para financiar el coste de esa transacción. “Si el importe por plaza está por debajo de 10 euros, en lugar de aplicarse un euro, será el 10% de la transacción”, reconoce el fundador.
Por qué ahora
Este cambio de estrategia llega siete años después de su fundación y justo antes de que BlaBlaCar se vea las caras frente al juez en la vista oral el próximo mes de mayo. ¿Por qué ahora? “La motivación más que rentabilizar la plataforma es dar más garantías al proceso para muchos conductores… y es algo que no podemos hacer gratis porque cada transacción tiene un coste”, apunta el fundador.
El objetivo, según él, no es ganar dinero, sino evitar perder en exceso. “Nos planteamos lanzarlo gratis en un principio porque no es una apuesta económica no es para ganar dinero”, reconoce. Sin embargo, llegados a tal volumen de actividad y planteando esa necesidad del pago online, “no podemos perder 30 o 40 céntimos por cada una de las transacciones”.
Sin miedo a denuncias
La compañía española no ha dado tiempo a que el proceso judicial de BlaBlaCar se sustancie. Hace meses, el propio Hidalgo aseguraba a este periódico que les interesaba “entender muy bien todas las claves” de este proceso porque les afectaría a su actividad en el futuro.
No han esperado a ver el resultado del proceso para lanzar este cambio. ¿Hay algún temor? “Si la gente se pone en contacto por Whatsapp, a nadie se le ocurriría en caso de que cobrasen una comisión que son una agencia de viajes”, apunta Hidalgo. Para él, la clave está en que los conductores de Amovens no están llevando a cabo una actividad profesional: no hay ánimo de lucro y es algo ocasional.