No corren buenos tiempos para pequeños operadores independientes en el sector de las telecomunicaciones. Los dos más importantes, Másmóvil y Pepephone, ya se han unido en lo que ha sido una negociación exprés. Lo han hecho en el penúltimo asalto del primero por hacerse grande en un terreno de juego casi dominado por gigantes a base de adquisiciones. La factura: 158 millones de euros y más deuda.
El resultado es un grupo que suma más de 200 millones de euros de ingresos anuales y casi un millón de clientes de móvil en la que, al menos sobre el papel, se mantendrá la independencia de las dos marcas. ¿Es el paso previo para una unión con Yoigo? Su consejero delegado, Meinrad Spenger, no despejó las dudas: “Es un activo interesante y complementario pero no es crítico para nuestro modelo operativo”.
Pepephone estaba en venta y era el 'caramelo' del sector. Sin deuda y con medio millón de clientes. Sus principales accionistas, Javier Hidalgo –hijo del presidente de Globalia- y Rosauro Varo, querían deshacerse del operador móvil virtual para hacer caja cuatro años después de comprarlo a Globalia. Y habían mantenido negociaciones con varios operadores, como Yoigo, y con fondos de inversión como ProA Capital. Pero, en las últimas semanas las tornas cambiaron de manera muy rápida. “Ha sido un proceso muy rápido y ágil, nos hemos entendido muy bien con accionistas de la empresa”, reconoce Spenger.
Cómo se llega a la venta
El precio -158 millones de euros- es un 25% superior a lo que, según diversas informaciones, pedían los propietarios de Pepephone. El negocio para éstos ha sido muy fructífero. Pero, ¿qué ha llevado a elevar la ‘factura’ final? “No hemos participado en ninguna puja… No éramos conscientes de que hubiera otros posibles compradores y creemos que es un precio beneficioso para ambas partes”, apunta el directivo.
No hemos participado en ninguna puja… No éramos conscientes de que hubiera otros posibles compradores y creemos que es un precio beneficioso para ambas partes
Si se compara ese precio con el resultado bruto (Ebitda) de Pepephone, es seis veces superior. Todo ello, sin contar con el ahorro que supondrían las sinergias que genera la unión de ambas compañías. En caso de excluirlo, son 12 veces el Ebitda, “muy por debajo del múltiplo de las últimas transacciones que se han acometido en el sector de las telecomunicaciones, según ha aclarado el consejero y presidente de la comisión de auditoría de la compradora, Josep María Echarri.
La cifra por la que fue comprada Pepephone en 2012 no se dio a conocer en su momento. Y, hoy por hoy, es una incógnita. Sin embargo, todo indica que esta operación ha generado plusvalías importantes a los dos principales accionistas que sacaron la chequera.
Cómo se pagará la ‘fiesta’
No se trata de una operación pequeña. Un grupo que hoy está valorado en bolsa en 238 millones de euros ha acordado comprar una empresa por 158 millones. Y todo ello en dinero en efectivo. El esfuerzo económico es muy alto para un grupo ya de por sí endeudado (2015 lo cerró con una deuda financiera de 43 millones de euros).
Las herramientas son dos: nuevas acciones y deuda. La ampliación de capital cubrirá, previsiblemente, más de la mitad de esa cantidad. Existen “compromisos firmes” de un grupo de accionistas para hacerse con esa cantidad de acciones, que se venderían con la referencia del precio de mercado actual.
No queremos alterar de manera relevante el estado de endeudamiento de la compañía
La otra ‘arma’ es, de nuevo, la deuda. “No queremos alterar de manera relevante el estado de endeudamiento de la compañía”, ha explicado el consejero delegado de Másmóvil. Acudirán a banco, donde existe “interés” por acudir. Descartan la emisión de bonos para cubrir este desembolso.
Independencia de marcas
El grupo resultante sumará 200 millones de euros de facturación, 25 millones de euros de Ebitda y casi 1 millón de clientes de móvil y 70.000 de líneas ADSL de internet. La aportación de Pepephone es muy importante: 64 millones de euros de ingresos, 19 millones de margen bruto y 13 de Ebitda, según las cifras aportadas por Másmóvil.
Ahora, la duda radica en cómo será el futuro de ambas compañías bajo el mismo paraguas. Spenger ha sido claro en la conferencia con analistas y medios: “Continuidad absoluta”. No habrá cambio en las tarifas, condiciones o servicios para los clientes actuales de Pepephone. “Confiamos en el equipo, lo han hecho muy bien y son referencia en España; vamos a seguir apoyando esta estrategia”, ha apuntado.
Confiamos en el equipo, lo han hecho muy bien y son referencia en España; vamos a seguir apoyando esta estrategia
En la práctica, ambas compañías caminarán independientes. Al menos, en los primeros pasos. Pero, ¿y qué pasará con las sinergias en las infraestructuras? Ambas son operadoras móviles virtuales. A una le da servicio Orange para la conexión. A la comprada se lo da Telefónica. “Tenemos una excelente relación con Orange; nos ha permitido crecer de forma relevante y mejorar todos los años el margen bruto sobre nuestros ingresos”, según ha resaltado Spenger. Él ha insistido en que la relación con Telefónica es “joven” y el margen bruto es menor que el de Másmóvil.
Muchas de las adquisiciones en el sector de las telecomunicaciones han desembocado en despidos y recortes significativos por los solapamientos en el negocio. En este caso, no los habrá. Al menos es lo que aseguran sus responsables. Y es difícil que los haya porque la rentabilidad de Pepehone es muy alta: su plantilla apenas supera la veintena de trabajadores.
“Me iré si la empresa pierde sus valores”
En esa independencia radica el éxito de esta operación de cara al futuro. Para el consejero delegado de Pepephone, Pedro Serrahima, es clave. Según explica a EL ESPAÑOL, esta compra tiene dos vertientes. Una positiva que tiene que ver con el incremento del tamaño y de fuerza de la empresa resultante. Pero está la negativa: son dos empresas muy diferentes y existe el riesgo evidente que de que la adquirida pierda su personalidad.
En esta tesitura, él se mantendrá como primer directivo mientras ese espíritu de Pepephone, con un estilo muy marcado de transparencia y cercanía con sus clientes, se mantenga. ¿Y si se pierde? “Me iré si pierde uno sólo de esos valores”.
¿Y los consumidores?
La otra duda tiene que ver con los consumidores. ¿Reduce la competencia en el mercado? Para la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), sí. El colectivo ha calificado de “mala noticia” tanto para los consumidores españoles como para el sector.
Esta adquisición por parte de Másmóvil, junto a las recientes desapariciones de ONO y Jazztel, tiene para OCU efectos directos en los consumidores que se traducen en continuas y alineadas subidas de tarifas protagonizadas por los tres principales operadores en los últimos meses (Movistar, Vodafone y Orange).
Desde el punto de vista de OCU, esta adquisición deja muchos interrogantes para los clientes de Pepephone y pide que no se vean perjudicados en la calidad del servicio que reciben durante la transición a las nuevas redes y se finalice la integración.
Yoigo, ¿próxima estación?
Esta operación puede ser el origen de otra aún mayor. En un ecosistema con tres gigantes controlando buena parte del mercado, las uniones están siendo la salida para las pequeñas. Pero este movimiento de Másmóvil sigue teniendo un ‘hándicap’ importante: no permite tener red móvil para operar con infraestructura propia.
¿La salida? La compra de Yoigo a Telia Sonera. Cuenta con esa infraestructura y también está en venta. Zegona confirmó el pasado mes de marzo que estaba en conversaciones con la matriz. El precio final que se barajaba estaba entre los 500 y 600 millones de euros. El esfuerzo económico de la operadora liderada por Spenger sería, de nuevo, muy importante.
Para él, se trata de un activo “interesante y complementario” para Masmóvil. Pero se ha limitado a asegurar que para completar su modelo operativo “no es crítico”. “Nuestra estructura financiera permite poder estudiar, cuando surja, la oportunidad de nuevas transacciones corporativas; seguimos interesados en explorar fórmulas de crecimiento orgánico e inorgánico”, ha asegurado.
Para el consejero delegado de Pepephone, tiene sentido porque de esta forma se logra la infraestructura de red móvil. “Visto desde dentro, no está mal”, ha apuntado. Mientras se dilucida si hay una segunda fase, Másmóvil ya ha hecho un primer (y arriesgado) asalto. Una apuesta de 158 millones de euros.